En 1997, un particular transfirió libros originales, artículos e incluso una novela inédita, una transacción cuestionada por la familia. “Seguiremos trabajando junto a la familia para encontrar caminos que permitan abordar este caso con la sensibilidad y el respeto que merece”, señaló la autoridad.
La familia del escritor y Premio Nacional de Literatura Carlos Droguett (1912-1996), con el apoyo de varios premios nacionales, pidió la devolución de material perteneciente al escritor en manos de la Biblioteca Nacional.
Según la familia, parte del mismo fue producto de un allanamiento que sufrió la casa del autor a manos de la DINA en 1975, poco después de exiliarse en Suiza.
La petición es apoyada, entre otros, por los autores y premios nacionales de Literatura Raúl Zurita, Diamela Eltit, Oscar Hahn y Elicura Chihuailaf, la académica Elizabeth Lira Kornfeld, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, y figuras como el actor Alfredo Castro y el trovador Mauricio Redolés.
“Es un deber del Estado de Chile, representado por su Presidente Gabriel Boric y su Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, dar un paso hacia la justicia restituyendo estas obras a la familia Droguett. Este acto tendría un efecto simbólico significativo, enviando un mensaje a todos los chilenos de que los crímenes del pasado no serán olvidados, investigando también las responsabilidades para que estos hechos no se repitan”, señala la misiva.
Al momento de salir al exilio, Droguett prestaba apoyo a actividades opositoras a la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), junto a los académicos Ignacio Ossa Galdámez y el historiador Armando de Ramón Folch. El primero fue secuestrado y hecho desaparecer el mismo año 1975.
Los firmantes pidieron al Ministerio de las Culturas la constitución de un Grupo de Trabajo, para reunir los antecedentes y circunstancias de la persecución a los tres, y recopilar la obra de los anteriores que se encuentre en la Biblioteca Nacional u otras entidades públicas.
También proponen medidas reparatorias simbólicas para las familias, entre las que se debería “contemplar la entrega de las obras obtenidas ilegítimamente por organismos públicos”.
Al ser consultado al respecto, el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural expresó su interés en “aclarar las circunstancias en torno a los documentos que forman parte de nuestras colecciones y que hoy están en el centro de una legítima preocupación de la familia del autor”.
Agregó que los materiales vinculados a Carlos Droguett llegaron a la Biblioteca Nacional por distintas vías, como el Depósito Legal, adquisiciones y donaciones. Entre ellos, un conjunto específico de documentos fue adquirido en 1997, proceso que se realizó bajo las normas de ese momento.
“Sin embargo, entendemos que la familia ha señalado que algunos de estos materiales podrían estar relacionados con el allanamiento que sufrió su hogar en 1975, en el contexto de las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas en el país. En atención a esto, hemos revisado detalladamente nuestros registros, compartido los antecedentes disponibles con la familia y adoptado medidas inmediatas”.
Según el Servicio, por solicitud de los familiares, el acceso a los documentos digitalizados en nuestras plataformas ha sido restringido, pero estos siguen estando disponibles para su consulta presencial en el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional, espacio destinado al resguardo y estudio del legado de autores fundamentales como Carlos Droguett.
“Desde la Biblioteca Nacional, reafirmamos nuestro compromiso de seguir difundiendo y poniendo en valor la obra del autor. En esa línea, estamos evaluando nuevas formas de destacar su importancia literaria, incluyendo iniciativas que permitan un mayor conocimiento de su vida y legado entre las comunidades interesadas en la literatura chilena”, indicó la entidad.
“Sabemos que Carlos Droguett es más que un nombre en la historia de nuestras letras: su obra es un testimonio poderoso que trasciende generaciones. Por eso, seguiremos trabajando junto a la familia para encontrar caminos que permitan abordar este caso con la sensibilidad y el respeto que merece, siempre pensando en preservar el valor cultural de su legado para el país”.
Una de las preocupaciones de la familia Droguett es justamente el material que recibió la Biblioteca de manos del poeta Erwin Díaz, actualmente propietario del club de jazz Thelonious de Bellavista.
En 1997, Díaz entregó a la Biblioteca un material consistente en artículos periodísticos, libros e incluso obras originales del autor.
Al ser consultado por este medio, señaló que tuvo una pequeña librería en el barrio Bellavista (1995 – 1998).
“Una señora mayor llevaba libros usados para que se los comprase, eran libros interesantes. Me contó que era hermana de Carlos Droguett y que ese material se lo había dejado su hermano, supongo que era parte de su biblioteca”, expresó.
“Con el tiempo supe que era un material importante que había que proteger, lo compré y lo doné al Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional”, manifestó, junto con asegurar que hizo entrega de todo el material.
Consultado sobre el contenido, respondió que “han pasado 25 años y no tengo recuerdo exacto del material. Sólo recuerdo que en medio de ese material había versiones escritas a máquina de una misma novela”.
Según el convenio 02950 que firmó en su momento Díaz y la Biblioteca, publicado el 10 de septiembre de 1997, y al cual tuvo acceso El Mostrador, “el señor Díaz declara ser propietario legítimo de un valioso patrimonio bibliográfico correspondiente al acervo de la Biblioteca Particular del Premio Nacional de Literatura Sr. Carlos Droguet Alfaro, compuestos en una parte muy significativa por originales del autor”, incluida una novela inédita de 1974.
Asimismo, “por el presente acto, el señor Díaz se obliga a transferir a la Biblioteca Nacional el patrimonio individualizado en la cláusula precedente en la suma única y total de un millón de pesos, cifra que le será pagada en su equivalente en ejemplares de publicaciones realizadas por la Biblioteca Nacional que se encuentra dentro de su stock disponible, en especial del libro de Juan Eymar, denominado ‘Umbral'”. Un millón de pesos de 1997 equivalen a unos 2,7 millones de pesos actuales.
Marcelo Droguett, hijo del autor, asegura que la Biblioteca Nacional, entre 1996 y el 2021, “compró materiales que pertenecían a mis padres sin preocuparse de investigar si los vendedores tenían derecho de hacer eso”.
A su juicio, una mención especial merece una compra del 2021, “ya que corresponde a documentos robados del fondo Carlos Droguett de la Universidad de Poitiers en Francia, como es el caso del manuscrito inédito ‘Libertad bajo Fianza'”.
“La actitud de la Biblioteca Nacional es sorprendente, ya que se amparan en ‘la buena fe del vendedor y del comprador’, y en cuanto a la restitución duden que es complicado ya que es patrimonio nacional, olvidando que es un robo y que ellos son cómplices al comprar lo robado. Esto no sucede en los paises europeos”.
En cuanto a Erwin Díaz, afirma que la familia se enteró de la transacción por casualidad en mayo, cuando su yerno, Andrés Vergara, preparando el reciente homenaje a Droguett, tuvo la idea de ver en los archivos de la Biblioteca Nacional y se topó con “gran sorpresa con los materiales del señor Diaz y otras personas, incluso no identificadas”.
“El material -excepto el de 2021- estaba en casa de mis padres cuando salieron de Chile, ‘ergo’ corresponde al material saqueado”, aseguró.
“El señor Díaz puede decir lo que quiera casi treinta años después, lo que es claro es que adquirió de manera fraudulenta materiales robados. Mi padre no habría dejado nunca cosas de ese valor a una de sus hermanas, con las cuales tenía malas relaciones y las veía muy rara vez”, concluyó.
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