Se trata de una colección compuesta principalmente de material de cine doméstico filmado entre 1920 y 1980 en distintas localidades de Chile.
La Filmoteca de la Universidad de La Frontera (UFRO) inició la catalogación, digitalización y difusión de más de tres mil rollos cinematográficos.
Se trata de una colección compuesta principalmente de material de cine doméstico filmado entre 1920 y 1980 en distintas localidades de Chile.
Rollos de pequeño formato de alto valor patrimonial que se han convertido en un espacio de referencia para la investigación multidisciplinar y la creación artística, tanto en el país como en el extranjero, con aportes en trabajos como el cortometraje “Notas para el futuro” (22’, 2023) de Karin Cuyul, cineasta chilena radicada en México, que construye un relato sobre los roles de género a partir de la muerte de su abuela, entre audios con amigas y archivos de 8 mm. de cine doméstico resguardados por Filmoteca UFRO.
“El hecho de que seamos el único proyecto que no es de la región Metropolitana en adjudicarse este fondo, nos provoca alegría y a la vez tristeza. Esto habla de cuál es el panorama de los archivos fílmicos en nuestro país. Hay muy pocos archivos audiovisuales en lugares distintos a Santiago”, señaló Diego Olivares, coordinador de Filmoteca UFRO, periodista, tipógrafo, realizador audiovisual y doctor en Comunicación (UFRO, UACH).
Para socializar este proyecto se reunieron con la curadora del Archivo Regional Araucanía (ARA), Carolina Nahuelhual, con el objetivo de abrir el diálogo con la comunidad regional respecto al patrimonio audiovisual, los archivos fílmicos y su relación con las instituciones.
En el encuentro “Un archivo fílmico desde La Araucanía: la experiencia de la Filmoteca UFRO” se proyectó el video “¿Chumal elkaniengeal?/¿Para qué guardar?” de la artista visual mapuche Seba Calfuqueo y el historiador mapuche Cristián Vargas Paillahueque, con la que proponen “pensar una historia crítica del coleccionismo y su vinculación con el mundo mapuche”.
Sobre el resguardo de archivos regionales y su relación con archivos de otras instituciones como Filmoteca UFRO, Carolina destacó la importancia de ser garantes de un acceso público y democratizador, señalando que a través de la institucionalidad “el Estado se compromete a custodiar y relevar sus archivos para las generaciones venideras. La relación virtuosa con los archivos de otras instituciones es la promoción de una memoria común y el desarrollo de la identidad e historia local, regional y colectiva, con la idea de fomentar reflexiones, acciones y entendimiento de sus contextos para un aprendizaje vital”.
En este encuentro, Carolina desarrolló una presentación en torno a la responsabilidad de ser “trabajadores de la memoria” y los desafíos que tiene una colección para constituirse como archivo: “como instituciones tenemos el deber de transmitir conocimientos archivísticos y de archivos hacia las comunidades y personas, con el objetivo de fomentar la creación y conformación de los mismos. Lo más importante es evitar la fuga o pérdida de las memorias”.
Desafío que Filmoteca UFRO asume como un objetivo en esta nueva etapa. La exposición de su coordinador inició con la historia de un hallazgo. Hace diez años vitrineando en el Persa Bío Bío de Santiago, encontraron 27 latas de cine en 16 mm filmadas entre los años 1926 y 1936. Captaron su atención, porque entre las pocas rotulaciones que tenían varias apuntaban a la Araucanía, como una donde se leía Budi, Puerto Saavedra.
“Este tipo de cámaras se empezó a vender en el mundo entre los años 1923-1924, por lo cual nos llamó la atención que dos años después en esta región estuviesen filmando en la costa de la Araucanía”, compartió Diego.
Además de los rollos de películas, Filmoteca tiene una importante colección de cámaras filmadoras.
“No existe cine si no hay máquinas. Por tanto nos parece fundamental que cualquier esfuerzo de preservar materiales patrimoniales fílmicos vaya acompañado de estas máquinas que nos permiten reflexionar cómo estos aparatos fueron posibilitando la captura de memoria”, reflexiona Diego.
Un equipo multidisciplinar compone Filmoteca UFRO, quienes hasta febrero del 2026 tienen el desafío de hacer crecer este acervo en sus diferentes etapas. Los y las profesionales son: Diego Olivares en Coordinación, restauración y catalogación; Ange Cayuman en Mediación y difusión; Rocío Ortega en Restauración y digitalización; Karin Cuyul y Cristóbal Koch en Investigación y catalogación; Morín Ortiz en Comunicaciones y gestión de prensa y Felipe Cona en Realización audiovisual.
Hace dos años que Rocío Ortega se vinculó con Filmoteca por motivos de estudios: un postítulo de restauración en el País Vasco. Hace dos semanas comenzó su trabajo como parte del equipo de Filmoteca en el segundo piso de la Biblioteca UFRO, actualizando el conteo de los rollos y evaluando el estado del material fílmico para una posterior restauración física que posibilite su digitalización.
“Es importante recordar que las películas estaban hechas de materiales orgánicos y como todo material orgánico tiene una degradación al paso del tiempo. Estas películas, dependiendo de sus materiales, han manifestado distintos deterioros al no ser almacenadas en condiciones óptimas. La idea en el trabajo de conservación es alargar su vida y rescatarla digitalmente”, compartió Rocío. Por ello, una de las principales adquisiciones de este fondo es la compra de un escáner que permitirá digitalizar en las mejores condiciones películas que están a punto de desintegrarse.
En su presentación, Diego señaló que el 99% de las películas de Filmoteca UFRO corresponden a películas obtenidas en mercados, persas, ferias de las pulgas, plataformas de ventas de antigüedades e, incluso, hallazgos en la basura. Son documentos que en algún momento de su historia perdieron la custodia de sus familias originales, lo que en Chile llaman “películas huérfanas”. Por lo que esta adjudicación “es un buen primer paso para iniciar una de las cuestiones que más nos interesa: que estas imágenes se encuentren con quiénes las realizan”.
Destaca que un desafío ético permanente es el de la restitución: “ha pasado que hemos publicado imágenes con 80 años de antigüedad en Instagram y nos han contactado las familias de quienes aparecen en estas películas. Hemos dado la opción de bajar la publicación y restituir el archivo original, pero esto nunca ha sucedido. Al contrario, nos han pedido que lo enviemos en digital y que publiquemos más”.
Otra de las improntas que señalaron desde Filmoteca UFRO ha sido la de no anclar estas imágenes a un pasado virtuoso, a una nostalgia, para que puedan tener la oportunidad de un nuevo espacio de enunciación.
“Estas imágenes se están usando para películas nuevas, para proyectos artísticos audiovisuales, de reflexión, ciencias sociales, para mirar el pasado, para proyectos urbanísticos, para curiosear, para buscar información”. Por esto, su equipo invita a revisar las digitalizaciones que suben en su cuenta de Instagram filmoteca.cl y seguir en vinculación.
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