Ambos son expresión de la historia reciente del país, de la memoria de las víctimas de violaciones a los derechos humanos y de la represión como política de Estado. El segundo honra a esas víctimas con los nombres de cada una, y hay nichos a la espera de encontrar a los desaparecidos. El primero fue escenario de fusilamientos ilegales, como el del sacerdote español Joan Alsina.
El Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) aprobó –por unanimidad- la solicitud de declaratoria como Monumento Histórico de dos importantes Sitios de Memoria de la Región Metropolitana: el Memorial Ejecutados Políticos y Detenidos Desaparecidos del Cementerio General, el primer levantado con fondos públicos por recomendación de Comisión de Verdad y Reconciliación, y el Puente Bulnes, en la comuna de Santiago, que funcionó como espacio de fusilamientos ilegales.
En su sesión plenaria del 27 de septiembre, el CMN recibió a los solicitantes de la declaratoria del Puente Bulnes, encabezados por María Alsina, hermana del sacerdote español Joan Alsina, ejecutado en ese lugar el 19 de septiembre de 1973, quien viajó junto a su hija Nuria desde España en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe militar.
“El puente Bulnes permite recordar a mi hermano, y como él, a tanta gente que sufrió esta masacre. Y ahí encuentran un poco de paz y de amor. Que no se vuelva a repetir jamás lo que ahí pasó”, planteó.
La subsecretaria del Patrimonio Cultural y presidenta del CMN, Carolina Pérez Dattari, agradeció a María Alsina y a los integrantes del Comité de Memoria Puente Bulnes, quienes también asistieron a la sesión y que se han encargado de mantener el sitio de manera autogestionada.
“Es muy importante agradecer el trabajo de muchas décadas de las agrupaciones de derechos humanos, quienes mantienen viva la memoria de estos espacios. Desde el Estado, somos conscientes de las deudas con verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. El Presidente anunció el plan de búsqueda que intenta saldar esa deuda”, dijo.
El Sitio de Memoria Puente Bulnes incluye el Muro de la Memoria, con 936 fotografías de detenidos desaparecidos impresas sobre baldosas cerámicas, cuyos rostros miran de frente una cruz de madera que descansa junto a un fragmento recortado de la antigua baranda del puente, con marcas de impactos de bala. Está también la Plaza Juan Alsina, basada en el concepto de capilla abierta, diseñada por Claudio Di Girólamo.
Se cuentan también los Murales del Movimiento Obrero Acción Católica (MOAC), al que pertenecía Alsina, la Placa Conmemorativa de Ejecutados políticos del Hospital San Juan de Dios y la Placa de los 14 fusilados Puente Alto.
El puente Bulnes es un testimonio histórico material de las ejecuciones cometidas entre septiembre y octubre de 1973 por agentes del Estado. El Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Informe Rettig, 1992), identificó que en este lugar fueron asesinados 8 trabajadores del Hospital San Juan de Dios, entre ellos el cura obrero Juan Alsina, 8 personas que fueron detenidas desde la Población Nueva Matucana en Renca, y 14 personas detenidas en la Quinta de Recreo Los Sauces, de Puente Alto, entre los que se encontraban menores de edad y una embarazads de 6 meses. Todos ellos fueron trasladados a Puente Bulnes, donde fueron ejecutados y sus cuerpos arrojados al Río Mapocho.
El Memorial del Detenido Desaparecido y del Ejecutado Político –inaugurado en 1994- recuerda a las 3.079 víctimas de la dictadura militar chilena. Para su construcción, propuesta por la Comisión de Verdad y Reconciliación, se conformó un grupo de trabajo integrado por el ex Ministro del Interior, Belisario Velasco, y los artistas Claudio di Girolamo, Nemesio Antúnez y Francisco Gacitúa. Participaron además la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.
Está construido en mármol, formado por un muro central de concreto con todos los nombres de las víctimas de la dictadura, de modo de restituir y recordar sus identidades. En el lado izquierdo se encuentran los nichos para sepultación de detenidos desaparecidos cuando sean encontrados e identificados y, al derecho, el de ejecutados políticos. Los nichos destinados a los desaparecidos, aún vacíos, dan cuenta de la lentitud y dificultad para llegar a la verdad de lo acontecido y el “destino final” de la mayoría de ellos.
Allí, por ejemplo, se encuentra Carlos Patricio Fariña Oyarce, 13 años. Fue detenido el 13 de octubre de 1973 en su domicilio de la Población La Pincoya. Fue asesinado tras recibir varios impactos de bala. En 2000, se encontró su cuerpo en un sitio eriazo ubicado en la circunvalación de Américo Vespucio. Forma parte de una lista de mayor de niños y niñas víctimas de la violencia de Estado durante la dictadura: 153 menores ejecutados políticos o asesinados en protesta; 40 detenidos desaparecidos.
El CMN acordó también solicitar a la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, la dictación del decreto respectivo de declaratoria como Monumento Histórico de ambos bienes culturales.
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