Será este sábado en una ceremonia en el Cementerio General, por iniciativa de los ex trabajadores de DICAP (Discoteca del Cantar Popular) y algunos artistas de la época. De forma paralela, una obra de teatro rescata del origen del emblemático tema. La canción fue grabada sólo tres meses antes del golpe de Estado por Quilapayún. Durante esta semana y la próxima, el montaje “Un puñado de canciones” podrá ser visto en el Teatro Nacional Chileno. Asimismo, en el marco del Foro de las Artes de la U. de Chile se tocará su cantata “La fragua”.
El próximo sábado 30 de septiembre en el Cementerio General de Santiago, a las 11:00 horas horas, se efectuará la ceremonia de traslado de restos de Sergio Ortega Alvarado (1938-2003), compositor chileno de larga trayectoria y reconocido mundialmente por su himno “El pueblo unido”, escrito junto al grupo Quilapayún.
Ortega falleció el 16 se septiembre de 2003 en Francia. Sus restos fueron trasladados a Chile y luego de una ceremonia de despedida popular que implicó homenajes en los frontis del Conservatorio Nacional, Universidad de Chile y otros lugares y una masiva despedida en el frontis del Museo de Arte Contemporáneo, fue sepultado frente al patio 29 del Cementerio General de Santiago, en la corrida de nichos inmediatamente superior al lugar donde descansaba Víctor Jara.
“Es el autor de ‘El Pueblo Unido’ y de ‘Venceremos’, canciones que son cantadas en el mundo entero, en distintos idiomas, y en Chile hay una parte importante de la población que no lo conoce, naturalmente, porque toda la campaña del silencio ha pesado fuertemente en ello”, explica Cecilia Coll, una de las fundadoras del sello discográfico Discoteca del Cantar Popular (DICAP), a El Mostrador.
Una iniciativa de los ex trabajadores de DICAP y algunos artistas de la época permitirá que sus restos descansen en un lugar más accesible para los homenajes y reconocimientos que el compositor y pianista merece, siendo también autor del himno “Venceremos”.
“Él sintetizó en un himno sencillo la unidad del pueblo trabajador. Sintetizó también la esencia del proyecto de la Unidad Popular. La unidad del pueblo por los cambios revolucionarios, por construir un Chile más justo, por tener acceso a todas las transformaciones que el país necesitaba, fue vertido o está contenido en este himno. Yo pienso que el sentido que hoy tiene ‘El Pueblo Unido’ es recuperar la memoria, recuperar, conocer la lucha del pueblo de Chile, recuperar esa memoria, porque en función de recuperar la memoria es como podemos proyectar al futuro de este país. Sin memoria no hay futuro”, expresa.
La ceremonia de traslados de restos es abierta a todo público y contará con la presencia musical de algunos invitados, entre ellos la cantante Nora Blanco y el dúo conformado por Marcelo Coulon y David Azán. El punto de encuentro es a las 10:30 horas en el memorial de Detenidos Desaparecidos del Cementerio General (Metro Cementerios).
Nacido en Antofagasta el 2 de febrero de 1938, del colegio San Ignacio pasó a la Universidad Católica a estudiar por un tiempo Arquitectura y luego Literatura. Hasta que se decidió por sistematizar su vocación natural, e ingresó al Conservatorio de la Universidad de Chile. Para 1969 ya estaba haciendo clases de música en esa institución, y tuvo entre sus alumnos a Horacio Salinas, de Inti Illimani, señala el sitio Música Popular.
Tenía menos de 30 años de edad cuando Pablo Neruda le encargó musicalizar el montaje de su traducción de Romeo y Julieta y, luego, una obra de teatro escrita por él y basada en la historia de un aventurero que emigró a California durante la «fiebre del oro» para terminar convertido en un bandido justiciero. La ópera “Fulgor y muerte de Joaquín Murieta” fue estrenada en 1967 en el teatro Antonio Varas, bajo la dirección de Pedro Orthous. También hizo la música de varias obras de teatro y cintas como “El chacal de Nahueltoro” (1969), y fungió como director artístico de la naciente señal televisiva de la Universidad de Chile., según el mismo sitio web.
Tras el golpe de Estado se exilió en Francia, donde fue, entre otros, director de la Escuela Nacional de Música. En 2003, en una visita a Chile, declaró: «La Nueva Canción Chilena era absolutamente inevitable, porque había una ola muy grande, que movía al país desde el fondo hasta arriba», dijo entonces sobre el movimiento del cual fue protagonista. «No había manera de oponerse; era una ola de cambio. Nosotros éramos otra cosa y estábamos movilizados hacia otra cosa. Hay veces en que la Historia no se puede contener». Murió en París el 15 de septiembre de 2003 de cáncer, a los 65 años de edad, rodeado de su mujer y sus tres hijos.
Durante el mes de octubre, además se tocará una de las obras emblemáticas de Ortega, la cantata “La Fragua”. Se hará el jueves 12 de octubre como inauguración del Foro de las Artes de la Universidad de Chile, a las 19:00 horas en Sala Isidora Zegers (Compañía de Jesús 1264), con una segunda función el 17 de octubre en la Sala Master, Miguel Claro 509, a las 20:00 horas.
El elenco es el grupo Tempo Sur en ensamble latinoamericano, Colectivo Azul en grupo de cámara y relatos de Annie Murath con dirección de Miguel Ángel Castro.
Se trata de una obra que hizo Ortega en 1972, cuando conmemoró los 50 años del Partido Comunista de Chile, para Quilapayún y músicos de la Orquesta Sinfónica. Se grabó en un long play y es el punto cúlmine de la exploración sonora militante de la Nueva Canción Chilena, porque es una obra que tiene un formato orquestal, según el periodista y escritor Manuel Vilches.
“Se puede tocar para orquesta completa, pero en la versión de partitura es como para un ensamble cámara de unos 15 músicos, pero tiene un sonido sinfónico. Es una obra que de hecho está en Spotify, que la cantaba Quilapayún y los instrumentos los tocaba músicos de la Sinfónica y el relato lo hacía Roberto Parada. Entonces una cosa bien impactante, sonoramente bien fuerte y muy militante”.
En el contexto de los 50 años del golpe y los 20 años de la muerte de Ortega, el Departamento Música de la U. de Chile decidió remontar esta obra.
“La gracia es sacarla del olvido, porque se grabó en el 73, se estrenó en el 72, se hizo una función en el Teatro Municipal de Santiago, se tocó unas cuantas veces en población, en algunos lugares más, y de ahí luego la vuelta a la democracia nunca más se cantó. El Quilapayún nunca quiso remontarla porque le parecía una obra muy política, excesivamente militante, como media superada en términos de texto. Así que como el desafío este año para nosotros en el Departamento fue hacer ‘La fragua’ nuevamente, conseguir un grupo latinoamericano que quisiera hacerla”, cuenta.
“Es un acontecimiento volver a recuperar una obra bien crucial de la Nueva Canción Chilena, que claro puede ser excesivamente militante en su contenido, pero que musicalmente tiene varias cosas interesantes digamos, y que es bien bonita”.
Vilches agrega que la obra hace un recorrido por las luchas históricas del pueblo chileno que parte con la Conquista, habla de los mapuches, de Lautaro, el niño araucano, de Pedro de Valdivia, un relato sobre la gente que lavaba, esclavos en el lavadero de oro de Marga Marga. También hay una par de canciones dedicadas a (el fundador del Partido Comunista Luis Emilio) Recabarren, y de ahí a la lucha ya posterior de la Reforma Agraria, de las cosas que había conquistado el UP. Termina con una canción que se llama “El Puño del Pueblo”, “que es como el puño del pueblo los va a castigar a todos y los va a hacer zumbar, cosa que finalmente no ocurre”.
Pero no es lo único. De forma paralela a este evento, una obra de teatro que rescata el origen de la famosa canción, es exhibida actualmente en el Teatro Nacional Chileno.
Se trata de “Un puñado de canciones”, la cual rescata la historia del disco “29 de junio de 1973: El pueblo unido jamás será vencido”, de varios artistas, y que incluye el famoso tema.
El montaje, del Colectivo 33 1/3, un elenco de jóvenes actores y actrices, egresados de la Universidad de Chile, es dirigido por Francisco Albornoz.
“Estos 50 años nos ofrecen la posibilidad de recuperar nuestra memoria, valorar la tragedia, pero también re-apropiarnos de todo lo bueno que significó el proceso social chileno. Esta es una época donde la política, la cultura y la sociedad parecían caminar de la mano. Y hoy nosotros cuando buscamos en el pasado queremos encontrar algo más que la melancolía”, explica Albornoz.
El disco había surgido tras el “Tanquetazo”, el fracasado golpe de Estado contra el gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende, ocurrido el 29 de junio de 1973.
Tras los hechos, un grupo músicos, intérpretes y compositoras registraron los sonidos, relatos y los discursos de Salvador Allende que se entrelazaron con las canciones que fueron grabadas durante el transcurso de los hechos en Santiago ese mismo día.
Este registro, del sello IRT, guarda la tímida primera versión de la popular canción que Quilapayún masificó y que se convirtió en un referente para varias generaciones, “El pueblo unido jamás será vencido”.
Según el colectivo 33 1/3, “Un puñado de canciones” busca rescatar este archivo desaparecido y celebrar el día en que tanto la ciudadanía, como el gobierno, logró sofocar un intento de Golpe de Estado.
El vinilo doble con el que trabaja el colectivo está compuesto por un primer disco que contiene los discursos que pronunció Salvador Allende para calmar a la población ese mismo día y en otro se pueden escuchar 12 canciones de diversas voces.
Allí destacan Pedro Yáñez, Los Emigrantitos, Valericio Leppe, Grupo Lonqui, Ruperto Fonfach, Isabel Pastor, Orquesta Loncurahue, Nano Acevedo, Pancho Navarro y Quilapayún.
Este registro, se encuentra disponible solo en internet y los integrantes del colectivo 33 1/3 lo han usado como materia creativa para reversionar y elaborar nuevas composiciones.
Según el director de la obra, eligieron “la música como fuente de la puesta en escena, porque nos abre una dimensión diferente de la memoria, de una racionalidad más compleja que integra datos duros, emociones y cuerpos para entender mejor nuestra propia historia”.
Se trata de una canción que además tuvo un histórico resurgimiento durante el estallido, cuando vivió una histórica interpretación de Inti Illimani en la Plaza Baquedano –también conocida como Italia o de la Dignidad.
Vilches destaca que, al ser grabada pocos meses antes de la caída de Allende, la canción se hizo legendaria tras su derrocamiento.
“Pasó a ser el emblema del canto de resistencia, como de un grito desesperanzado, digamos, una vez ocurrió el golpe, y básicamente a partir del impulso con el que Quilapayún lo empezó a cantar”, explica.
“Su fama hizo que lo rápido que fue tomada por la resistencia en toda Europa hizo que Inti Illimani también la grabara, y que bueno, tenga muchas versiones, y tenga incluso este homenaje tan bonito”.
“Ahora, el mito dice que Sergio Ortega la compuso a partir de unos errores que hacía (Eduardo) Carrasco al piano tocando a Brahms, entonces es posible que tenga ciertas coincidencias musicales, armónicas, de ese repertorio. Pero así todo es una canción que obviamente tiene la gracia de que su estribillo es una consigna, que se grita y se entona con tanta fuerza, que obviamente tiene un asunto telúrico bien impactante, y que cuando se graba, en ese longplay que se está recreando ahora, era una canción nuevísima”.
Una canción que a estas alturas ha logrado fama mundial, como lo demuestra su interpretación durante las protestas en Irán el año 2022.
Ficha artística
Obra “Un puñado de canciones” en Teatro Nacional Chileno
Sala Antonio Varas, Teatro Nacional Chileno, Morandé #25.
27 de septiembre al 2 y 3 de octubre – 19:30 horas.
Inscripciones en el instagram de @teatronacionalchileno. Cupos limitados. Aporte voluntario.
Dirección: Francisco Albornoz
Dramaturgia: Colectivo 33 1/3
Elenco: Sol Barrera, Noelia Coñuenao, Mária Elgueta, Mariano Fernández, Cristóbal Gallardo, Camila Oliva, Paula Reyes, Karla Torres, Gabriel Muñoz, Catarina Vásquez.
Música: Colectivo 33 ⅓ inspirado en el disco “29 de junio de 1973: El pueblo unido jamás será vencido” de varios artistas, sello IRT.
Diseño gráfico: Javiera Lorca
Fotografía: Javiera Taucán
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