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“La sustancia”: sátira repulsiva sobre la belleza hegemónica CULTURA

“La sustancia”: sátira repulsiva sobre la belleza hegemónica

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Quizás “La sustancia” se convierta en una de las películas más polémicas del año. Es una arriesgada, caótica y exagerada parábola feminista, donde las mutilaciones y las visceras capturan la pantalla. Una experiencia inolvidable, difícil de digerir, ni Cronenberg se atrevió a tanto.


En casi todas las ediciones del Festival de Cannes hay una película que impacta a la audiencia por su contenido y los medios aprovechan la situación con titulares tendenciosos. Más de alguna vez se han leído frases como “La película más polémica en la historia de Cannes”, “gente se desmayó durante la proyección” o “personas abandonaron la sala”. Películas como “Crash” (1996), “Irreversible” (2002), “Anticristo” (2009), “Titane” (2021), han logrado generar gran controversia en el festival. Con “La sustancia” ocurrió algo similar. Los medios señalaron que se reportaron desmayos en su estreno en Cannes. A veces suelo dudar de ese tipo de titulares, pero después de haber visto la película, lo creo muy probable.

“La sustancia” dirigido por la francesa Coralie Fargeat es demencial. Hace tiempo que no veía algo tan bizarro, alocado, grotesco y divertido a la vez. Se trata de un “body horror” feminista sobre una actriz de Hollywood caída en el olvido (Demi Moore), que encuentra sus últimas esperanzas en un producto revolucionario llamado “La sustancia”. Es una solución basada en la división celular para poder rejuvenecer y crear una versión más bella, más sexy y más perfecta de sí misma. Pero hay que seguir las instrucciones al pie de la letra, de lo contrario todo puede caer en desgracia.

La película es una ácida crítica a los patrones hegemónicos de belleza que se les imponen a las mujeres, como se puede observar en la televisión, en la publicidad, en el cine y en general en un sistema donde la mujer tiene que seguir un orden establecido de feminidad y perfección estética. De cierto modo a las mujeres se les prohíbe tener celulitis, arrugas, barriga y sobre todo envejecer. Como confesó Naomi Watts en una entrevista: “me dijeron, más te vale trabajar mucho porque todo se acaba a los 40, cuando ya no eres follable”.

 La actuación de Demi Moore no es solo extraordinaria, sino también valiente al aceptar un rol de este tipo, donde aparece desnuda en varias ocasiones. De hecho, la intérprete ha vivido en carne propia críticas por su envejecimiento. La actuación de Margaret Qualley también es magnífica, por fin se le están dando oportunidades para interpretar papeles más protagónicos. Ella representa la versión más joven de Demi Moore y es sorprendentemente cautivadora y sexy al simbolizar la belleza hegemónica. Las dos actrices hacen una dupla sensacional. Demi Moore dijo en una entrevista que estaba nerviosa por filmar desnuda a los 61 años y se sentía vulnerable, pero le dio todo el crédito a su co-portagonista de 29 años, quien también actuó totalmente desnuda, por hacerla sentirse cómoda en el set. Moore dijo que “encontró alguien que era una gran compañera con quien me sentía muy segura. Obviamente éramos bastante cercanas, desnudas, y también teníamos mucha ligereza en esos momentos ante lo absurdas que eran ciertas situaciones”. No solo las mujeres hacen un excelente papel en el film, el actor Dennis Quaid brilla en sus escenas como un productor de televisión misógino, ambicioso y arrogante. Incluso hay secuencias del actor  que gracias al “slow motion” generan mucho más asco que otros momentos realmente repugnantes de la película. Al principio el papel estaba pensado para el actor Ray Liota, pero falleció justo antes de grabar y por eso fue remplazado por Dennis Quaid, quien estuvo a la altura del desafiante rol.

El filme es una lúcida sátira a la industria del cine y la televisión con personajes exagerados y una explosión de sangre disparatada. Una película difícil de sacar de la cabeza. Este es el segundo largometraje de Coralie Fargeat luego de “Revenge” (2017), una venganza después de una brutal violación. En “La sustancia” mejora sus ideas y plantea una reflexión mucho más profunda, consciente y madura que en su anterior cinta, sin dejar de lado lo repugnante, lo sucio, lo transgresor y lo absurdo. Por algo se llevó el premio a mejor guion en el Festival de Cannes, sobresaliendo en una edición donde competían grandes nombres de la industria como David Cronenberg, Paul Schrader, Yorgos Lanthimos y Francis Ford Coppola.

“La Sustancia”  se vincula a lo mejor del nuevo extremismo francés con un estilo semejante a Julia Doucournau con “Titane” (2021), pero a la vez dialoga con el “terror corporal” del canadiense David Cronenberg. También se le pueden observar ciertos guiños a grandes clásicos de Stanley Kubrick, David Lynch y Alfred Hitchcock, aunque . tiene identidad propia.

Se trata de una película extraña, diferente y audaz, que logra transmitir un mensaje feminista poderoso y necesario para nuestros tiempos. Sin duda será uno de los estrenos más controversiales del año. Hay que ser de estómago fuerte para metabolizar escenas altamente repulsivas. Es imposible que pase desapercibida.

Ve la crítica de cine aquí:

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