Isaac León Frías (1944) realizará el sábado una charla en el festival Puerto de Ideas, que comienza mañana, sobre cómo las plataformas como Netflix han transformado el séptimo arte.
Una análisis sobre cómo la era digital ha transformado radicalmente el mundo audiovisual hará en Puerto de Ideas el destacado crítico de cine peruano Isaac León Frías (Lima, 1944), el festival de ciencia que comienza este viernes en Valparaíso.
Frías recorrerá la transición del cine y la televisión del dominio analógico al vasto universo del streaming, reflexionando sobre cómo estas plataformas han revolucionado la producción, distribución y consumo de contenidos. Con más de cinco décadas de experiencia y varios reconocimientos internacionales, analizará las claves de esta transformación, desafiando los modelos tradicionales de las salas de cine y la televisión abierta.
“El tema es la revolución de las pantallas, el cine y la televisión frente al desafío del streaming. Básicamente es mostrar el panorama actual de las relaciones que se han establecido entre el cine, por un lado, la televisión por otro, frente al surgimiento de las plataformas de streaming, para lo cual voy a señalar previamente unos antecedentes de cómo se van cómo va evolucionando, por un lado, las pantallas, desde que aparece la pantalla de cinematográfica hasta llegar a la actualidad”, adelanta a El Mostrador.
“Un tercer proceso que también voy a mencionar es el de la informatización”, clave para explicar “la situación en la que estamos viviendo”.
“En el streaming confluyen, por un lado, eso que podemos llamar la evolución de las pantallas”, y “el acervo previamente elaborado por el cine y la televisión”.
Durante la charla, además hablará sobre la reconfiguración de los espacios audiovisuales y las nuevas experiencias colectivas de consumo, guiando a la audiencia en un viaje imperdible hacia el futuro del cine, la televisión y la poderosa narrativa audiovisual en el siglo XXI.
Su charla será este sábado a las 18:30 horas en la sala Insomnia (Condell 1585).
Licenciado en Sociología y Master en Periodismo y Comunicación Multimedia, Farías es docente universitario desde 1970. Decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima entre 1990 y 1996 y crítico de cine desde 1965, fue director de la revista Hablemos de Cine (1965-1985) y en la actualidad miembro del Consejo Editorial de la revista Ventana Indiscreta.
Jurado en numerosas ediciones de festivales de cine en América Latina, España, Francia y Estados Unidos, es conferencista en diversas universidades, y autor y editor de una veintena de libros.
Asimismo, obtuvo el reconocimiento de Personalidad Meritoria de la Cultura, otorgado por el Ministerio de Cultura del Perú, en el año 2015; y en el 2017 recibió en México el premio iberoamericano Fénix por su trayectoria en la crítica y la cultura cinematográficas.
Frías recuerda que la primera película la vio de muy niño, a los siete años. Era un western norteamericano, “Apache drums” (“Tambores apaches”)”, un cinta de Hugo Fregonese de 1951.
Él se crió en La Punta, un balneario de El Callao, el puerto de Lima, cuando no había televisión.
“Me deslumbró. Y me enganché con el cine de tal manera que se convirtió en una pasión infantil, adolescente. Desde joven vislumbré que mi futuro estaba ligado al cine, no a la realización cinematográfica, como sería en el común de los casos, sino al hecho de ver películas y escribir sobre ellas, hablar sobre ellas”, recuerda.
Ha sido crítico desde los 20 años, con una actividad en cine-clubes y también la docencia.Su padre quería que fuera abogado, pero él se licenció como sociólogo, área en el cual también ha hecho docencia. Pero su pasión es el cine.
“Yo recuerdo la primera película que vi. A mis hijas les decía, ‘ustedes no pueden recordar ni la primera película ni las primeras imágenes, porque eso está absolutamente incrustado en la infancia temprana'”, a diferencia de él, que vio primero cine y después televisión, que llegó a Perú en 1958.
“Sigo siendo un espectador obsesivo compulsivo. Ir al cine sigue siendo el placer mayor, por eso la pandemia fue muy dura, porque entre otras cosas una serias, por supuesto y más graves, me privó durante año y medio de poder ver películas en pantalla grande”.
En su casa obviamente hay televisión e incluso un proyector, “pero no es lo mismo que la experiencia de la sala de cine”. Una afición que ha volcado en la docencia, la investigación y también en varios libros. Los últimos de su autoría son “La revolución de Netflix en el cine y la televisión” (2020), “Desde la ventana indiscreta. Páginas de cine” (2021) y “Del clasicismo a las modernidades. Estéticas en tensión en la historia del cine” (2022), los tres publicados por la Universidad de Lima.
El vínculo con Chile es, por cierto, de vieja data. Su primer viaje al exterior, en 1967, fue justamente al festival de cine de Viña del Mar. Incluso estuvo varios días previos al golpe de Estado contra el gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
“Una experiencia muy dura, muy intensa, muy única, porque creo que no he vivido una cosa así nunca. La situación se sentía que no daba para más, el país estaba absolutamente polarizado, había enfrentamientos en las calles. Yo corría cada vez que iba al centro, tenía que alejarme por los gases que estaban ahí cargando todo el ambiente”, recuerda.
En aquella época existía la tesis de que había un Nuevo Cine Chileno, pero para él es una clasificación más política que artística.
“Existieron algunas películas, pero no hubo un corpus de obras cinematográficas, cosa que en los últimos tiempos sí. Hoy se puede hablar de un cine chileno en un sentido más orgánico, no tanto que sea un movimiento, pero hay toda una corriente cinematográfica, que se ha ido afianzando”, tanto que incluso cree que está por encima del cine peruano y de otros cines sudamericanos.
En base a la experiencia de Frías hay otra pregunta que se torna ineludible. Está claro que hoy es mucho más barato hacer cine que hace 50 años y hay mayor cantidad, ¿pero cómo es la calidad del cine actual, en su opinión?
“Estamos por debajo”, responde Frías. “Siento, por ejemplo, que el cine norteamericano de los años 30 40 50, hasta los años 60, era un cine en promedio de una mejor calidad”. Pero también pasa, a su juicio, con la producción de la Italia de la posguerra, de los años 40, 50, 60, 70, e incluso de Francia.
En cuanto a América Latina, “uno de los desafíos es lograr una producción que aspire a llegar al público, pero que tenga una cierta calidad”.
Pone como ejemplo a su país, donde “hay películas planeadas en función de la taquilla, pero que son repeticiones fórmulas muy pobres”, y en el otro extremo está el cine independiente, con las películas que son de expresión personal, pero donde tampoco todo es bueno.
“Entonces hay como una polarización excesiva y creo que falta una zona intermedia, un centro de mejor calidad, pero de mayor capacidad de acceso”.
¿Hay hoy grandes cineastas como John Ford o Pier Paolo Pasolini?
Para Frías, sin duda hay creadores de muy alto nivel, “lo que pasa es que no tienen la sonoridad o la figuración que tuvieron antes” los recién citados.
Entre sus cineastas favoritos, Frías cita al finlandés Aki Kaurismäki, los hermanos belgas Jean-Pierre y Luces Dardenne, el español Pedro Almodóvar, y estadounidenses como Quentin Tarantino y Woody Allen.
“Pero no es la época donde tenían esa preeminencia como fue en los años 60 70 80 no tal vez hasta hasta los años 90”, insiste.
Al ser consultado sobre el cine chileno, la primera película que nombra es “Los colonos” (2023), sobre el genocidio selknam, de Felipe Gálvez, “muy sólida, muy bien actuada, una película con mucha fuerza”. Otros directores que destaca son Andrés Wood (“Machuca”) y Sebastián Lelio (“Una mujer fantástica”).
Y resalta el cine de Pablo Larraín, por “Tony Manero” (2008) y “Post Mórtem” (2010).
“En cambio ‘El conde’ me parece menos buena. Creo que la idea es magnífica, pero la película la noto un poco desigual”, aunque con “uno de los grandes actores latinoamericanos” como Alfredo Castro.
Larraín “evidentemente es uno de los valores del cine chileno y se ha internacionalizado”, agrega, en referencia a sus películas “Spencer” sobre (2021) Diana de Gales y su más reciente, “María” (2024), sobre la cantante de ópera María Callas.
“Las películas en la que hizo sobre Jackie Kennedy y Diana no me parecen grandes películas, pero me parecen películas interesantes, novedosas, escogiendo ángulos distintos, no repitiendo lo que se podría esperar”, destaca.
“Enfrentar estos materiales, que son difíciles para cualquier cineasta que quiera hacer algo que no sea pueda repetición de lo conocido, me parece que tiene un mérito muy grande”, concluye.