En Puerto de Ideas Valparaíso, Elizabeth Horan, una de las biógrafas más reconocidas a nivel mundial de Gabriela Mistral, conversó con la investigadora e editora, Daniela Schütte.
Hace más de 40 años, la investigadora estadounidense Elizabeth Horan leyó por primera vez a Gabriela Mistral en California mientras estudiaba. Su primer acercamiento fue con “Locas mujeres”, gracias a ese libro se interesó por la obra de Mistral, eso la llevó a querer saber más sobre la poetisa chilena ganadora del Premio Nobel de Literatura.
Actualmente, Horan es considerada una de las biógrafas más reconocidas a nivel mundial de Gabriela Mistral. A través de “Mistral, una vida. Solo me halla quien me ama” (Lumen), la investigadora propone una reflexión sobre la vida de la poetisa, pedagoga intelectual, política, campesina, diplomática.
En Puerto de Ideas Valparaíso, Elizabeth Horan conversó con la investigadora e editora, Daniela Schütte.
La vida de Mistral sigue siendo estudiada ampliamente, la complejidad de su literatura ha llevado a investigadores a excavar bajo los roles y las asociaciones, encontrando distintas capas de lugares y tiempos. ¿Hasta qué punto fueron elegidos por ella o impuestos?
Las dos importantes investigadoras de la obra de Gabriela Mistral, abordaron el pasado y los posibles futuros que surgen a partir de los archivos. ¿Qué revelan de las obras, hechos y complicidades de la poeta, figura central e imprescindible en la historia de América Latina?
“Por muchos años Gabriela Mistral no fue leída, entonces lo que tenemos es una serie de iconos, porque no hay una sola y siendo un símbolo nacional, cada persona la toma y la cambia a su preferencia entonces hay muchos aspectos de Gabriela Mistral que no se ven todavía”, expresó Horan.
Además, la investigadora se refirió al primer encuentro que tuvo con Doris Atkinson, sobrina de Doris Dana y quién se encargó de entregar parte de las obras de Mistral.
“Yo había escuchado que Doris Dana había muerto y yo estuve esperando que algo pasara, pero no iba a meterme, estuve preparando mi clase de literatura estadounidense desde los inicios hasta la Guerra Civil en mi oficina de trabajo y ella me llamó, me decía yo soy de Los Ángeles y hablamos, yo le dije ‘tu tía me decía que ibas a estar encargada'”, dijo en la charla.
“Ella me invitó y me decía que había una gran cantidad de cosas que no sabía si eran de Gabriela o de las otras parejas que Doris Dana había tenido, porque fue albacea de tres mujeres, no solo de Mistral”, agregó.
Además se refirió a las discusiones sobre la sexualidad de Mistral, “hay que pensar que cuando uno reflexiona sobre lo queer es que ella estaba en dos armarios, no estaba solo en el armario de la sexualidad sino que también en el armario de lo racial y los dos son muy semejantes”.