“Oppenheimer”, de Christopher Nolan, se coronó este domingo con el Óscar a la mejor película y fue la triunfadora de la noche al alcanzar siete estatuillas doradas, entre las que también destaca la de mejor dirección.
Oppenheimer se coronó como la gran ganadora de la 96ª edición de los Oscar.
La cinta sobre el “padre” de la bomba atómica se llevó el premio a la mejor película, el de mejor dirección para Christopher Nolan, el de mejor actor para Cillian Murphy y el de mejor actor de reparto para Robert Downey Jr., entre otros.
Fue una gala con pocas sorpresas, en la que se cumplieron casi todas las quinielas de críticos y aficionados.
Una Da’Vine Joy Randolph claramente emocionada fue la primera en subir al escenario a recoger un premio, y exclamó “Dios es tan bueno”, mientras luchaba por contener las lágrimas.
Agradeció a su madre por inspirarla a intentar actuar en lugar de cantar.
“Durante años pensé que quería ser diferente, pero me doy cuenta de que necesito ser yo misma”, dijo.
Recordó ser la única niña negra de su clase y les dio las gracias a todas las mujeres que la ayudaron e inspiraron a lo largo de su carrera.
Al recibir el Oscar por encarnar a J. Robert Oppenheimer, el científico principal del proyecto Manhattan, Cillian Murphy reconoció el trabajo de todos los actores nominados en la categoría.
Tras subrayar que es “orgullosamente irlandés”, dedicó el galardón a “los que abogan por la paz en el mundo”.
Robert Downey Jr., quien acaparó los galardones en toda la temporada de premios por encarnar al antagonista de Oppenheimer, Lewis Strauss, se hizo también con el Oscar al mejor actor de reparto.
Ante todo, se lo agradeció a “terrible infancia” y a la Academia, “en ese orden”, y añadió que el trabajo de su sector es poderoso y significativo.
Emocionante fue también que Sean Lennon, hijo de John Lennon y Yoko Ono, aprovechara para felicitar a esta última por el Día de la Madre, al subir a recoger el Oscar al mejor corto documental por War is Over! Inspired by the music of John & Oko.
Quien no pudo subir al escenario a recoger su premio fue Hayao Miyazaki. A sus 83 años, la leyenda viva del Studio Ghibli, volvió a hacerse con el Oscar a la mejor película animada, que suma al que ya obtuvo en 2003 por Sen to Chihiro no Kamikakushi (“El viaje de Chihiro”, Spirited Away).
“La zona de interés” (The Zone of Interest) le arrebató el Oscar la mejor película internacional a “La sociedad de la nieve”.
Su director, Jonathan Glazer, recibió la estatuilla con una ovación de la sala.
“Todas nuestras decisiones se tomaron para enfrentarnos al presente: nuestra película muestra hacia dónde conduce la deshumanización en su peor momento”, dijo sobre el filme, que aborda el Holocausto desde un punto de vista nuevo.
Y aprovechó con ello para hacer mención de Gaza y la guerra de Israel contra Hamás.
La cinta también se llevó el reconocimiento al mejor sonido.
El Oscar a la mejor película documental fue para “20 días en Mariúpol” (20 Days in Mariupol).
“Seguramente seré el primero en este escenario en decir que hubiera preferido no hacer esta película”, dijo Mstyslav Cherno al recibir el galardón.
Cherno, ganador también del Pulitzer, fue uno de los pocos periodistas que cubrieron el asedio de las tropas rusas a la ciudad portuaria de Ucrania desde dentro y lo contó en su documental.
“Ojalá pudiera cambiar el Oscar porque Rusia jamás hubiera ocupado nuestras tierras”, dijo.
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