Camila Riquelme, 18 años, oriunda de Temuco y beneficiaria de FundacEK, ganadora de competencias de informática y programación, se abrió camino en la ciencia viendo videos en YouTube. Hoy, aspira a estudiar en Estados Unidos y programar los códigos de una nave Apolo. Esta es su historia.
No le interesa tener hijos ni casarse. Tampoco comprar una casa. Camila Riquelme, joven chilena y beneficiaria de FundacEK y que obtuvo el segundo lugar en el Torneo Interescolar de Robótica Educativa de Fundación Mustakis, y el primer lugar en el Torneo Interescolar de Robótica Educativa, tiene un deseo claro: “Yo quiero estudiar hasta que me muera”, dice con orgullo.
Nació en Temuco, aprendió a leer a los cuatro años y, en la educación básica, se dio cuenta de su pasión por las matemáticas y la ciencia. El punto de inflexión llegó a los quince: tomó un curso de astronomía, donde la encargada le enseñó un poco de programación.
“Después le pregunté a mi profesora dónde podía seguir aprendiendo, y ella me mostró a Niñas Pro, una organización que se encarga de empoderar a las niñas a través de la ciencia. Yo había estado aprendiendo sola, a puro YouTube, había avanzado harto, y cuando llegué, me preguntaron si quería entrar directo al taller avanzado”.
Actualmente, Camila tiene por objetivo estudiar ingeniería informática en Estados Unidos, después matemáticas y, así, comenzar a trabajar como científica de datos. Para avanzar en su proyecto, ingresó al programa EducationUSA (que ofrece información precisa y actualizada sobre los programas educativos en dicho país) y postuló al Fondo Oportunidad, con la idea de recibir financiamiento para costear su formación.
Su vida es así: busca por todos lados los medios para poder desarrollar plenamente su talento, sin aceptar un “no” como respuesta. A pesar de haber crecido en un entorno con pocas oportunidades, ella misma se las fue creando: enviando correos a instituciones, postulando a concursos, participando en instancias académicas. Todo para alcanzar su sueño: trabajar en un proyecto espacial de la NASA.
-Mucha gente no tiene idea de lo que es la programación. ¿Te animas con una definición?
-La programación es hablar el lenguaje de las máquinas, cómo yo me comunico con el PC, con el algoritmo, para realizar una determinada tarea.
-¿Y qué te atrajo de la programación?
-Me atrajo porque tenía que usar cien por ciento mi cerebro lógico. Cuando aprendí que en astronomía había mucha programación, me di cuenta de que podía combinarlo con la ciencia y las matemáticas.
-¿Qué son para ti los números?
-Los números son todo, es cómo está escrito el universo, lo que vemos o no vemos está codificado, los colores si los ves a grandes rasgos, si los lees con un robot, te va a tirar 700, eso es un negro, y puedes programarlo para que haga algo, todo se mide con número.
-¿Qué obstáculo has sorteado para meterte en esta disciplina?
-Los principales obstáculos en mi disciplina, diría que el principal, es la brecha de género. La posibilidad de que yo sea una de las pocas mujeres en la carrera es intimidante, aún hay mucho sesgo de género en mi disciplina, mi sueño sería trabajar en algún proyecto espacial, en la estación espacial internacional, en la Nasa, para cumplir esa meta tengo que estudiar en el extranjero. Yo me imagino estando tras bambalinas haciendo cálculos, haciendo los algoritmos, me imagino programando un Apolo.
-En relación con la brecha de género, ¿qué crees que falta para avanzar en la inclusión de las mujeres en la ciencia?
-Actualmente, se está trabajado por visibilizar el trabajo de las mujeres en ciencia y tecnología, por ejemplo, carreras como ingeniería tienen ingresos especiales para mujeres, para cumplir con cuota de género, porque actualmente solo el 25% de los matriculados en carreras científicas son mujeres, pero ahora se está abriendo más el diálogo, se abren espacios. Nosotras nos creamos los espacios para la ciencia. El rol de las mujeres en ciencia es primordial, el primer algoritmo de la historia lo creo una mujer, la creadora del wifi es una mujer.
-¿Qué instituciones te han ayudado en el desarrollo de tu talento?
-Sin el apoyo de FundacEK nunca hubiera llegado tan lejos. Lo primero fue darme cuenta de que tenía talento para lo que hacía, yo sabía que era buena en lo que hacía, pero gracias a la fundación me di cuenta de que sobresalía de la media, gracias al plan de talento que tienen en FundacEK, a los talleres de inglés y a los talleres transversales, me ha servido mucho para complementar mis postulaciones. Me siento respaldada, siento que lo que hago es importante.
-¿Quién es tu científica de referencia y por qué? ¿Qué aprendiste de su historia?
-Mi referente STEM es Valentina Muñoz Rabanal, ella es una joven chilena y ha logrado importantísimos hitos. De ella aprendí que el ser joven no es impedimento para lograr grandes cosas, sí, lo hace mucho más difícil, pero no es imposible.
-¿Cuáles son tus propuestas para avanzar en la inclusión de las mujeres en la ciencia en Chile?
-Creo que es muy necesario que haya más mujeres líderes en ciencia como referentes. Mi profesora de robótica ahora es mujer, y contándola a ella somos tres mujeres en la sala. Es importante que en las aulas de clases se comience a hablar de mujeres en ciencia y tecnología, ¿por qué se nos hace más sencillo nombrar a cinco científicos que a cinco científicas?
-¿Cuál dirías que ha sido tu mayor logro en relación con tu talento?
-Mi mayor logro en cuanto a mi talento fue el ganar el primer lugar en la Final Nacional del Torneo Interescolar de Robótica de Fundación Mustakis el año pasado, puesto que fue mi primer torneo, y llegar a la nacional y ganarlo fue algo que no me esperaba.
-Me hablaste de tu sueño de trabajar para la NASA y dirigir misiones al espacio. Cuéntame más sobre esto. ¿Qué camino se debe seguir para lograr algo así?
-Si bien no hay un camino establecido para llegar a trabajar en eso, mi plan es entrar a estudiar ingeniería civil informática y posteriormente especializarme en ciencia de datos y/o en electrónica y de esa forma hacerme un espacio en la NASA o en la Agencia Espacial Europea. Y si nada de eso se da, planeo formar mi propia agencia de exploración espacial mientras trabajo en algo relacionado a la física y a la tecnología.
-¿Cuál fue el punto de inflexión en el desarrollo de talento y cómo lograste superarlo?
-Para ser sincera, creo firmemente que he experimentado dos momentos clave en mi carrera que han marcado un antes y un después. El primero ocurrió cuando decidí tomar en serio mi talento, a pesar de las dificultades que enfrentaba. Tenía 15 años y dormía en una habitación con goteras, sin recursos para adquirir un mejor computador (hasta entonces, trabajaba con mi computador Junaeb). Sin embargo, logré superar esta situación cuando me di cuenta de que, aunque mis recursos económicos eran limitados, mi capacidad intelectual no lo era. Mi mayor tesoro es mi cerebro y es algo que siempre llevaré conmigo.
El segundo punto crucial es algo que he experimentado constantemente a lo largo del tiempo y que varía en intensidad: el síndrome del impostor. Sin embargo, trabajo en superarlo de manera regular a través de terapia y en mis sesiones con Gabriela, la psicóloga de FundacEK.
-Explica las dificultades de la programación, ¿por qué es un conocimiento difícil de adquirir?
-La programación es el lenguaje de las máquinas, es un conocimiento difícil de adquirir porque es en extremo lógico y muy específico. Dependiendo del lenguaje de programación, usarás diferentes sistemas de puntuación. Cada lenguaje tiene su propia sintaxis (que vendría siendo como su propia forma de escritura). Además, debes ser preciso y claro, una máquina está entrenada para seguir órdenes, no para interpretar ni para deducir por sí misma. Si tú le dices que cuente desde el número 1 hasta que el cielo se vea de color verde, la máquina trabajará sin descanso hasta el fin de los tiempos.
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