El autor de “Persona non grata” -libro que surgió de su experiencia en Cuba, a donde fue enviado en 1970 por Salvador Allende para reponer las suspendidas relaciones diplomáticas con la isla y que solo duró 3 meses, ya que ese tiempo bastó para que Fidel Castro lo declarara como “persona non grata” debido a su público apoyo a los intelectuales disidentes del régimen- falleció este viernes en España en compañía de su familia a los 91 años. En 1994, Jorge Edwards recibió el Premio Nacional de Literatura en reconocimiento a su larga trayectoria y su aporte a las letras chilenas, ese mismo año publicó “El whisky de los poetas”. El año 2000 fue muy importante para Edwards, puesto que se le otorgó el Premio Cervantes, distinción considerada por la crítica como el nobel hispanoamericano. Ese mismo año, el presidente Ricardo Lagos lo condecoró con la Orden al mérito de Gabriela Mistral.
Durante la jornada de este viernes el hijo del escritor confirmó su deceso, tras regresar a su casa después de pasar un tiempo en el hospital. Con el fallecimiento del también connotado diplomático chileno se va uno de los últimos escritores de la famosa Generación del 50, que compatió con Enrique Lafourcade, José Manuel Vergara, Armando Cassigoli y Claudio Giaconi, entre otros.
Laureado con el Premio Nacional de Literatura en el año 1994 y el Premio Cervantes en el año 2000, considerado el Nobel de la literatura hispanoamericana, desde niño Jorge Edwards gran inclinación por las letras. Se educó en el colegio San Ignacio de Loyola, donde tuvo por profesor al Padre Alberto Hurtado. Terminada la enseñanza escolar, Jorge Edwards estudió Derecho en la Universidad de Chile, pero no ejerció pues optó por seguir su vocación literaria.
En 1952 publicó su primer volumen de cuentos El patio. Dos años más tarde, comenzó su carrera como diplomático y en 1959 realizó un Postgrado en Ciencias Políticas en la Universidad de Princeton. En los años siguientes ejerció como secretario de la Embajada de Chile en París.
Representó a Chile en diversas misiones, llegando, incluso, a ser embajador ante la UNESCO durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva. En 1970 el Presidente Salvador Allende lo envió a La Habana en misión especial para reinstaurar las suspendidas relaciones diplomáticas entre ambos países. Tres meses bastó para que fuera declarado por Fidel Castro “persona non grata” por su apoyo a los intelectuales disidentes del régimen. De esta experiencia, surgió el libro Persona non grata, el que publicado en 1971 causó gran polémica, pues en este Edwards hizo una crítica directa a la política contingente.
Años antes de su paso por Cuba, Edwards en 1962 editó otro volumen de cuentos, el que tituló Gente de la ciudad. Paralelamente a su trabajo en la embajada de Paris escribió El peso de la noche, en 1965. Con este libro Jorge Edwards comenzó una nueva etapa en su carrera literaria y en su estilo de escritura. Según el autor, con esta primera novela comenzó “de veras a escribir. O sea, a decir el máximo de cosas, a observar la realidad de entorno y dejar de lado la obsesión autobiográfica”. De regreso en Chile preparó juntó al poeta Enrique Lihn una compilación de cuentos, la que titularon Temas y variaciones (1969).
Tras el golpe de Estado de 1973, decidió partir con destino a España. En este país, Edwards consiguió orientar su trabajo literario y desarrollar sus actividades como novelista.
“Se ven tan claras las cosas, que uno pasaba por alto al topárselas todos los días acá. La literatura se hace con la memoria. Con una memoria creadora, que no es posible suscitar ni provocar, y que el ausencia estimula”, sostuvo el escritor por esos años. Edwards se estableció en Barcelona y allí se desempeñó como asesor literario de Seix Barral. Durante estos años escribió la elogiada compilación de ensayos Desde la cola del dragón (1977), libro en el que Edwards intentó establecer un vínculo entre su obra periodística y su ficción con el propósito que sus crónicas fueran leídas también como textos literarios y Los convidados de piedra (1978), novela de crítica directa a la burguesía chilena.
De regreso en Chile, en 1978, fue designado miembro de la Academia Chilena de la Lengua. En los años siguientes, Jorge Edwards publicó dos de sus libros más comentados, El museo de cera (1981) y, posteriormente, en 1987, El anfitrión. En 1990 ganó el Premio Comillas de la editorial Tusquets por su manuscrito sobre la vida de Pablo Neruda, titulado Adiós, poeta. En 1994, Jorge Edwards recibió el Premio Nacional de Literatura en reconocimiento a su larga trayectoria y su aporte a las letras chilenas, ese mismo año publicó El whisky de los poetas.
El año 2000 fue muy importante para Edwards, puesto que se le otorgó el Premio Cervantes, distinción considerada por la crítica como el nobel hispanoamericano. Ese mismo año, el presidente Ricardo Lagos lo condecoró con la Orden al mérito de Gabriela Mistral y publicó su libro El sueño de la historia, inspirado en la vida del arquitecto del Palacio de la Moneda, Joaquín Toesca.