Medioambiente
Créditos @artycstudio
Esta ciudad de Atacama sufre altas tasas de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer. La empresa Guacolda, con cinco plantas, podría operar hasta 2040. Además, estudios muestran que los habitantes de Huasco tienen un riesgo significativamente mayor de enfermedades graves.
Durante 2015, el escultor Lorenzo Triviño González murió a los 39 años de cáncer, su abrupta muerte la produjo un tumor cerebral. El artista vivía en Huasco, lugar donde se encuentran las cinco termoeléctricas pertenecientes a la empresa Guacolda. La familia de Triviño ha denunciado que su muerte es consecuencia de la exposición a la contaminación de la termoeléctrica a carbón.
En la región de Atacama, se encuentra la ciudad portuaria de Huasco, sus 11 mil habitantes hoy viven una encrucijada: su población sigue muriendo, en mayor medida, por causas respiratorias, cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. La empresa Guacolda, propiedad de Capital Advisor con cinco de sus unidades, está localizada en esta comuna del norte chico y es posible que siga operando hasta 2040.
Ante la urgencia climática, científicos, organizaciones sociales y las principales instancias alertan sobre la urgente necesidad de abandonar los combustibles fósiles, sin embargo, la realidad es diferente. Huasco es un claro ejemplo de cómo el Estado está entregando una respuesta tardía a una situación que no solo afecta al medioambiente sino que también pone en riesgo a su población.
En vísperas de la realización de la COP 25 en Chile el año 2019, el gobierno de Sebastián Piñera y las cuatro empresas dueñas de las 28 termoeléctricas a carbón: AES, Colbún, Engie y Enel, presentaron un compromiso voluntario de descarbonización y un cronograma de retiro inicial de 8 carboneras al año 2024.
Asimismo, se propuso que dicho cronograma fuera revisado cada 5 años para incorporar nuevos compromisos y completar el retiro del carbón al año 2040. Posteriormente, en la Ley Marco de Cambio Climático, tramitada durante 2020 y 2021 y promulgada en 2022, Chile estableció la obligación de alcanzar la carbono neutralidad al año 2050 mediante el establecimiento de planes sectoriales de mitigación de emisiones y de adaptación.
No obstante, según información de la organización Chao Carbón en diciembre de 2022, la generación térmica fósil en Chile alcanzó un 37,1% de la generación eléctrica del país, diez puntos porcentuales menos que diciembre de 2021, mientras que la generación renovable no convencional representó un 34% de la generación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), un 5 % más que en el año 2021.
Si bien el plan de descarbonización avanza y ya se han cerrado 11 unidades termoeléctricas a carbón en Chile entre 2019 y 2024, de las 28 que llegaron a operar en 2018, dejando de funcionar tres de la empresa ENEL (todas sus centrales), cuatro de la empresa ENGIE y cuatro de AES. Sin embargo, Huasco es la única comuna del país en donde no se ha comprometido el cierre de ninguna de las 5 centrales termoeléctricas Guacolda -anteriormente propiedad de AES Gener y que vendió en 2021 las 5 centrales al grupo de inversiones Capital Advisors-, quienes además son el único titular que no ha cerrado ninguna de sus centrales termoeléctricas a carbón a lo largo de Chile.
En 2018 la Fundación Chile Sustentable encargó un estudio a investigadores de la Universidad Católica para analizar el impacto de las termoeléctricas en tres comunas: Tocopilla, Mejillones y Huasco.
El estudio reveló que los habitantes de Huasco tienen un 71% más de riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares en comparación con el promedio nacional. En cuanto a enfermedades cerebrovasculares, el riesgo de mortalidad es 3,8 veces superior al promedio del país.
Una de las autoras del estudio e investigadora asociada del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) de la Pontificia Universidad Católica de Chilela y Universidad de Concepción explicó que “hicieron un estudio de epidemiológico donde se analizan datos que se generan rutinariamente en el sistema de salud como son los egresos hospitalarios y las defunciones que se registran en los certificados de defunción”.
“Nuestro estudio relacionado a daños en salud asociados a la exposición a centrales termoeléctricas a carbón específicamente estamos hablando de las comunas de Tocopilla y Huasco comparadas con la comuna de Caldera tuvieron como principal conclusión que estas comunas que tienen centrales termoeléctricas a carbón como la principal fuente emisora presentaban un patrón distinto de mortalidad y de morbilidad por causa respiratorias y cardiovasculares principalmente. Esto quiere decir que en términos generales y en el período de estudio que fue prácticamente de la estadística de los 10 años entre el año 2006 y el 2016 estas comunas presentaban en términos generales un mayor riesgo de morir y de enfermar por estas causas”, indica la especialista.
Además, señaló que revisaron la literatura científica que se refería a la implicancias que tiene la exposición a centrales termoeléctricas con la salud infantil.
“En el caso de la salud infantil desde la literatura internacional pudimos identificar el incremento de los problemas de salud respiratoria, incrementos en el deterioro cognitivo y también cuestiones mucho más menos evidentes como por ejemplo la exposición a las emisiones de estas centrales termoeléctricas a carbón se expresan con aductos es decir moléculas que se insertan en el ADN”, mencionó la investigadora.
El estudio señala también que los residentes de Huasco también presentan un 53% más de probabilidad de padecer enfermedades respiratorias que el resto de la población chilena. Asimismo, el informe indica que el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores es 2,3 veces más alto. Finalmente, el estudio concluye que la probabilidad de contraer asma en Huasco es casi cinco veces (4,97) mayor que en el resto de Chile.
La directora de la Fundación Chile Sustentable, perteneciente a la coalición Chao Carbón señaló que “Es urgente acelerar el retiro de las 5 unidades termoeléctricas Guacolda que operan en Huasco para terminar con los impactos sobre la salud de la población, cumplir los compromisos climáticos de Chile y terminar con las zonas de sacrificio. Urge también implementar medidas de remediación ambiental y social para avanzar en una transición justa de las comunas que han sido víctimas de la operación de las centrales termoeléctricas por tantos años”.
“El gobierno de Chile se comprometió con avanzar en esta materia, pero no fue ni siquiera mencionado en la pasada cuenta pública y hasta el momento vemos que la transición no ha ocurrido en la comuna de Huasco y ha mostrado una preocupante carencia de justicia ambiental y social en el resto país”, agregó.
El presidente del departamento de medio ambiente del Colegio Médico de Chile, Yuri Carvajal, se refirió a la situación de salud en la que se encuentra Huasco.“El cierre de las termoeléctricas a carbón mientras antes sea, mejor”, indicó.
“En Huasco particularmente es aún más urgente acelerar el retiro de las centrales termoeléctricas, considerando que allí se concentra la operación de 5 unidades termoeléctricas y la población tiene una alta probabilidad de padecer enfermedades respiratorias crónicas, cerebrovasculares y asma respecto al resto del país. En el contexto de la actualización del nuevo Plan de Descarbonización, es urgente en materia de salud pública acelerar el retiro de las 5 unidades termoeléctricas que operan en Huasco y, esperemos, pueda ocurrir antes del 2030”, sostuvo.
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