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Poeta Yuri Soria-Galvarro: “Al escritor, además de los fantasmas, lo persiguen las contradicciones” CULTURA

Poeta Yuri Soria-Galvarro: “Al escritor, además de los fantasmas, lo persiguen las contradicciones”

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Mariana Hales
Por : Mariana Hales Periodista y Licenciada en Comunicación Social. Desde 2003 ha trabajado en distintas editoriales chilenas y extranjeras como encargada de comunicaciones.
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El biólogo marino y fotógrafo ha publicado “Bahía Tenóforo” (Editorial Aparte), su primer libro de poesía. Los versos están influenciados por su obsesión con el mar, con los canales australes y la biología.


El poeta chileno-boliviano Yuri Soria-Galvarro ha publicado “Bahía Tenóforo” (Editorial Aparte), su primer libro de poesía.

Los versos del autor están influenciados por su obsesión con el mar, con los canales australes y la biología.

Algunos de los textos que componen Bahía Tenóforo fueron parte de un compilado con el que Soria-Galvarro ganó el Premio Fernando Santiván el 2010. Estos poemas nos muestran a un protagonista en búsqueda constante, como un científico explorando paisajes internos.

– Has mencionado que tus poemas están influenciados por tu obsesión con el mar y la biología. ¿Cómo han influido estas pasiones en tu poesía? ¿Podrías compartir alguna experiencia personal que haya inspirado algún poema en particular?

– Se puede escribir de cualquier cosa basada en la realidad o la ficción, o como la mayoría de las veces una mezcla de ambas, lo importante es que sea verosímil. Por ejemplo Flaubert investigaba por años en las bibliotecas sobre algunos temas que iba a tocar en sus novelas. Hoy por suerte está internet. Y también funciona recurrir a lo que ya se conoce. Yo soy biólogo marino y fotógrafo de naturaleza, he navegado por años por los canales del sur de Chile, interactuando con buzos pescadores y marinos. Eso en forma consciente e inconsciente se cuela en lo que escribo.

Recuerdo una vez que estaba en un pontón (bodega habitable flotante) en Magallanes, dormía en una habitación con unas diez camas, yo era el único alojado. Tipo tres de la mañana llegó una lancha con personal de recambio, entre ellos el cocinero que me despertó para decirme que salga de su cama, habían nueve camas iguales y vacías. Era jodido el hombre, le deje la cama. Al día siguiente le explicaron que yo venía por instrucciones de la gerencia a hacer una evaluación, se deshizo en disculpas, no le dije nada ya que el cabrón preparaba la comida. Pero lo convertí en un personaje deleznable que aparece en la novela “El cóndor en el agua”. Los poemas también tienen retazos de historias, imágenes, sentimientos, olores, un refrito de vivencias y cosas imaginadas.

– ¿Cómo comenzó tu viaje en la poesía y qué te llevó a escribir este libro en particular?

– Al escritor además de los fantasmas lo persiguen las contradicciones. Alguna vez creí que un escritor debía tener un par de premios literarios, nada muy rimbombante, porque eso también podía ser sospechoso, algo para escribir en las solapas de los libros. Por eso decidí participar en el Fernando Santiván con un cuento, pero ese año el concurso era de poesía. Hasta entonces tenía solo relatos escritos, así que aprovechando el insomnio me largué por algunas semanas a escribir poesía. Gané el concurso y después me abordó algo parecido a la vergüenza o la inseguridad por eso nunca quise publicar ese trabajo. Casi quince años después, el libro ha recibido nuevos textos y mutado tanto que hasta cambió de nombre, y ahora se publica como Bahía Tenóforo.

– Has explorado diferentes géneros literarios, desde cuentos hasta novelas y ahora poesía. ¿Cómo ha sido adaptarte a estos diferentes estilos? ¿Encuentras que cada género te permite expresar diferentes aspectos de tu creatividad?

– Yo creo en los géneros literarios como el primer mandamiento de la literatura. Tengo muy claro cuando voy a escribir una novela o un cuento. Además es más oficioso escribir prosa, puedo abordar todos los días nuevas páginas o ir corrigiendo lo escrito. Con la poesía no me funciona, ella llega sin previo aviso, en forma azarosa, es una especie de melancolía, algo un poco triste y, si aprovecho el momento, a veces sale un poema.

– ¿Qué retos has enfrentado al escribir poesía en comparación con otros géneros literarios?

– Como te decía, no puedo invocar a la poesía, ella llega cuando quiere y solo algunas veces consigo envasarla en un poema. Después viene la etapa de la corrección, se van puliendo las palabras, las frases, las imágenes, es un trabajo artesanal y obsesivo. La poesía es más libre a la hora de concatenar las palabras, no siempre hay una historia que contar, aunque creo que quizás solo está más escondida, quizás apenas sugerida. Un cuento lo puedo analizar y diseccionar como un tanatólogo, puedo determinar cómo vivió y de que murió. Con la poesía me cuesta más teorizar. En el fondo no tengo la menor idea de cómo escribir un poema.

– Mencionas que la poesía llega de manera espontánea e impredecible. ¿Cómo manejas esa inspiración repentina y cómo estructuras tus poemas? ¿Tienes algún ritual o técnica específica que sigues al escribir poesía?

– La poesía llega cuando estás en el baño, en mitad de la noche o haciendo cola en el banco, no hay avisos previos. Por eso siempre ando con una libretita para anotar las ideas o versos. Y debe ser una libreta marca Moleskine porque esa es la que usaba Van Gogh, Picasso y Hemingway, entre otros. Eso me parece que ya es un ritual. Después traspaso el texto al computador y a corregir por unos quince años. Y ya, listo el poema.

– Tu trabajo ha sido reconocido como fundamental para la Región de Los Lagos en Chile. ¿Cómo influye esta geografía y su cultura en tu escritura? ¿Qué elementos locales crees que son más significativos en tus poemas de “Bahía Tenóforo”?

– No creo que mi trabajo sea fundamental para nada, menos para la Región de Los Lagos que es algo etéreo, que en el fondo no existe. Me gusta creer que escribo para mis amigos, con quienes por pudor no hablo de lo que escribo, y para otros amigos a quienes nunca conoceré (he publicado en varios países), pero que pueden disfrutar de los textos y motivarse a seguir leyendo a otros autores. Hay cierta tendencia a creer que un escritor del sur debe ser un poco folclorista, escribir textos con gorros de lana y botas de goma. Yo también escribo novelas de ciencia ficción o historias urbanas que suceden en otros países, a veces en lugares que nunca he estado. Pero en todos mis libros se cuela el sur, el agua, los árboles. Y el mar. Como buen boliviano, estoy obsesionado con el mar.

– Con una trayectoria tan diversa y exitosa en diferentes formas literarias, ¿qué proyectos futuros tienes en mente? ¿Te gustaría seguir explorando la poesía o enfocarte en algún otro género específico en tus próximos trabajos?

– Hay una novela y un libro de cuentos casi listos. Dos nuevas ediciones del Bestiario de Suralia, libro que hicimos con mi amigo el dibujante Marcelo Paredes, también un segundo Bestiario en camino. Varios proyectos de libros cuentos y novelas en distintos grados de avance. Poesía es el único libro que he escrito y prometí no escribir ni uno más, salvo que lo escriba.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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