El destacado periodista e investigador estadounidense está de visita para dictar el seminario de extensión “Chile Desclasificado: Archivos Secretos, la Historia del Golpe y la Dictadura”. “No se puede olvidar el pasado y la justicia es necesaria para todas las víctimas”, asegura.
Con la participación de más de 80 asistentes pertenecientes a organizaciones de derechos humanos, investigadores y estudiantes, Peter Kornbluh dictó en la Universidad de Chile un seminario formativo que buscó explorar y analizar la documentación desclasificada de Estados Unidos, relacionada al rol de ese país en la historia chilena, especialmente durante la intervención durante el gobierno de Salvador Allende y la dictadura del general Augusto Pinochet.
Sobre esta historia, Peter Kornbluh proporcionó una evaluación educativa detallada sobre qué documentación estadounidense existe sobre Chile, cómo interpretar las diversas formas de registros desclasificados de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado estadounidense sobre Chile, y qué rol e impacto han tenido estos documentos en la búsqueda de la verdad, la justicia y la dignidad en la sociedad chilena.
Para el autor del libro “Pinochet Desclasificado” es fundamental traer al presente la documentación existente para construir un futuro en democracia. “Las nuevas generaciones simplemente tienen que empezar por leer algunos documentos y posiblemente llegar a la conclusión que yo llegué cuando era estudiante: los documentos dan poder para construir un debate para un mundo mejor”, explica.
– Llevas casi 50 años investigando la intervención de Estados Unidos y Chile. Al respecto ¿cómo llegas a este tema y qué opinas sobre los hallazgos?
Durante esa época pasaron dos cosas en mi vida. Hace 51 años conocí a una chilena en mi colegio en Michigan el día después del Golpe de Estado. Ella cambió mi vida en muchas maneras. La segunda cosa que pasó, fue cuando entré a la universidad y es cuando salió este escándalo: una explosión de noticias sobre la intervención encubierta de la CIA en Chile. Esto fue el año 1974, cuando salieron noticias en el New York Times sobre estas operaciones para desestabilizar el gobierno de Salvador Allende con el fin de apoyar y ayudar a la consolidación de la dictadura de Augusto Pinochet. Esto cambió mi vida.
Yo sentí una responsabilidad muy grande de mi propio país en encontrar más información y usarla para dar la responsabilidad de su intervención en Chile. Con eso, empecé mi trabajo de buscar documentos, de escribir sobre Chile. Mi tesis en la universidad consistió en explicar las justificaciones de los Estados Unidos en su intervención en Chile.
Luego de 20 años, finalmente tuve los documentos físicos en mi mano, de la CIA, los cables de la estación de la CIA y la intervención de operaciones contra Allende. El trabajo de mi vida ha sido usar los documentos para obtener la verdad y avanzar en el veredicto legal de la historia contra las personas que han hecho actos criminales internacionales, de Estado, de violaciones de derechos humanos.
– ¿Cuál es la importancia de los archivos? ¿Cuál es la importancia para las democracias contemporáneas?
Para mí los archivos son pedazos de la historia, tienen una gravedad y pesan como pruebas de la historia, en una manera muy distinta a historias orales, testimonios o libros. Un documento secreto contemporáneo de la estación de la CIA a Washington hablando sobre que va a venir el golpe de Estado el próximo día o un cable de la CIA diciendo ‘los militares chilenos van a derrocar a Allende’, son pruebas fuertes, son pruebas de que Pinochet no era un hombre honorable.
Los archivos son pruebas diferentes, mucho más fuertes. Siempre hay otro documento a encontrar y con cada nuevo archivo hay un nuevo aporte a la historia. Para seguir en esta exploración, avanzar la historia y llamar la atención al pasado y su relevancia al presente y al futuro, los documentos son monedas que para la historia pueden llamar mucho la atención del público.
– ¿Cómo evalúas que con tantas pruebas, con tantos documentos fuertes en la actualidad exista un negacionismo que hoy lideran justamente líderes políticos de extrema derecha?
Este es un fenómeno en el mundo, especialmente con las nuevas generaciones de medios sociales, el internet, etcétera, donde cualquier persona puede poner una mentira y mandarla a miles y miles de personas. Entonces, esa es la pelea contra la desinformación, el negacionismo y las personas que quieren reescribir la historia para sus propios objetivos. Este es un desafío para todos nosotros que trabajamos en los medios. Los documentos son una manera de dar más poder a la verdad en el debate.
Tener documentos sobre las acciones, represión, actos terroristas de Pinochet, te sirve para tener más poder en el debate contra la derecha que dice que Pinochet era un demócrata, un Jesús, un Dios que salvó a Chile. Estos son documentos que se pueden usar. No es un debate de tu opinión contra mi opinión. Ahí está la verdad, en los documentos. Y no es la opinión de Peter Kornbluh, historiador o activista, sobre Chile. Es lo que dijo Kissinger en el momento a Nixon: son las órdenes de Pinochet a Manuel Contreras, jefe de la DINA; es la evidencia de la represión de las Fuerzas Armadas, de los desaparecidos, la tortura, los asesinatos internacionales.
– ¿Por qué es importante que hablemos de memoria y de derechos humanos?
No se puede olvidar el pasado y la justicia es necesaria para todas las víctimas y para el país. No se puede pensar el futuro sin saber dónde están los desaparecidos y sin juzgar a quienes violaron derechos humanos aquí, sin recordar y usar los documentos como evidencia de los actos de un Agustín Edwards o Henry Kissinger. Pero todavía existe la justicia histórica y se pueden usar los documentos que siguen saliendo sobre el rol de Edwards, sobre el rol de Kissinger, etcétera, para recordar y avanzar.
La historia no es algo pasiva, es algo relevante para el futuro y es especialmente la verdad en un país como Chile, que ha sufrido estos capítulos tan oscuros en el pasado y es especialmente importante por un poderoso país como los Estados Unidos que también está en una pelea. Necesitamos saber de nuestra propia historia, de las violaciones del poder, las violaciones en Chile, para asegurar que no pasemos por estos capítulos de la historia otra vez.
– ¿Qué sientes cuando las personas te dicen “gracias” por estas investigaciones?
Bueno, yo pienso mucho en esta chilena que se llamó “Eliana”. Murió en un accidente hace tres años en una tragedia para nuestro hijo, para mí, para la familia, pero para toda la comunidad de Derechos Humanos. Ella ocupó su vida entera trabajando en esto. Yo realmente empecé este trabajo para ella, por mi relación con ella. Y ahora tengo una relación muy hermosa con muchos otros chilenos y chilenas y es un honor haber trabajado casi cinco décadas en este tema.
Ahora, estoy llegando al final de mi carrera, por mi edad, pero creo que hemos logrado obtener miles de documentos. Una vez que está desclasificado, organizado, en las manos de los estudiantes, de los trabajadores de los derechos humanos, una vez que está ahí, no se puede olvidar. Nosotros pasamos, yo voy a pasar, pero este trabajo de organizar, obtener una clasificación en la historia y dejar documentos que son un monumento a la memoria, al trabajo de derechos humanos y dejar al trabajo de política extranjera de Estados Unidos mucho mejor que estaba en el pasado. Esto es lo que dejamos con este récord de historia y para mí era una carrera, un trabajo muy honorable. Yo he llegado aquí para hablar con ustedes y también todavía es un honor estar con ustedes.
– ¿Qué mensaje podrías enviar a las nuevas generaciones?
Sigan trabajando en esto. Busquen los documentos, lean los documentos. Gran parte de ellos están organizados en mi libro “Pinochet Desclasificado”. Pueden empezar por ahí para leer el contexto de todos los documentos que están aquí, pasando por Estados Unidos, a los chilenos. Los documentos están en internet. Hay documentos chilenos por encontrar. También, hay que mejorar la Ley de Transparencia en Chile. Hay que tener mejor organización de los documentos que han salido, pero la nueva generación simplemente tiene que empezar por leer algunos documentos y posiblemente llegar a la conclusión que yo llegué cuando yo era estudiante: que los documentos realmente pueden dar poder a un debate para un mundo mejor.
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