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Paulina Urrutia: “Siempre me negué a esta película. Fue Augusto quien me convenció” CULTURA

Paulina Urrutia: “Siempre me negué a esta película. Fue Augusto quien me convenció”

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Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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En un verdadero fenómeno de audiencia se ha convertido “La memoria infinita”, la película de la directora Maite Alberdi. En su primer día de exhibición, alcanzó los 6 mil espectadores, convirtiéndose automáticamente en el documental más exitoso en su debut en la historia de Chile. Fue un gran estreno que continuó atrayendo al público durante sábado y domingo, hasta alcanzar un cómputo final insuperable: la cinta fue vista por más de 51 mil espectadores durante su primer fin de semana. En esta entrevista con El Mostrador, Alberdi y la protagonista del documental, Paulina Urrutia, conversan acerca de la importancia de las reflexiones individuales para pensar en la memoria colectiva y sobre las discusiones que implica representar la enfermedad en el cine. “No estamos viendo solo una historia de amor, sino que estamos viendo la historia de un país en distintas etapas”, expresa la cineasta.


En 2018, la actriz Paulina Urrutia no estaba de acuerdo con la idea de filmar un documental junto a Augusto Góngora, su pareja desde 1997 y quien cuatro años antes había sido diagnosticado con alzhéimer. Ese mismo año, conocieron a la directora Maite Alberdi en una clase de cine en una universidad. Góngora tuvo que convencer a Urrutia y finalmente, entre 2018 y 2022, filmaron La memoria infinita. 

“La verdad, siempre me negué a esta película, dije que no hasta el final, el que decidió hacerla fue Augusto”, relata Paulina Urrutia a El Mostrador.

Tras su estreno el pasado jueves 24, alcanzó los 6 mil espectadores y, durante el primer fin de semana de exhibición, más de 51 mil personas asistieron a las salas de cine para ver el más reciente documental de la destacada cineasta Maite Alberdi.

Aquellos 6 mil espectadores en su primer día de exhibición en Chile, lo convirtieron automáticamente en el documental más exitoso en su debut en la historia del país. Fue un gran estreno que continuó atrayendo al público sábado y domingo, hasta alcanzar un cómputo final insuperable: La Memoria Infinita fue vista por más de 51 mil espectadores durante su primer fin de semana.

Solo el día domingo vendió cerca de 17 mil tickets, prácticamente doblando a todas las películas de cartelera: Barbie, Oppenheimer, entre otras.

La película, coproducida por Micromundo y Fábula, y distribuida mundialmente por MTV Documentary Films y en nuestro país por Market Chile, debutó internacionalmente en el Festival de Sundance en enero de este año y obtuvo el Gran Premio del Jurado como Mejor Documental. Desde ese momento, ha recorrido más de 50 festivales fundamentales, acumulando nominaciones, galardones y buenas críticas.

La cinta cuenta la conmovedora historia de amor entre Augusto Góngora –quien falleció en mayo de este año– y Paulina Urrutia, una pareja que ha estado enamorada por más de 25 años. Sin embargo, sus vidas cambiaron con el diagnóstico de alzhéimer de Góngora. La actriz y exministra pasó a ser la cuidadora de su esposo y en la película se ve como él la acompaña a los ensayos de sus obras. Además, cómo parte importante de la rutina de Urrutia es el cuidado de él.

“No estamos viendo solo una historia de amor, sino que estamos viendo la historia de un país en distintas etapas, una forma de hacer periodismo que ya escasea tanto. Entonces, hay un colectivo porque hay una identificación de todos con las épocas. A mí me da nostalgia la película porque siento como un Chile que ya no existe y que duele no verlo, lo veo en un entusiasmo, en una manera de aproximarse a las comunicaciones, un mundo sin redes sociales, donde llevar la cámara a la calle sí era de vida o muerte para comunicar, y donde ellos asumían esa responsabilidad”, señala Alberdi a El Mostrador.

Representar la enfermedad en el cine

Al igual que en otros de sus documentales, la directora se centra en los derechos humanos. En esta película no es la primera vez que Alberdi filma los recuerdos, pues en El agente topo (2020) ya hay un acercamiento a la memoria y la enfermedad, lo que también ocurre en el corto Yo no soy de aquí (2016).

En el caso de La memoria infinita, no se centra en el diagnóstico de Góngora, sino que en la relación de la pareja y las contradicciones que conlleva amar a alguien.

“Yo me acerqué a ellos por la historia de amor, no me acerqué a ellos por el alzhéimer y no me acerqué a ellos por los personajes que eran”, recalca la directora.

En tal sentido, agrega que “me acerqué porque los vi quererse y creo que la enfermedad está representada poco desde el amor en el cine, suele estar desde el dolor, desde las decisiones que implican, sobre muchas preguntas, sobre la eutanasia. La enfermedad está trabajada desde preguntas morales importantes y poco desde el cariño y los lazos que se profundizan, entonces yo me sorprendí”.

Alberdi recalca que le interesa en sus películas evidenciar las problemáticas relacionadas con derechos humanos desde lo cotidiano.

“A mí me gusta explorar en qué se traducen en el día a día esas problemáticas sociales y yo te diría que es un cine que plantea distintas problemáticas sociales, que se están como colando en la pared, como las discusiones públicas en situaciones bien concretas. Cómo en esta película podemos hablar del rol de los cuidadores y qué estamos entendiendo por los cuidadores, cómo todavía hay una deuda gigante porque hay una persona que cuida y que se aísla”, manifiesta.

Al respecto, la directora expresa con claridad cuál es el rol que quiere tomar en estas discusiones.

“Yo como cineasta solo puedo ilustrar con ejemplos la discusión, yo no voy a cambiar las leyes, no voy a entrar en mesas redondas a discutir, solo puedo regalar imágenes para eso”, puntualiza.

Paulina Urrutia, por su parte, ve en el amor y el arte una experiencia sublime que está en el documental, en los momentos elegidos por la directora.

“El amor es totalmente posible, eso es lo maravilloso que tiene, lo que a mí por lo menos me pasa con el arte. No hay otra cosa en la vida más que el amor y el arte que te hace tocar el cielo con los dedos, o sea, uno puede sentir cuando ama a alguien. O cuando veo una obra como una película de la Maite que te está movilizando el alma, aquello que entre comillas se podría decir que es imposible, se hace realidad en tu cuerpo”, subraya.

Adicionalmente, entre risas, la actriz dice: “Yo siempre pongo ese ejemplo con el Augusto, pudimos haber vivido cosas muy difíciles pero, nada poh, ahí estaba afeitándolo y que él te dijera ‘te quiero mucho’, eso es todo, no hay nada, no hay mucho más que hacer”.

La memoria colectiva

La película reflexiona sobre el recuerdo individual y colectivo. Augusto Góngora es una figura relevante que siempre estuvo frente a la cámara contando las historias de otras personas, sin embargo, en La memoria infinita los roles se invierten y él pasa a ser el protagonista de su historia.

“Este año, y todos, es importante discutir sobre la memoria. Esta película invita a entender las conmemoraciones desde otro lugar, se llama La memoria infinita porque hay una memoria que permanece en el cuerpo de Augusto, está contada desde lo que se queda y desde el recuerdo y no desde lo que se olvida, y acá hay un recuerdo histórico consistente”, explica la cineasta.

Paulina Urrutia coincide con Alberdi y sostiene que el documental es “una película que invita a un ejercicio de memoria y, cuando uno piensa en ejercicio de la memoria histórica, de recobrar una memoria colectiva, eso se hace en la memoria personal de cada uno de nosotros, que somos parte de este país. Además, invita a un ejercicio personal, a conectarse con la propia historia de uno y la importancia que eso tiene en la reconstrucción de la memoria histórica, el reconocernos como parte de lo que ha ocurrido en nuestro país, y eso significa recobrar nuestra verdadera identidad como pueblo”.

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