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“Correspondencias”: La recuperación del diálogo en la pospandemia CULTURA

“Correspondencias”: La recuperación del diálogo en la pospandemia

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Christian Aedo Jorquera
Por : Christian Aedo Jorquera Escritor, fotógrafo y columnista. Ha publicado Pornostar (Ediciones Contrabajo, 2004), Recolector de Pixeles (Ripio Ediciones, 2010), No más de un segundo (Mansalva, 2010, Argentina), y ha participado en diversas antologías de poesía en Latinoamérica. Forma parte del equipo editorial de Cormorán Ediciones.
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En la muestra se aprecia el trabajo de texturas, materialidades, la manifestación del color y la aparición y desaparición de la luz como parte de esta conversación plástica, donde participan artistas, espectadores y especialmente el espacio. En entrevista para El Mostrador, las artistas Constanza Jarpa y Catalina de la Cruz hablan del proyecto y profundizan los alcances de su propuesta.


Durante todo el mes de diciembre del 2022 y enero de este 2023, se pudo visitar y disfrutar de la muestra “Correspondencias”, ubicada en la galería CasaPlan de Valparaíso.

Este montaje reunía las obras de Constanza Jarpa, Catalina de la Cruz y Sebastián Baudrand, de Chile, junto al trabajo de Esmelyn Miranda, de Venezuela.

Es un montaje que buscó materializar el dialogo que sostuvieron los participantes durante la pandemia recién pasada, y que se basó en el intercambio visual.

En la muestra se aprecia el trabajo de texturas, materialidades, la manifestación del color y la aparición y desaparición de la luz como parte de esta conversación plástica, donde participan artistas, espectadores y especialmente el espacio.

Los artistas cuentan que la invitación al diálogo se realizó desde la virtualidad de internet en la página del proyecto en un ejercicio que buscó crear una muestra colectiva basada en el dialogo, escapando de la homogenización que se da en los proyectos de creación común, para mantener las voces de sus participantes en un dialogo constante que se puede ver en las obras de la muestra, física y virtual de la página.

Otro dato importante de la obra es la propuesta de desaparición de la autoría, como un gesto más que se abre al dialogo, escapando de la identificación, propiedad e individualización tan propios de una sociedad disciplinaria de control en la que nos encontramos.

En entrevista para El Mostrador, las artistas Constanza Jarpa y Catalina de la Cruz hablan del proyecto y profundizan los alcances de su propuesta.

Catalina De la Cruz. Crédito: Christian Aedo.

– ¿Cómo se gesta el proyecto Correspondencias?

– Constanza Jarpa (CJ): Este proyecto comienza hace un año, con una invitación que le hice a Catalina De la Cruz para a generar una exposición bipersonal en la Galería Subterránea de CasaPlan, en Valparaíso. Las obras de ambas se despliegan desde la gráfica y fotografía, ha desplazamientos materiales, cromáticos, volumétricos y de escala. Son investigaciones y cuerpos de obra que propiciaban un diálogo.

La sala tiene un imponente espacio, una arquitectura industrial que le da potencia, y que se presta para generar exposiciones de grandes dimensiones. Así se abrió la posibilidad de proponer una potente interacción con los elementos espaciales y matéricos del lugar, crear un diseño lumínico independiente del espacio exterior —por ser subterránea—.

Entonces surge la propuesta de Catalina, de invitar a dos artistas más, con obras que contribuirían a abrir aún más el diálogo. Así llegan Sebastián Baudrand de Puerto Varas y Esmelyn Miranda de Valencia, Venezuela. Ellos desarrollan obras con grandes afinidades, desde el uso de materiales industriales, geometrías cromáticas y trama, en el espacio y el plano. Es por estas proximidades gráficas, de texturas, geométricas y gamas cromáticas que comenzamos nuestro dialogo.

– Catalina de la Cruz (CdlC): La idea surge de la figura de artistas que se envían cartas y generan un diálogo desde sus intereses, reflexiones, ideas, inquietudes… etc. Entonces, en el caso de esta exposición, entre nosotros, los cuatro artistas, estas correspondencias en lugar de ser cartas o textos, serían obras, y entonces se trataba de comunicarnos a través de ellas.

El proyecto se despliega en una dinámica en la cual uno de nosotros envía una obra y los demás le respondemos a esta con otras obras, para así ir generando una conversación visual interdisciplinaria, desde nuestras diferentes investigaciones. Cada uno de nosotros comunicándose con los otros desde sus imágenes.

Constanza Jarpa. Crédito: Christian Aedo.

– ¿Cuál es la relación de los diferentes autores en la muestra?

– CJ: Yo conozco a Catalina hace años porque iba en mi colegio y era compañera de curso de su hermano. Cuando volví de España me metí a un curso de foto-emulsión con la Cata y ahí comenzamos a urdir una amistad. En ese momento conocí mejor su trabajo y me pareció que podríamos hacer algo juntas.

Cuando le propuse hacer una proyecto, Catalina me mostró el trabajo de Sebastian y Esmalyn, dos artistas que yo, la verdad, no conocía y me pareció que sus trabajos podían tener relación con el nuestro, no solo por temas visuales, sino porque trabajaban también con obras de sitio específico, que era lo que a mí me interesaba para desarrollar en la sala subterránea de CasaPlan. Se podría decir que en ese momento la Cata hizo de curadora, creó una plataforma web para poder conocernos y desarrollar de manera virtual el proyecto Correspondencias.

– CdlC: Primero Constanza me invita a generar una exposición bipersonal. En cuanto le propongo la idea de un diálogo colectivo desde las correspondencias le sugiero invitar a los artistas Sebastián Baudrand y Esmelyn Miranda.

Constanza y yo tenemos una obra que se desplaza desde la gráfica, que trabaja con el espacio desde, principalmente, la bidimensionalidad. Sebastián y Esmelyn desarrollan una obra bastante en la misma línea en cuanto a materialidades, cromatismos y despliegue en el espacio. Así consideramos que entre los cuatro se podían generar una interesante comunicación.

– La diversidad de materialidades y texturas presente en las obras, ¿a qué responde?

– CJ: La diversidad de materiales responde al trabajo de cada uno, las texturas, creo que es algo que está presente en los cuatro, y de alguna forma es algo que también nos une a nivel visual. En mi caso en particular, si bien yo siempre tengo presente texturas en mi obra, esta vez quise trabajar desde el propio imaginario del subterráneo de CasaPlan, creando desplazamientos visuales que abordan las texturas del suelo, de los muros y del espacio en general.

Con cerámica gres, recree los baches y huellas del piso, la idea fue hacer presente la memoria del suelo mediante volúmenes negros, que urdían una especie de alfabeto lineal, instalados en el plano. Lo que te invitaba a bajar la mirada para tener mayor relación con el propio contexto.

Por otro lado construí cubos de cerámica, como reflejo geométrico de los muros de piedra que existen en el lugar, estos cuadrados aluden a la construcción primaria casi infantil, de acoplar una piedra sobre otra para armar muros, torres, pircas, espacios móviles en construcción.

Otra de las obras, fue una proyección de video de una toma cenital que hice del río de Cochamó, ésta fue proyectada sobre el muro de piedra de la sala, la idea era traer el espacio exterior al interior del subterráneo. El agua es una pieza fundamental y cobra sentido por estar en el puerto de Valparaíso y porque bajo CasaPlan corre una napa subterránea.

El sonido del agua en el video es bajo, ya que me interesaba samplear ese sonido, con los sonidos de flujos de agua que existen en el propio espacio, como afluentes del desagüe y aguas del café que está situado sobre la sala.

También construí dos pinturas acrílicas de 200 x 160cm, éstas pinturas contienen la silueta de dos de las piedras de uno de los muros de la sala subterránea, volviendo a geometrizar el espacio, las texturas que hay en el interior del cuadro es de arena que cae y fueron hechas con serigrafía, con ello me interesaba hablar de la degradación de la piedra, de la historia, del paso del tiempo.

– CdlC: Todos quienes participamos en esta exposición tenemos en común una relación estrecha con las materias, el trabajo estrictamente análogo, físico en la construcción de nuestras obras.

– En esa línea dialógica, estas voces que se cruzan en una primera instancia de forma virtual,  ¿cómo traspasan ese diálogo a la muestra?

– CJ: El diálogo lo fuimos armando en el propio espacio, fue ahí donde pudimos ir observando a partir de texturas, gamas cromáticas, geometrías y el propio material de cada obra, su relación, más allá de lo que podríamos ver de manera virtual, el dialogo fue tomando sentido no solo entre las piezas sino también con el propio espacio.

– CdlC: Se construyó una página web, a modo de lienzo en blanco. En esta trabajamos durante meses generando los diálogos visuales. Pero este no se traspasa a la muestra. Los diálogos que se generaron en la web fueron el hilo conductor de una relación entre los cuatro, que nos permitió conocernos, conocer nuestras miradas, nuestros focos, como trabajábamos con lo real, con la representación.

No traspasamos este diálogo virtual a la sala de exposición. Las obras que llegaron a montaje fueron otras, por supuesto en la línea de trabajo que cada uno desarrolla. Por lo que no fue difícil construir un último diálogo, ahora físico y abordando el espacio contenedor de la Galería subterránea de CasaPlan.

– ¿A qué responde la decisión de la desaparición de las autorías en obras?

– CJ: La idea fue armar una muestra colectiva donde el autor no es uno sino la propia muestra, con esto dejar de lado la idea individual del yo, y comenzar a pensar en lenguajes comunes que arman un contexto sin autorías.

– CdlC: Dado que el proyecto se desarrolla desde la idea de las correspondencias visuales que generamos durante casi un año de forma virtual, se consolida como eje este diálogo entre obras por sobre las investigaciones personales que cada uno de los artistas.

Se generó como eje, entonces, un diálogo entre las obras que se independiza de nosotros como autores y nuestras prácticas personales. De ahí que lo fundamental es como trabajan entre ellas y no quien es el autor de cada una de ellas.

– ¿Cuál es la relación del espacio (Casa Plan) con la muestra?

– CJ: El espacio de CasaPlan nos pareció interesante por tener esta sala-subterránea media industrial, que si bien es difícil de abordar, nos parecía un hermoso desafío.

– CdlC: La galería subterránea, considero en lo personal, es el quinto integrante de la exposición.

– En algunas de las obras se aprecia la reutilización de materiales, esta resignificación ¿es parte de una manifestación o postura política respecto al contexto?

– CJ: Creo que eso responde a la manera de trabajar de Sebastian y de Esmelyn los cuales resignifican materiales industriales, y claro, es una postura política pero en cada cual tiene una lectura diferente.

– CdlC: Así es. En las obras de Esmelyn hay una fuerte carga social y política. El uso o reuso de materiales comunes, de uso corriente, popular, panfletario o de descarte. Está totalmente en línea a la investigación que este artista Venezolano ha desarrollado los últimos años.

– ¿Cómo ven el trabajo colectivo dentro del panorama de las artes visuales nacionales? ¿Tiene algunos referentes? ¿Cuál es la fortaleza de estas dinámicas?

– CJ: Nuestra muestra si bien se piensa desde una colectividad, ésta se realizó para un montaje, en su relación in situ con el lugar, y no desde la elaboración de las obras en común, que es la tendencia cuando se habla de proyectos que se entienden como colectivos, para el caso de Correspondencias el dialogo se hace desde la subjetividad de cada uno y se manifiesta en el montaje.

En Chile han existido proyectos como el CADA que fue un colectivo que trabajaba con arte en el espacio público en plena dictadura, hoy en día no veo colectivos visuales con tanta fuerza, pero se han generado movimientos artísticos que enmarcan diferentes áreas y que tienen bastante relevancia, éstos movimientos surgen desde una necesidad de expresar y quedan evidenciados en situaciones políticas como lo pudimos observar en las manifestaciones desde el estallido en adelante.

– CdlC: No hubo referentes. De lo que he visto en colectivas. Espacios destinados para cada autor(a) y nombre + ficha técnica al costado, es lo último que me y nos interesaba. Lo que propusimos con esta exposición es romper totalmente con el concepto de autoría. Que el protagonismo lo tuviera la relación entre las obras en el espacio de la sala de exhibición, sin nombre, títulos ni referencia alguna.

De alguna forma es un ejercicio de desprendimiento del ego para dar protagonismo a lo que las obras puedan entregar en sus propios diálogos.

– Dentro del contexto de los últimos años, ¿cómo ven ustedes la figura de los artistas visuales o los artistas en general?

– CJ: Creo que el artista es importante en la sociedad desde siempre, independiente que tipo de arte genere, es un espacio de libertad y expresión que necesita el sujeto y las personas para poder canalizar y experimentar otras formas de relacionarse con el mundo.

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