El Presidente Gabriel Boric firmó este lunes el convenio que pone en marcha el proyecto de recuperación y transformación del eje Alameda-Providencia. La iniciativa considera eliminar la tradicional rotonda de Plaza Baquedano. El investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la Universidad Católica de Chile (CEDEUS), Giovanni Vecchio –en conversación con El Mostrador–, evaluó positivamente el anuncio del Mandatario, «porque retoma un proyecto emblemático que interviene uno de los centros más importantes de la ciudad de Santiago».
El Presidente Gabriel Boric firmó este lunes el convenio que pone en marcha el proyecto de recuperación y transformación del eje Alameda-Providencia. La iniciativa considera eliminar la tradicional rotonda de Plaza Baquedano, lugar que fue el epicentro de las protestas que comenzaron el 18 de octubre de 2019.
Además, la propuesta incluye la creación de una ciclovía entre el tramo Pajaritos y Plaza Baquedano, la que contempla trazados, cruces, señalética, demarcaciones, semaforización y segregación.
“La idea es que este lugar se convierta en un espacio de encuentro ciudadano, que pondrá en el centro a los peatones, sin la rotonda clásica a la que hemos estado acostumbrados”, detalló el Mandatario.
También te puede interesar:
El espacio ha sufrido grandes cambios desde el inicio del estallido social, debido a lo cual hace meses que se viene discutiendo sobre el futuro de la plaza –que fue rebautizada por los manifestantes como Plaza de la Dignidad–. El investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la Universidad Católica de Chile (CEDEUS), Giovanni Vecchio, evaluó el anuncio del Presidente como un buen proyecto.
«Me pareció un buen anuncio, porque retoma un proyecto emblemático que interviene uno de los centros más importantes de la ciudad de Santiago y alude efectivamente a varios de los problemas que tienen que ver con la movilidad y el espacio público y no solo con las comunas involucradas sino que, de alguna manera, con el resto de la ciudad», expresó el experto en planificación territorial y movilidad urbana a El Mostrador.
Sin embargo, agregó que «podemos decir que el proyecto va en la justa dirección, pero podría ser un poco más ambicioso, como lo era la primera versión del proyecto».
«Por ejemplo, ahora se incluye una ciclovía, pero en la calzada. También se preveía anteriormente una pista para buses, pero hoy día eso se ha eliminado. Considerando que se está hablando de uno de los ejes viales más importantes de la ciudad, sería importante garantizar espacios también para el transporte público. El hecho de transformar Alameda-Providencia para mejorar el espacio público y promover la movilidad sustentable, sin duda, es muy positivo, pero hay que acordarse de todos los elementos que contribuyen a que la movilidad de una ciudad sea más sostenible», puntualizó.
En ese sentido, Vecchio recalcó que el eje Alameda-Providencia es un espacio importante para la ciudad de Santiago, debido al alto flujo tanto de peatones como de vehículos que circula diariamente, además del valor simbólico que ha adquirido como centro de reuniones, manifestaciones, eventos deportivos y culturales.
«Estamos hablando de un lugar donde se concentran muchos flujos de peatones y de personas que se mueven en micro o en metro, además el número va a aumentar con la llegada de la Línea 7. Hoy día es un lugar incómodo a la hora de tener que cruzar desde el metro hacia Parque Forestal o para los ciclistas, entonces, tener más espacio para los peatones va a facilitar la movilidad de muchas personas que se mueven a pie, en transporte público o también en bicicleta», explicó.
Si bien la iniciativa considera eliminar la rotonda, y la instalación de nuevas luminarias y árboles, el investigador sostuvo que «lo más probable es que no va a afectar realmente los flujos vehiculares».
«Al mismo tiempo, va a garantizar un nuevo espacio público y no solo para las personas que transitan, sino que también un lugar de encuentro, así que puede ser muy positiva como noticia para el sector», agregó.
En relación con el valor simbólico que tiene el lugar, sobre todo luego del estallido social, Vecchio dijo que lo más probable es que el espacio siga siendo una instancia de reunión.
«Creo que la fuerza de este lugar tiene que ver con su valor simbólico, con el hecho de ser muy visible y tener una identidad muy fuerte. Eso explica por qué las personas se han juntado en la plaza aunque quizás el espacio para reunirse era limitado, y esto no solo desde el estallido social, sino que en otras instancias. Lo que yo creo es que el hecho de transformar la plaza y dar más espacio, por ejemplo, a los peatones, no va a cambiar el atractivo de la plaza y no va a cambiar el hecho de si unos grupos de personas quieren reunirse, y creo que es difícil pensar que un diseño del espacio pueda favorecer o limitar la posibilidad de que las personas se sigan juntando en ese espacio que va a ser tan emblemático», afirmó.
Por último, respecto al futuro de las grandes urbes, mencionó que «la ciudad tiene que ir dando más espacio a la movilidad sustentable y tiene que fomentar estos cambios».