CULTURA
A un año del éxito que tuvo con “Pobres criaturas”, el polémico cineasta griego Yorgos Lanthimos otra vez trabaja con Emma Stone en “Tipos de gentileza”, donde regresa a sus inicios con un cine más frío. Una película que dividió las opiniones, pero aun así es una inolvidable propuesta.
La cinta es una fábula en forma de tríptico en la cual narra tres historias distintas, que tienen en común el retrato de la manipulación y el control. La primera historia, llamada “La muerte de R.M.F”, trata sobre un hombre sometido a otro más poderoso que controla su vida meticulosamente. La segunda historia, “R.M.F está volando” , gira en torno a un policía cuya mujer ha desaparecido en el mar. La última historia, titulada “R.M.F come un sándwich”, es sobre una mujer decidida a encontrar a alguien con un don especial, destinado a convertirse en un prodigioso líder espiritual. Algo curioso del filme es que las tres historias están protagonizadas por los mismos actores, interpretando a distintos personajes.
Es un drama psicológico oscuro, inquietante, nihilista e incómodo. Abusa de una crueldad elevada y de la perversión en sus situaciones, llevándolas a un surrealismo extremo y absurdo. Las historias se ocultan bajo una capa de comedia negra, que por lo turbio y la insensibilidad de sus imágenes no se consigue percibir del todo.
Al ser un film de antología es más complejo sacar una conclusión total del proyecto, porque en este tipo de películas siempre habrán historias mejor logradas que otras y lo que vale es el resultado final de las tres. Sin embargo, todas las historias tienen lo suyo y de alguna forma terminan cautivando. Aunque la segunda es la mejor lograda y más impactante, una historia sencilla con múltiples lecturas e interpretaciones que intenta volver a las raíces de la tragedia griega.
En la misma dirección que cineastas como Lars Von Trier o Michael Haneke, Lanthimos realiza un cine misántropo en el que revela la falsedad de la sociedad, desmenuzando con brutalidad un mundo abusivo y cínico. El director griego de cierta manera disfruta el hacer sufrir al espectador sin ningún tipo de complacencia con sus personajes. No le interesa agradar ni ser condescendiente con la audiencia.
Lanthimos vuelve a trabajar con el co guionista de sus primeras películas Efthymis Filippou. Han trabajado juntos en “Canino”, “Alps”, “La langosta” y “El sacrificio del ciervo sagrado”. Sus películas más pop como “La favorita” y “Pobres criaturas” están escritas por otro guionista, Tony McNamara. Esa es una de las razones por las que “Tipos de gentileza” se siente más cercana al Yorgos de “Canino”, que al de sus dos anteriores filmes. Al mismo tiempo, da la impresión de que está menos trabajada estéticamente y en su fotografía, aunque tampoco es que esté mal. En resumen, es una cinta griega con actores y producción norteamericana. Pocos directores pueden gozar de ese honor en Hollywood, el hacer definitivamente lo que se le plazca.
Es un filme difícil de definir. Parece una licuadora de ideas raras y brillantes. Es confuso, abstracto, tiene una narrativa poco convencional, es alegórico y está cargado de simbolismos. Por ello y por su larga duración (2:44) a algunas personas se les puede hacer un tanto pesado, aunque para quien se conecte con las historias el tiempo pasará volando.
Hong Chau and Jesse Plemons in KINDS OF KINDNESS. Photo by Atsushi Nishijima. Courtesy of Searchlight Pictures. © 2024 Searchlight Pictures All Rights Reserved.
Eso sí, sobre lo que no debiera existir discusión es en la calidad de las interpretaciones. Los actores lo dan todo, están realmente asombrosos. Emma Stone, Hong Chau, Williem Dafoe, Margaret Qualley y sobre todo Jesse Plemons, quien por esta película ganó el premio como mejor actor en el Festival de Cannes. Es impresionante como cada uno de los actores se incorpora de lleno en sus diversos personajes. Las situaciones son tan irracionales que los llevan al límite de sus capacidades.
En general las películas de Lanthimos consiguen un consenso de crítica positiva, pero “Tipos de gentileza” logró dividir bastante. No es apta para cualquiera, hay escenas de una violencia bestial que a más de alguno le costará soportar. Si bien se repiten sus características obsesiones respecto al sexo, la violencia y la perversidad , esta vez no logra los niveles de exploración existencial de sus otros filmes, por lo que quizás es lo más bajo en su carrera. Pero aun así vale la pena verla, porque es una experiencia única. Por lo menos los fans del director quedarán felices.
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