En el reciente Festival Puerto de Ideas Valparaíso 2024, la destacada experta en inteligencia artificial, Nayat Sánchez-Pi, directora General de Inria Chile, ofreció una charla sobre el papel de la IA en el proceso creativo.
En una subasta histórica en Sotheby’s, Londres, la primera obra de arte creada por un robot humanoide con Inteligencia Artificial, titulada “A.I. God” (I.A. Dios), se vendió por un récord de 1,08 millones de dólares, superando ampliamente su estimación inicial de 180.000 dólares.
La pieza, un retrato de 2,2 metros del matemático Alan Turing, generó gran interés, con 27 ofertas que elevaron su precio final. Creada por el robot Ai-Da, en homenaje a Ada Lovelace, esta venta destaca el creciente interés en la intersección entre arte y tecnología pero también genera distintas preguntas: ¿Cuál es el rol de la IA en los procesos creativos?
En el reciente Festival Puerto de Ideas Valparaíso 2024, la destacada experta en inteligencia artificial, Nayat Sánchez-Pi, directora General del centro del Instituto Nacional Francés de Investigación en Ciencias Digitales (Inria) Chile, abordó esta pregunta. Con una sólida trayectoria en ciencia digital, Sánchez-Pi abordó tanto los beneficios como los desafíos éticos que plantea la IA en el arte, destacando su potencial como herramienta de innovación.
“De todas maneras yo creo que la inteligencia artificial y el arte tienen un gran camino por recorrer en todas las modalidades y en todas las expresiones artísticas que sean tanto en la literatura como el arte plástico. Hay muchísimos ejemplos concretos donde la inteligencia artificial a día de hoy ya es una herramienta”, expresó la experta a El Mostrador.
Sánchez-Pi definió la IA según el pensamiento de Marvin Minsky, detallando que es la “ciencia de hacer que las máquinas hagan cosas que requerirían inteligencia si fueran hechas por humanos”.
La experta argumentó que “el arte es una conexión emocional” y que, en última instancia, cada persona decide lo que considera arte, como se ejemplifica con el icónico retrete de Duchamp. Además, resaltó cómo la IA puede expandir las herramientas creativas, permitiendo colaboraciones con artistas como Beeple y Mario Klingemann para explorar nuevas formas de expresión.
“Con las herramientas que tenemos hoy día y el desarrollo de las siguientes generaciones de la inteligencia artificial y hacia dónde nos estamos moviendo solo va a ir creciendo, o sea el arte solo va a ir acompañando este este desarrollo y definitivamente yo creo que hay que abrazarlo para para crecer y eventualmente movernos hacia otro momento disruptivo en la historia del arte”, agregó.
Uno de los puntos de mayor interés fue el debate ético y legal sobre la autoría en obras colaborativas entre humanos e IA. Sánchez-Pi subrayó la necesidad de crear un marco legal adecuado, y mencionó avances como el EU AI Act, que busca responder a estos dilemas emergentes. La experta también abordó las limitaciones inherentes de la IA, señalando los sesgos en los datos y el impacto ambiental de su desarrollo.
“El problema es que la IA no olvida”, advirtió, resaltando que estos sistemas aprenden solo de los datos disponibles, lo que limita su capacidad de “comprender” de forma auténtica.
En su reflexión final, Sánchez-Pi comparó la IA con inventos pasados que inicialmente causaron temor, pero luego se transformaron en herramientas clave para la humanidad. La IA en el arte, indicó, podría desempeñar un rol similar al del fuego en la gastronomía: una herramienta que, en manos humanas, permite explorar nuevas fronteras y ampliar lo posible en el ámbito artístico.
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