
La escritora canadiense Alice Munro, Nobel de Literatura en 2013, fallece a los 92 años
Padecía demencia desde hace más de una década. Sus relatos breves se centran en las relaciones humanas analizadas a través de la lente de la vida cotidiana.
La escritora canadiense Alice Munro, ganadora del premio Nobel de Literatura en 2013, murió a los 92 años de edad, según informó este martes la familia a medios de comunicación canadienses.
Munro padecía demencia desde hace más de una década y su familia anunció al periódico The Globe and Mail que la escritora murió en la noche del lunes en una residencia para mayores en la provincia canadiense de Ontario.
Fue llamada «maestra del relato corto contemporáneo» y aclamada por su «armonioso estilo de relatar», según destacaron los académicos suecos en su fallo de 2013.
«Es aclamada por su delicado arte de narrar, su claridad y su realismo sicológico. Es fantástica para describir al ser humano», se dijo en la justificación al premio. La narradora era una de las favoritas al galardón, pero era superada en las predicciones por el japonés Haruki Murakami y el estadounidense Philip Roth.
Trayectoria
La escritora canadiense se había iniciado de joven con cuentos (escritos desde 1950), creados en el poco tiempo que había tenido hasta entonces, así como había publicado dos recopilaciones de relatos y una novela.
Antes de 1976, escribió Dance of the Happy Shades (1968), sus primeros cuentos, algunos muy tempranos en su vida; pero también la importante novela Las vidas de las mujeres (1971), y los relatos entrelazados de Something I’ve Been Meaning to Tell You (1974).
Luego, publicó nuevas colecciones de relatos: The Beggar Maid (1978), Las lunas de Júpiter, The Progress of Love (1986), Amistad de juventud y Secretos a voces (1994). Ya había sido traducida al español en esa década, pero empezó a ser conocida definitivamente en nuestro siglo, con los relatos de Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio (2001) y luego con los de Escapada (2004). Se había mantenido como una escritora algo secreta.
En La vista desde Castle Rock, 2006, hizo un balance de la historia remota de su familia, en parte escocesa, emigrada al Canadá, y describió ampliamente las dificultades de sus padres. Su libro se alejaba un punto de su modo expresivo anterior. Por entonces, habló de retirarse, pero la publicación del excelente Demasiada felicidad (nuevos cuentos, aparecidos en 2009), lo desmintió.
Además, en 2012 ha publicado otro libro de relatos —con el rótulo Dear Life (Mi vida querida)—, con cuentos más despojados y más centrados en el pretérito. En su última sección se detiene en un puñado de recuerdos personales, que pueden verse como una especie de confesión definitiva de la autora, pues son «las primeras y últimas cosas —también las más fieles—, que tengo que decir sobre mi propia vida».
Munro, que no se ha prodigado en la prensa, ha reconocido el influjo inicial de grandes escritoras —Katherine Anne Porter, Flannery O’Connor, Carson McCullers o Eudora Welty—, así como de dos narradores: James Agee y especialmente William Maxwell. Sus relatos breves se centran en las relaciones humanas analizadas a través de la lente de la vida cotidiana. Por esto, y por su alta calidad, ha sido llamada «la Chéjov canadiense».
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