CULTURA
Crédito: Captura de pantalla (referencial)
El tercer Tribunal Ambiental emitió una sentencia sin precedentes que deja sin efecto dos resoluciones de calificación ambiental (RCA) de la empresa Nova Austral, la que pretendía instalar dos centros de cultivo de salmones en las aguas de la Reserva Nacional Kawésqar, en la región de Magallanes. Tras el fallo, el director nacional de Greenpeace, Matías Asun, expresó que «en este caso puntual la derrota la sufre una de las empresas que ha persistido en instalarse en una zona de altísimo valor ecológico, única en el mundo, y que hoy sirve de refugio y zona de alimentación a ballenas jorobadas y sus crías, entre muchas otras especies».
El tercer Tribunal Ambiental emitió una sentencia que deja sin efecto dos resoluciones de calificación ambiental (RCA) de la empresa Nova Austral, la que pretendía instalar dos centros de cultivo de salmones en las aguas de la Reserva Nacional Kawésqar, región de Magallanes.
En concreto, el fallo apunta que los centros fueron presentados de forma fraccionada cuando verdaderamente eran parte de un mismo proyecto, donde tenían áreas de influencia en común. Por lo tanto, se deben evaluar de forma integral para analizar los impactos sinérgicos que supondrían.
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La abogada de la ONG Fima, Macarena Martinic, sostuvo que «el fallo sienta un precedente para otros centros de engorda que se buscan emplazar en el mismo lugar y que han sido presentados de forma fraccionada cuando realmente tienen áreas de influencia en común».
«Si la empresa quiere persistir con los proyectos debe volver a ingresarlos al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), pero ingresándolos como un solo y tomando en cuenta lo que señala el fallo, como la necesidad de evaluar los impactos sinérgicos, de incorporar las rutas de navegación, etc», complementó Martinic.
Por otro lado, el director nacional de Greenpeace, Matías Asun, declaró que «el fallo es una excelente noticia, pues implica comenzar a tirar por tierra la intención explícita de la industria salmonera de instalarse en las aguas de parques nacionales y zonas prístinas de la Patagonia chilena».
«No sólo la industria ya es conocida por los múltiples y significativos impactos que eliminan la vida de los fondos marinos con fecas y químicos, en este caso puntual la derrota la sufre una de las empresas que ha persistido en instalarse en una zona de altísimo valor ecológico, única en el mundo, y que hoy sirve de refugio y zona de alimentación a ballenas jorobadas y sus crías, entre muchas otras especies», concluyó Asun.
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