CULTURA
En “Cómplices del engaño” Richard Linklater mantiene intacto ese sentido del humor que ha caracterizado a su cine y le da un nuevo giro con una reflexión lúcida sobre la vida y sus sorprendentes dilemas, mezclando con talento diversos géneros cinematográficos.
La última película de Linklater está inspirada en un caso real, relatado en un artículo del periodista y guionista Skip Hollandsworth publicado para la revista Texas Monthly. Es la segunda película de Linklater que se basa en un escrito de Hollandsworth, la primera fue la exitosa Bernie (2011). La cinta es sobre Gary Johnson (Glen Powell), un profesor de filosofía y psicología que trabaja para la policía haciéndose pasar por asesino a sueldo con el fin de atrapar a presuntos criminales. Todo cambia en su vida cuando rompe el protocolo y se enamora de Madison (Adria Arjona), una de sus clientas.
Esta es una combinación impecable entre una comedia romántica sexy y un thriller intenso. Es entretenida, dinámica y la construcción de la historia está elaborada con mucho ingenio y picardía. Su hora 55 de duración se pasa volando. Por culpa del poster y del trailer aparenta algo que no es, de modo que logra sorprender con gran audacia.
El guion es soberbio, está co escrito por Linklater junto al actor protagónico Glen Powell. El personaje principal está justamente pensado para Powell. El film tiene diálogos muy amenos con unos giros de trama bastantes cómicos. A pesar de su mixtura de géneros, no resulta ser pretenciosa ni se extravía en el camino. Más bien es una obra minimalista que resalta en la grandeza de sus detalles.
Las actuaciones aportan versatilidad a la historia. Después de la vacía comedia romántica Con todo menos contigo, Glen Powell logra realizar la mejor actuación en toda su carrera por lejos. Demuestra ser un actor camaleónico que interpreta de forma jocosa a varias de sus personalidades, disfrazándose de distintos asesinos a sueldos. Por algo a Gary Johnson en la vida real lo llaman “el sicario de las mil caras”. Junto a Adria Arjona (hija del cantante Ricardo Arjona) liberan en pantalla una sensualidad electrificante. La evidente química entre los dos protagonistas le suma a la cinta un particular erotismo.
Ese tono humorístico en el que incursiona Linklater, ya lo había explorado anteriormente en películas como Escuela de rock (2003) y Dazed and confused (1993). “Veo el mundo desde un punto de vista muy divertido”, dijo en una entrevista. El director revive de cierto modo el espíritu del cine de Billy Wilder y lo mezcla con un estilo similar al de los hermanos Coen. Incluso una de las versiones de los sicarios que caracteriza Glen Powell se inspira en Anton Chigurh, el psicópata protagonizado por Javier Bardem en Sin lugar para los débiles (2007).
En la cinta existe una inclinación psicoanalítica que de alguna manera la orienta. Esta desarrolla temas como las mentiras de vida, las dobles personalidades, el concepto de identidad y la complejidad moral. Es una introspección sencilla a la teoría de la personalidad de Freud. La identidad suele ser variable y Gary Johnson lo muestra con gracia.
Cómplices del engaño es una de las mejores opciones que hay en cartelera actualmente. Un neo noir que vale completamente la pena ver. Habrá que seguir atento a Linklater. Para el 2025 estrenará una cinta sobre la “Nouvelle Vague” y ahora está experimentando con una película que se grabará durante 20 años (parecido a lo que ya hizo con Boyhood (2014) que se demoró 12 años) acerca del músico de Brodway Frank Shepard, quien será protagonizado por Paul Mescal. Pero por este momento solo nos queda disfrutar de lo excelente que es Cómplices del engaño. Es una pena que el verdadero Gary Johnson no haya podido ver la película finalizada, pues justo falleció antes del estreno, y que Linklater no lo pudiera conocer en persona, solo se comunicaban por teléfono. De seguro Johnson hubiera disfrutado mucho de este creativo e inteligente filme que retrata su extraña vida.
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