La obra del académico Pedro Emilio Zamorano Pérez busca cubrir elementos importantes del articulado del arte en ese momento, como han sido la educación, la formación, la difusión, el patrimonio, las exposiciones, los grupos artísticos, entre otros.
Un panorama de lo que han sido las artes visuales en Chile por 100 años, es lo que alberga el libro sobre “Historias del Arte en Chile (1850-1950)”, obra que fue recientemente lanzada y que forma parte de las investigaciones que ha realizado el académico del Instituto Abate Molina de la Universidad de Talca, Pedro Emilio Zamorano Pérez.
“Este libro es una indagación con una estructura metodológica, con apego a la fuente primaria y con todos los rigores que exigen los productos de las ciencias duras, pero que no se aleja de la escritura sobre arte, que tiene como otra lógica y no siempre es la misma que tienen otras disciplinas más científicas en su formato escritural”, comentó.
“Esta obra intenta cubrir todos los elementos más importantes en el articulado del arte en ese momento, como han sido la educación, la formación, la difusión, el patrimonio, las exposiciones, los grupos artísticos, los líderes artísticos, los grandes debates”, añadió Zamorano Pérez.
El texto, editado por Origo Ediciones, fue lanzado en el Centro Cultural de La Condes y contó la presentación de la historiadora Isabel Cruz de Amenábar y el Premio Nacional de Artes Plásticas (2021), Francisco Gazitúa Costabal, quienes valoraron el aporte de esta obra y la importancia del trabajo desarrollado por el académico Pedro Emilio Zamorano Pérez, en el ámbito historiografía del arte.
Isabel Cruz de Amenábar indicó que la obra aborda “muchos temas que no habían sido tratados en la historiografía de la pintura chilena, y lo interesante es que los trata no solo con amplitud, sino también con detalle”.
“Este trabajo de Pedro resulta muy completo porque no es solamente teórico, sino que utiliza la teoría para estructurar, pero a la vez tiene todo el ritmo metodológico del historiador del arte para el estudio de las obras concretas, los materiales y las fuentes”, agregó.
En tanto, el escultor Francisco Gazitúa Costabal, destacó que el libro es un “trabajo prolijo, que crea un sitial legítimo para el trabajo escultórico y que antes de esta obra yo diría que existía, pero en términos de textos diseminados. Por eso creo que es una sistematización respetuosa y fina, un gran aporte”.
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