24 años después de “Gladiador”, el cineasta Ridley Scott regresa con una gran secuela para energizarnos y entretenernos con una violenta película que cuenta la historia de Lucio (Paul Mescal), el hijo de Maximus (Russel Crowe) protagonista de la primera y asesinado a manos de su tío.
La película transcurre unos años después de la muerte de Maximus, donde Lucio se ve obligado a entrar al Coliseo tras observar cómo los dirigentes del imperio romano destruyen y conquistan su hogar. Con un corazón lleno de ira y el destino del imperio en sus manos, Lucio debe revivir su historia en busca del coraje y la dignidad para devolver a su pueblo la grandeza perdida de Roma.
A pesar de ser un filme irregular, funciona. Es un divertimento puro, con mucha acción y batallas muy bien filmadas. Es un blockbuster que cumple. Sorprende que siendo una cinta tan comercial y masiva, resulte tan violenta de una manera explícitamente gráfica, más que la primera entrega. En momentos me recuerda el lado más gore del “Calígula” de Tinto Brass, obviamente evitando su parte más erótica y nunca llegando a su extremo. Incluso el emperador Geta de “Gladiador 2”, protagonizado por Joseph Quinn, tiene un aire al Calígula interpretado por Malcom McDowell.
Las actuaciones son acertadas. Pedro Pascal hace lo que le pide el papel como el emperador Marcus Acacius, pero nada fuera de lo común, no se trata de un rol que le exija mucho. Las actuaciones que más sobresalen en la cinta son las de Paul Mescal como Lucio y Denzel Washington como Macrinus. Un Mescal protagonizando a un gladiador musculoso, hipermasculino, cómo nunca lo habíamos visto en otra película. Denzel Washington interpreta de manera excepcional a un tirano villano, que hace de su tiranía un circo con las batallas. Esas actuaciones son en parte la fuerza que contiene el film, más las peleas.
Este espectáculo visual de Ridley Scott es un secuela-legado, ya que continua la misma historia, respetando lo que dejó Maximus con Lució su hijo, quien lo reemplaza como el gladiador más importante del Coliseo. Es una secuela realizada con respeto y honra a su antecesora, podría haber sido completamente fallida pero los resultados son convincentes. Era una tarea difícil, ya que “Gladiador” es una de las películas más icónicas de este siglo en Hollywood y también ganó el Oscar en su respectivo año, pero por suerte Ridley Scott manejó bien esta compleja misión. También apela bastante a la nostalgia, con algunos flashbacks de la primera parte y con semejanzas en ciertos fragmentos; aunque los únicos actores que se repiten son Connie Nielsen como Lucilla la madre de Lucio y Derek Jacobi el senador Greco de la primera.
Eso sí, llaman la atención los anacronismos y la inexactitud histórica del film. Por ejemplo, en una escena se puede ver a un personaje leyendo la prensa escrita inexistente en tal época. También agregar tiburones y rinocerontes en el Coliseo es históricamente falso, pues no existen registros de aquello. Pienso que Ridley Scott puede haber estado consciente de sus errores y los puso a propósito en el film para sacar de quicio a los historiadores. Recordemos que con “Napoleón” ya había tenido conflicto con ellos por cosas similares. En tal ocasión el cineasta señaló: “disculpe, amigo, ¿estuvo allí? ¿No? Bueno, cállate la p*** boca entonces. Por ejemplo, la gente se queja de que Napoleón dispara un cañonazo a la Esfinge egipcia y no sé si lo hizo, pero es una gran forma de mostrar que ha conquistado Egipto”. Entiendo que son películas y no necesariamente tienen que ser 100% verídicas, pero por lo menos debieran a aspirar a un poco más de coherencia en la trama.
Es una película que logra su objetivo de entretener, no busca nada más que eso. Está bien hecha (a pesar de algunos CGI de mala calidad) y en efecto es una firme secuela- legado a pesar de sus fallas. Una trama centrada en la acción que si bien es muy inferior que la primera, tampoco se queda tan atrás. Es uno de los grandes Blockbusters de este año, aunque no tenga miedo de abrazar a veces lo ridículo e incluya varios momentos un poco melodramáticos.
En resumen, es una buena película, pero no está cerca de lo mejor del año. Cumple lo que promete. Si quieren tener una experiencia repleta de acción, violencia, diversión y les gustó la primera, esta secuela es imperdible. Pero si quieren conocer más sobre la historia de Roma y el Coliseo, recomiendo ver un documental, porque esta película no es lo más apto para aprender de historia. Se encuentra disponible en cines.
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