“Cosmonación”, el proyecto de Valeria Montti Colque y curado por Andrea Pacheco González, es la iniciativa con la que el país se hace presente en uno de los encuentros de arte más relevantes a nivel mundial. La pieza central de su obra es “Mamita Montaña”.
Ya es una realidad que se vive en la ciudad italiana. Entre sostenidos aplausos de las y los asistentes, este viernes 19 de abril se inauguró oficialmente el Pabellón de Chile en la 60° Bienal de Arte Venecia con el proyecto “Cosmonación”.
La propuesta es el resultado de un concurso organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio donde fue escogido el proyecto de Valeria Montti, curado por Andrea Pacheco González y la gestora Carola Chacón Zuloaga, y que se compone de cinco obras que invitan a reflexionar sobre los conceptos de nación, exilio, migración y diáspora, uniéndose a los debates contemporáneos que abordan las identidades múltiples y desplazadas.
“Quiero transmitir que una persona puede pertenecer a varios lugares y espero que ‘Cosmonación’ permita ayudar a comprender que las personas llevan consigo su cultura y su historia”, dice Valeria Montti Colque desde Venecia.
“Mamita Montaña” sugiere, de hecho, un refugio simbólico para los exiliados y los postexiliados, los refugiados, habitantes de esta otra “comunidad imaginada” que es la nación fuera de la nación donde vive cada miembro de la diáspora.
Valeria Montti Colque es la primera artista chilena no nacida en Chile que participa en su pabellón en la Bienal de Venecia. Nacida en Estocolmo, Suecia, en 1978, pertenece a la generación chilena que nació en familias afectadas por el exilio y creció en un suburbio en las afueras de Estocolmo que acogía a desplazados de diferentes continentes.
En su obra, Monti Colque propone entrar en un espacio “cosmonacional” donde el visitante encontrará un conjunto de sitios interrelacionados. Estos diversos lugares e identidades están conectados a través de Mamita Montaña, la pieza central del pabellón, una gran escultura textil de naturaleza acumulativa que mide seis metros de altura y que está compuesta por alfombras, collages en diversos medios, acuarelas, dibujos sobre papel, textiles impresos, piezas de cerámica y fotografías impresas en diferentes soportes. Alrededor de esta gran escultura, el pabellón chileno presenta una procesión de figuras de cerámica que representan deidades o seres mitológicos, otras piezas textiles y proyecciones de video.
Para su curadora y cocreadora de este proyecto, Andrea Pacheco González, comenta “las geografías afectivas están hechas de fragmentos, de pedacitos de paisajes, de lenguas, de tradiciones e imaginarios. Como en los collages de Valeria, se superponen capas y capas que dan forma a estas existencias mosaicales”. “Creo que hemos hecho un pabellón espectacular”.
En tanto para Varinia Brodsky, directora del Museo Nacional de Bellas Artes, la inauguración del pabellón chileno “es un momento muy significativo para nuestro país, porque cuenta con una importante participación de artistas chilenas. No tan solo por el significativo proyecto de Valeria Montti, sino también por la selección de obras del Museo Nacional de Bellas Artes, del Museo Gabriela Mistral de Vicuña y la arpillera de las Bordadoras de Isla Negra, donde también se suma la participación de Seba Calfuqueo y Pedro Lemebel dentro de la exposición internacional”.
En la inauguración del pabellón de Chile estuvo presente; el embajador de Chile en Italia Ennio Vivaldi; la directora del Museo Nacional de Bellas Artes, Varinia Brodsky; el secretario ejecutivo de Artes de la Visualidad del Ministerio de las Culturas, Alfonso Arenas y las protagonistas de la jornada: el equipo de artistas de “Cosmonación” Valeria Montti, curado por Andrea Pacheco González y la gestora Carola Chacón Zuloaga.
Inscríbete en el Newsletter Cultívate de El Mostrador, súmate a nuestra comunidad para contarte lo más interesante del mundo de la cultura, ciencia y tecnología.