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Denuncian que obras robadas en allanamiento a escritor Droguett en 1975 están en Biblioteca Nacional CULTURA

Denuncian que obras robadas en allanamiento a escritor Droguett en 1975 están en Biblioteca Nacional

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La familia pide “una restitución simbólica que haga justicia a la historia” y al Premio Nacional de Literatura. La entidad lamentó “los hechos que nos ha dado a conocer la familia (…) y estamos a la espera de acordar una reparación simbólica ante estos hechos que nos afectan a todos”.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Se ha denunciado que obras confiscadas durante el allanamiento a la casa del escritor Carlos Droguett en 1975 por agentes de la dictadura, están en la Biblioteca Nacional de Chile. Los textos, que incluyen manuscritos inéditos, habrían sido sustraídos sin consentimiento y ahora forman parte de su colección. Esta situación ha generado preocupación en la comunidad literaria y reabre el debate sobre el destino de los bienes culturales incautados durante la dictadura.
Desarrollado por El Mostrador

La familia del escritor Carlos Droguett (1912-1996) denunció este jueves que en la Biblioteca Nacional se encuentra material literario robado durante un allanamiento de la DINA a la casa del autor en 1975, en plena dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).

La denuncia fue realizada en el marco de un ciclo dedicado al Premio Nacional de Literatura (1970) en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, que comenzó el lunes y revisó la obra del autor.

“Se expoliaron documentos relevantes para circularlos en condiciones que no se conocen Así ocurrió con aquellos arrancados por la DINA desde la casa de Droguett a fines de 1975, depositados algunos a comienzos de 1976 en la Biblioteca Nacional y otros curiosamente en 1997, tras el fallecimiento de Droguett en Suiza. De los documentos de Droguett en la biblioteca, algunos aparecen registrados como donados, otros como vendidos, en ambos casos sin explicar cómo los obtuvieron los donantes y vendedores, y otros, simplemente, sin antecedentes”, señaló la familia en una declaración pública leída este jueves en el evento “Carlos Droguett y la justicia social” en el Auditorio Alessandri en la Facultad de Derecho.

La Biblioteca Nacional, por su parte, indicó a El Mostrador que “lamenta profundamente los hechos que nos ha dado a conocer la familia (…) y estamos a la espera de acordar una reparación simbólica ante estos hechos que nos afectan a todos”.

Trayectoria

Droguett, autor de una extensa obra y ganador de numerosos premios, había celebrado el triunfo de la Unidad Popular en 1970. Tras el golpe de Estado contra el gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende, empezó a colaborar el Comité Pro Paz, antecedente de la Vicaría de la Solidaridad, que auxiliaba a víctimas del terrorismo de Estado. Abandonó el país en septiembre de 1975 y se exilió en Suiza, país del cual nunca regresó.

“La dictadura descubrió en octubre de 1975 una lista de intelectuales que, sin ser militantes, apoyaban al MIR o a sus militantes perseguidos. El punto de partida de la DINA fue la información entregada por personeros de la Universidad Católica que le permitió ubicar y secuestrar a Ignacio Ossa Galdámez, joven poeta y profesor de esa Universidad, muy cercano a Droguett, cuya biblioteca fue igualmente expoliada y su destino se desconoce. Torturándolo en Villa Grimaldi se le arrancó la vida a Ignacio”, señaló la declaración pública, que además indicó que otra víctima de los hechos fue el fallecido Premio Nacional de Historia Armando de Ramón Folch (1927-2004).

Según el Museo de la Memoria, Ossa fue asesinado el 25 de octubre de 1975. Profesor y militante del MIR, había sido detenido en Santiago el día 20 del mismo mes por agentes de la DINA, en casa de sus padres.

“El expolio de obras de arte a lo largo de la historia es, sin duda, un atentado contra los derechos humanos, un crimen de lesa humanidad. Y más terrible aún, porque no afecta la vida de una persona individual, sino la memoria colectiva y el sentir de todo un país. Destruye su identidad, borra su pasado y lo deja a la deriva, sin futuro”, señala la historiadora del arte Paz Vásquez Gibson en su artículo “Expolio de Obras de Artes, un Crimen de Lesa Humanidad”, publicado en el sitio Crítica Impresionista.

Marcelo Droguett durante su exposición en la U. de Chile.

Familiares

Para Marcelo Droguett, dijo del autor, “las respuestas de la Biblioteca Nacional han sido insuficientes, han sido de tipo meramente administrativo y propio de un estilo de la burocracia, careciendo de la empatía y del reconocimiento de encontrarnos ante una situación que afecta el patrimonio cultural del país, que agravia a la familia de Carlos Droguett; lo ocurrido no es un hecho cualquiera y que pudiere pasar inadvertido”.

“Hemos formulado reiterados requerimientos a la Biblioteca Nacional, particularmente vía ley de transparencia; desde hace meses dicen que van a investigar la procedencia del material de Carlos Droguett que ellos tienen y que nos darán una lista. Nos han dado varias listas, pero no coinciden unas con otras, es, aparentemente, un desorden que no logramos entender”, dijo a El Mostrador.

A Droguett le resulta llamativo que ante el hecho de que podría tratarse de obras que tienen un origen de adquisición ilegítimo, la Biblioteca Nacional simplemente exprese formalmente que “el departamento jurídico del SERPAT (Servicio del Patrimonio) ha informado que ‘no es posible tomar acciones legales debido al tiempo que ha pasado (25 años), que en el convenio se declaró la propiedad del vendedor y que se debe presumir que las partes actuaron de buena fe y sin intenciones dolosas'”.

“¿Alude la BN a la figura de la prescripción? ¿Estarían con ello reconociendo un delito?”, se preguntó, y advirtió que la eventual prescripción de un delito es una cuestión que debe ser resuelta y declarada por un tribunal de justicia; no es de competencia de la Biblioteca Nacional.

“Me produce decepción y desesperanza esta actitud y conducta de la Biblioteca Nacional. Conozco experiencias europeas en casos de esta naturaleza y son muy distintas”, expresó.

Gestiones

Droguett explicó que las gestiones con la Biblioteca las iniciaron en el mes de junio pasado, “sin tener a la fecha una respuesta que se haga cargo de que el material que tienen fue adquirido de modo irregular, ya que nosotros somos los legítimos propietarios”.

“La familia no ha pedido ni busca compensación material; nuestra pretensión que se realice una restitución simbólica que haga justicia a la historia y a Carlos Droguett. Y digo simbólica porque en algún momento pensamos en que luego de eso, la dejaríamos en manos de la Biblioteca para su guarda en cuanto patrimonio nacional”, expresó.

Sin embargo, luego de las constataciones que han tenido a raíz de la investigación de lo ocurrido, aseguró que pueden afirmar que no se trató de un robo común, “sino que es uno que tiene lugar en el contexto de crímenes de lesa humanidad, secuestro, tortura y homicidio”.

“La familia ha tenido la mejor voluntad, pero nos cuesta entender que la Biblioteca Nacional  no quiera investigar, que ante estas gravísimas irregularidades ni siquiera nos hayan pedido disculpas”, lamentó.

Y denunció que la Biblioteca Nacional “recibió todo ese material que hemos descubierto y jamás nos avisaron, no nos contactaron, no consignaron quien entregaba o vendía, salvo en un caso; tampoco nos entregan ahora información sobre los funcionarios y directivos de la Biblioteca Nacional que pudieren haber sabido de modo de requerirles información”, agregó.

“¿Será el de Carlos Droguett el único caso de libros robados y que luego son descubiertos en la Biblioteca Nacional? ¿Cuál fue el rol que jugó la biblioteca en dictadura?”, se preguntó. “Son muchas las preguntas que surgen tras lo que hemos constatado”.

Hallazgo

Droguett explicó que el hallazgo del material se realizó de manera “casual”.

“Preparando las jornadas que se han realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, fuimos a la Biblioteca Nacional a consultar por un material y quedamos paralizados al ver que aparecían manuscritos de Carlos Droguett que habían sido robados por agentes de la DINA en el allanamiento de la casa de mi padre en el mes de octubre de 1975”, cuenta.

“Nuestra sorpresa aumentó cuando descubrimos el resto: dos cajas completas llenas de documentos, manuscritos, fotografías, correspondencia, etc., muy bien cuidadas, pero lejos de las posibilidades de la familia y de investigadores y editores nacionales y extranjeros de poder trabajar con ellos cuando tratándose de un Premio Nacional debiera ocurrir exactamente lo contrario”.

Agregó que a⁠ pesar de sus requerimientos, la Biblioteca “no ha devuelto nada, solo nos entregaron, apenas y en calidad de ‘préstamo’ una tarjeta de mi madre en la que le desea a mi padre más suerte que la que tuvo Kafka”.

“Habiendo transcurrido⁠ 50 años, es difícil reconstruir un listado de lo que había en la casa al ser asaltada por la DINA, pero sabemos que allí estaban todos los textos inéditos de mi padre y de mi madre, que también escribía, todas⁠⁠ las colecciones de libros de míos y de mi hermano, cartas, diarios, manuscritos y cuadernos con apuntes de Carlos Droguett y, por supuesto, varios objetos personales. Habíamos perdido toda esperanza de recuperarlos, cuando nos encontramos con esta sorpresa”, expresó.

Solicitud al Ministerio de las Culturas

En consecuencia, la familia solicita al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio la constitución de un Grupo de Trabajo “creado en función del interés social que representa el resguardo del patrimonio literario y del acervo cultural del país y de los autores chilenos, con el objeto de que se le encomiende” varias tareas, según la declaración pública.

Entre ellas figuran “reunir los antecedentes y circunstancias de la persecusión a los intelectuales Ignacio Ossa Galdámez, Carlos Droguett Alfaro y Armando de Ramón Folch a partir del golpe de Estado del año 1973, en especial, el destino de sus obras expoliadas por la DINA; y, de otros que pudiere determinarse en el curso del trabajo”.

Asimismo, piden “recopilar, clasificar y catalogar la obra de los anteriores que se encuentre en la Biblioteca Nacional u otras entidades públicas”, así como “proponer medidas reparatorias simbólicas para las familias, entre las que se debería contemplar la entrega de las obras obtenidas ilegítimamente por organismos públicos”.

Además, solicitan “proponer medidas simbólicas de reconocimiento de los intelectuales mencionados y otros que, en el curso del trabajo, se incorporaren en la misma categoría de perseguidos”.

“En la integración del Grupo de Trabajo se deberá considerar, especialmente, a miembros de la Biblioteca Nacional, de las familias, de organizaciones de intelectuales y escritores destacados de este tiempo”, finaliza la declaración.

Respuesta oficial

Al ser consultada la Biblioteca Nacional, Roberto Aguirre, Director Subrogante de la entidad, indicó que los documentos de Carlos Droguett que posee la Biblioteca Nacional provienen de diversos orígenes.

“Por una parte, todos los materiales editados, como libros y referencias críticas (artículos de prensa), han ingresado a la Biblioteca Nacional por medio del Depósito Legal, conforme a la ley vigente, y se encuentran resguardados en las colecciones de la Sección Chilena y Referencias Críticas. En el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional se pueden encontrar manuscritos, fotografías y otros documentos que proceden de adquisiciones y donaciones realizadas en distintas épocas”, dijo.

Sobre el caso específico de la compra de material, agregó que se han identificado dos procesos distintos: uno en 1997, en que se hizo un intercambio por valor de 1.000.000 de pesos con libros editados por la Biblioteca Nacional, y uno en 2021 en que se realizó una compra por un valor de 2.500.000 pesos de 69 documentos de 14 autores, entre los cuales había 6 manuscritos de Carlos Droguett.

En particular, y luego de recientemente haber sostenido una comunicación con la familia de Carlos Droguett, e investigado el proceso de compra, “determinamos que éste fue realizado por la entonces Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) conforme a la normativa que le regía en ese momento, en que el vendedor declaró la pertenencia de los documentos, información con la que se generó un convenio de transferencia de los bienes aprobado por una resolución dictada por la ex Dibam”.

“Toda la información recabada ha sido compartida con la familia Droguett”, recalcó.

“Como Biblioteca Nacional lamentamos profundamente los hechos que nos ha dado a conocer la familia, al igual que el asesinato de Ignacio Ossa, amigo y colaborador de Droguett, y estamos a la espera de acordar una reparación simbólica ante estos hechos que nos afectan a todos”, expresó.

“Quisiéramos destacar que la Biblioteca Nacional ha valorado desde siempre la obra de Carlos Droguett. Todos los materiales que se conservan en la institución, especialmente en el Archivo del Escritor, han sido cuidadosamente conservados, digitalizados y publicados en Biblioteca Nacional Digital, se le ha dedicado un minisitio de Memoria Chilena y en 2012 se realizó una exposición en el contexto de su centenario”, insistió.

Una tropelía

Para la académica y crítica literaria Raquel Olea, “entre las tropelías y violaciones de derechos humanos llevados a cabo por la DINA está la persecución a la cultura y a los escritores”.

“Droguett, escritor comprometido y con claras convicciones democráticas, padeció exilio, persecución que fue acrecentando un rencor que le dio espesor a su pensamiento social. El Estado chileno tiene el deber y la obligación cultural de escuchar la demanda familiar, para acordar la pertenencia de esos materiales a quienes harán un uso adecuado de ellos: investigadores, investigadoras, lectores, lectoras y la sociedad en general”.

Olea además recordó que “los artistas son doble patrimonio, del pueblo y la familia”.

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