
Sebastián Silva, el cineasta que optó por alejarse de la élite
Saltó a los titulares por calificar de “peligro nacional” a su hermano Luis, un Opus Dei electo como consejero constitucional por el Partido Republicano. Ambos estudiaron en el Verbo Divino, pero luego sus vidas tomaron rumbos diferentes. El artista desde los 19 años osciló entre Chile y Estados Unidos, para irse a ese país definitivamente en 2010, de la mano del éxito de su película La nana. Abiertamente gay y poco dado a las declaraciones políticas, se reconoce “neurótico y obsesivo”, y sus películas hablan de clasismo, racismo y desesperanza en formato de comedia negra, alejado de los clichés y la obviedad.
El cineasta Sebastián Silva (Santiago, 1979) volvió a los titulares en los últimos días, pero no por sus películas. El artista, a quien no le “interesa nada la Iglesia”, saltó a la palestra por catalogar de “peligro nacional” a su hermano mayor, el abogado republicano Luis Silva, un miembro del Opus Dei electo consejero constitucional.
Luis Silva, electo por la Región Metropolitana, obtuvo la primera mayoría nacional en la elección del Consejo Constitucional del pasado 7 de mayo, donde su partido de ultraderecha fue el más votado.
Ambos son hijos del abogado Luis Silva y de Soledad Irarrázaval, y tienen cinco hermanos más, entre ellos, la diseñadora Valentina Silva. Su padre es miembro del estudio Varela, Silva & Bascuñán, creado en 1975 y dedicado al derecho civil y comercial, además de exvicepresidente de Banco Internacional.
Familia DC
Los progenitores fueron opositores a la dictadura, de tendencia DC, y se cuenta que, cuando se armaban discusiones políticas en la mesa, Luis solía quedar en minoría. Sin embargo, eso no ha impedido que Luis Silva y su madre hayan sido aportantes de Chile Vamos en el proceso constituyente de 2021.
Los dos hermanos estudiaron en el colegio Verbo Divino, pero son muy distintos.
Sebastián es abiertamente gay y se fue de Chile a los 19 años, alternando entre Santiago y Nueva York, donde se radicó en 2010. Se hizo famoso por su película La nana, nominada al Globo de Oro ese mismo año. Actualmente vive en México.
Cuando su hermano fue elegido consejero constitucional, Sebastián publicó un mensaje en Instagram, que decía: “Evidentemente que no puedo separar mis posiciones en las cuestiones culturales, valóricas o sociales de mi dimensión religiosa”. Y abajo una foto de Luis Silva con la polémica frase. “Es fruto de las diferencias que tenemos en materia política”, respondió dolido el abogado.
Tras este episodio, 38 primos de la familia replicaron con una carta de apoyo al consejero electo.
Sin duda se trató de un episodio extremo. Sebastián Silva nunca ha sido de expresarse políticamente. De hecho alguna vez, consultado por el movimiento estudiantil, no quiso dar su opinión y dijo que “la agenda política de un país no está en cada uno de sus habitantes”.
“Poca relación”
Lo cierto es que los hermanos tienen poca relación. Hace un tiempo, en una entrevista con Ex Ante, Luis Silva fue consultado sobre su hermano cineasta.
“Vive en México y nos vemos poco la verdad, no tenemos mucho contacto”, manifestó el abogado, que hizo su carrera en la UC –igual que su padre– y luego se doctoró en la Universidad de Los Andes, que pertenece al Opus Dei. En las redes es conocido como “El profesor Silva” y su carrera política incluye sus derrotas electorales en las elecciones de convencionales y parlamentarias de 2021.
Aunque en su casa creció escuchando Whitney Houston y no a Violeta Parra, Sebastián hizo una carrera diferente. Estudió en la Escuela de Cine de Chile, se ha desempeñado como diseñador y músico de bandas como Los Monos. En una entrevista con The Clinic aceptó ser “neurótico y obsesivo”, además de hacer terapia sin empastillarse.
“Siempre estoy pensando en lo que viene después de mi presente. Como que nunca estoy satisfecho con lo que está pasando en el presente, sino que estoy esperando lo que venga”, afirmó en esa ocasión.
También señaló sufrir “una impaciencia, ansiedad, todo lo mismo. Pero uno aprende a vivir con eso también. Como que igual ahora hago unos ejercicios de respiración. Hago meditaciones, pero en todos lados. Trato de estar constantemente trayéndome al presente”.
Una de las personas que mejor lo conoce es Pedro Peirano, creador del programa “31 minutos” junto a Álvaro Díaz. En 2005 y 2006, Silva tomó clases de guion e historia del cine con Peirano, con quien forjó una estrecha relación. De hecho, con él escribiría los guiones de sus tres primeras películas. Además dirigieron juntos Gatos viejos (2010).
Carrera cinematográfica
Hizo su primera película, La vida me mata, en 2007, cuyo personaje principal curiosamente entra en crisis tras la muerte de su hermano mayor. Pero fue La nana (2009) la cinta que lo catapultó a las grandes ligas. Un año después se radicó en Nueva York.
Ya en Estados Unidos, filmó Magic, Magic y Crystal Fairy & the magical cactus. Por esta última, fue premiado como mejor director nada menos que en Sundance, en 2013. Su siguiente filme, Nasty Baby (2014), que además protagonizó y que trata sobre una pareja homosexual que intenta tener un hijo, logró el premio Teddy en la Berlinale de 2015.
Luego rodó Tyrel (2018), que se inspiró en un episodio que vivió en Cuba. Allí pone al espectador en la piel de un hombre afroamericano, invitado a la fiesta de cumpleaños de un buen amigo blanco, así como todo el resto de sus convidados, que empieza a vivir situaciones incómodas.
En la cinta, Silva expone la violencia cotidiana no explícita a la que están expuestos los afroamericanos, que también sufre la comunidad gay (o cualquier otra minoría), y que ha terminado normalizándose en nuestra sociedad, sin conciencia del daño causado. Por algo la película, que estuvo en Sundance, lleva el tagline “when you are alone” (“cuando estás solo”).
“Quizá por haber crecido como liberal en una sociedad conservadora, o como homosexual en una sociedad homofóbica, he podido evidenciar de primera mano la alienación y el miedo al rechazo”, reflexionó en otra entrevista de 2018.
Últimas señales
Las pistas sobre su presente se pueden ver en su más reciente filme, Rotting in the Sun, que se estrenó en enero en Sundance, protagonizado por él mismo, Jordan Firstman y Catalina Saavedra (La nana). En la película incluso aparece Chima, el perro de Silva en la vida real.
Allí, Sebastián Silva interpreta a un personaje en una desalentadora versión de sí mismo, subsistiendo en Ciudad de México a punta de ketamina y poppers, que piensa en suicidarse, hasta que por azar conoce a un influencer estadounidense adicto a las fiestas, según escribió el Hollywood Reporter.
El medio agregó que el largometraje visita los temas usuales del cineasta –el clasismo, el erotismo, la desesperación y la fragilidad de la vida–, en una película de artistas autocompasivos y celebridades de las redes sociales, donde un amigo le sugiere a su personaje pasar unos días en la playa y tener sexo anónimo para liberarse de sus pensamientos suicidas.
“En la película nos reímos de nuestra gente”, dijo Silva en una entrevista posterior, “pero sin maldad”. “Puede ser que apestemos, pero bueno, ya está”, añadió.
Para saber más de lo que está pasando en el mundo de la ciencia y la cultura, súmate a nuestra comunidad Cultívate, el Newsletter de El Mostrador sobre estos temas. Inscríbete gratis AQUÍ