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Libro de cuentos “En el óvalo de la luz” de Claudio Suárez: ahí se esconde el diablo CULTURA|OPINIÓN

Libro de cuentos “En el óvalo de la luz” de Claudio Suárez: ahí se esconde el diablo

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Juan Ignacio Colil
Por : Juan Ignacio Colil Ha publicado los libros de cuentos: “8cho relatos” (EDEBÉ, 2003), “Al compás de la rueda”(Das Kapital, 2010) y las novelas “Lou” (Magoeditores, 2007), “Tsunami” (Das Kapital, 2014), “El reparto del olvido” (Lom, 2017), “Los muertos siempre pueden esperar” (Raíz de dos, 2017, Argentina), “Un abismo sin música ni luz” (JPM Ediciones, España 2017 y Lom Ediciones, Chile, 2019), “Espejismo cruel” (Los perros románticos, 2021, Chile) además publicó las novelas infantiles “Bajo el Canelo” (Edebe 2012) y “Zumbidos y estrellas” (Das Kapital, 2015). Algunos de sus cuentos han sido incluidos en antologías y ha obtenido varios premios de novela y cuento en Chile, España y Argentina.
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El volumen está compuesto por 10 relatos que cuentan historias de desencuentros y encuentros, algunos cargan con más fatalidad que otros. Los personajes son variados, unos jóvenes japoneses, médicos, un escritor caído en desgracia existencial, un grupo de delincuentes santiaguinos, hombres mayores, mujeres jóvenes y maduras; incluso el mismo Arthur Rimbaud aparece en una versión contemporánea, etc. 


“En el óvalo de la luz” es el primer libro de cuentos del escritor Claudio Suárez, publicado por Simplemente Editores a fines del 2022.

Un elemento a considerar en la edición del libro es que cada cuento va precedido por una ilustración relacionada con el relato, a modo de puerta de entrada, la ilustración invita al lector. No soy especialista, pero creo que son collages fotografiados. De niño cuando tenía que leer un libro en el colegio siempre veía si traía dibujos y que tan grandes eran. Ya no los busco en las páginas, pero creo que es un elemento que lo hace diferente. 

El volumen está compuesto por diez relatos que cuentan historias de desencuentros y encuentros, algunos cargan con más fatalidad que otros. Los personajes son variados, unos jóvenes japoneses, médicos, un escritor caído en desgracia existencial, un grupo de delincuentes santiaguinos, hombres mayores, mujeres jóvenes y maduras; incluso el mismo Arthur Rimbaud aparece en una versión contemporánea, etc. 

En la mayoría de los cuentos la relación de pareja, el amor, la atracción; es el tema o el ámbito en que se mueven los personajes; la búsqueda de esa pareja, el fin de la relación, el fracaso; las falsas expectativas y  los recuerdos son los hilos que mueven los relatos,  también  existen elementos externos que condicionan esa relación y a veces hacen aparecer a los personajes como seres movidos por fuerzas muy superiores y ajenas a ellos, pero a veces su suerte es solo el resultado de sus acciones.

Otro elemento que llama la atención son los escenarios de los cuentos, varios de ellos se sitúan o se refieren a otros países. En el conjunto de relatos aparece Tokyo, Sudáfrica, México, Centroamérica, el sudeste asiático, Barcelona, etc; lo que les da un toque más globalizado, en el fondo, en todas las latitudes la humanidad vive experiencias similares y se enfrenta a los mismos problemas; y la vida da giros parecidos.  En varios de los relatos también aparecen referencias a los médicos y su trabajo; un dato relevante ya que el autor es médico; pero no abusa de esos antecedentes, no es un conjunto de relatos relativos a la vida de los galenos.

El cuento que da el título al volumen “En el óvalo de la luz”, es un relato que se escapa un poco del tono de los demás relatos. Es un cuento ambientado en los bajos fondos santiaguinos con entuertos de traficantes y pistoleros. Una acción rápida que define la suerte de los protagonistas. No hay espacio para la reflexión y el óvalo de la luz actúa como una zona que demarca un escenario de muerte.

Otro cuento que me llamó la atención fue “El otro barco ebrio”, un cuento que revive al poeta Rimbaud, esta vez  es un francés que vive en Chile en Estación Central y por supuesto; está dedicado a negocios turbios y vive también relaciones intensas, hasta que su rodilla lo lleva al médico y se desencadena otra temporada en el infierno.

Es interesante como lo plantea el autor porque no se habla de algún artificio o alguna teoría sobre la reencarnación, simplemente Rimbaud vive en Estación Central y padece como cualquier vecino los achaques de la vida.  “Rimbaud recibió la palabra quimioterapia como había recibido el balazo de Paul Verlaine, con dolor y sorpresa. Lo aceptó porque la pierna había aumentado casi al doble de su tamaño normal y el dolor se había vuelto permanente” (p. 83). El desenlace nos entrega otra cuota de decepción, pero sin que falte una mirada de humor negro, que lo hace aún más decepcionante para el personaje.

En la mayoría de los cuentos el autor opta por finales cerrados, en algunos con una cuota de sorpresa, pero sin hacerlos absurdos. 

“En el óvalo de la luz” es un conjunto de relatos consistente, trabajados en los detalles, no hay personajes que sobren, ni hechos que no tengan que ver con lo que se relata. Imagino que si el autor es médico cirujano, cuida los detalles, ya se sabe que ahí se esconde el diablo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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