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“Nosferatu”: una versión aterradora y gótica del clásico de Murnau CULTURA

“Nosferatu”: una versión aterradora y gótica del clásico de Murnau

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Robert Eggers es el cineasta ideal para llevar a cabo una nueva versión de “Nosferatu”. Su enfoque gótico en “The lighthouse”, su terror atmosférico en “The witch” y su recreación histórica en “The northman” son los elementos que configuran esta lograda adaptación del clásico de Murnau.


El cineasta alemán Friedrich Murnau enfrentó serios problemas legales al adaptar la célebre novela de Bram Stoker. La producción de “Nosferatu” no logró obtener los derechos de la obra, a pesar de haber modificado nombres y detalles de la trama. La viuda de Stoker demandó a los realizadores por infracción de derechos de autor, lo que llevó a la orden de destruir todas las copias. Afortunadamente, algunas sobrevivieron y la película trascendió, convirtiéndose en un valioso objeto de culto. Grandes directores como Herzog se han atrevido a hacer remake de la obra. Tras 104 años de la “Nosferatu” original, el aclamado cineasta Robert Eggers nos presenta una versión sugerente y moderna de este clásico.

En la película, el Conde Orlok (Bill Skarsgård), quien habita en los Montes Cárpatos, decide adquirir la antigua mansión de Grünewald en la ciudad de Wisborg. Para ello, le solicita a Thomas Hutter (Nicholas Hoult), agente de propiedades, viajar desde Inglaterra a su castillo en Rumanía para firmar el contrato. Después de una travesía llena de dificultades, el encuentro con Orlok transformará la vida de Hutter y de su joven esposa, Ellen (Lily-Rose Depp).

Esta versión de Eggers es más visceral, con un realismo sucio que logra un terror atmosférico perturbador. Es un filme gótico y sombrío, que respira la esencia del expresionismo alemán de Murnau, pero con una mirada contemporánea que solo un director de la talla de Eggers podría lograr. No era tarea fácil: Nosferatu es un filme de culto con un legado imborrable en la cultura popular. Sin embargo, Eggers consigue ofrecer un tributo digno a esta obra imprescindible del cine.

La fotografía, el diseño de producción y la recreación de la Alemania de 1838 son sobresalientes. La calidad visual de la película le valió el premio a la Mejor Dirección de Fotografía en los National Board of Review y una nominación en los Critics Choice Awards. Eggers trabaja otra vez con el director de fotografía Jarin Blaschke, quien ha colaborado con él en todas sus películas. La cinta se convierte en una experiencia visual sobrecogedora, con sombras meticulosamente construidas que transmiten inquietud y misterio. Claramente influenciada por el expresionismo alemán, esta película es también un homenaje respetuoso a un movimiento cinematográfico que Eggers ha adoptado con maestría. La composición de cada plano es detallada y precisa, evocando cuadros de la época victoriana, con una técnica impecable. El diseño de producción nos sumerge en un universo oscuro que, dentro de su mundo de fantasía, posee bastante verosimilitud. La recreación de los interiores góticos es laberíntica, claustrofóbica y al mismo tiempo, de una belleza extraña. Por ejemplo, los exteriores del castillo de Orlok fueron filmados en el Castillo de Hunedoara, en Rumanía, uno de los castillos medievales más grandes de Europa, conocido por haber sido la prisión de Vlad Drácula.

El reparto está excelente. Nicholas Hoult como Thomas Hutter captura la vulnerabilidad y el miedo de un hombre atormentado, lo que permite que conectemos con sus emociones. La actuación de Lily-Rose Depp como la esposa de Thomas es sorprendente, con momentos verdaderamente inquietantes. Su apariencia pálida y frágil encaja perfectamente con la atmósfera gótica y sobrenatural del filme. Su interpretación recuerda, en cierto modo, a la de Isabelle Adjani en “Possession” o, por cierto, en la misma Nosferatus de Herzog, aunque con sus propias particularidades. De hecho, Depp ha mencionado en entrevistas que Adjani fue una de sus principales influencias para el papel. Bill Skarsgård, como el Conde Orlok, se destaca como una versión aterradora y perturbadora del icónico vampiro. Su interpretación tiene claros ecos de Vlad Drácula, el príncipe rumano. En una conversación con Eggers, Skarsgård confesó: “Nunca me había sentido más aterrorizado por un papel y probablemente no lo vuelva a sentir. Todo el viaje fue muy intenso. Una vez que empiezas a canalizar algo que no eres tú, te sientes como un recipiente”. En un papel secundario, Willem Dafoe como el profesor Albin Eberhart von Franz aporta una dimensión más cómica a la historia, equilibrando la intensidad del filme. Dafoe, como siempre, no decepciona, consolidándose como uno de los mejores actores contemporáneos.

La película también ofrece una lectura psicosexual perturbadora, donde se despliega un erotismo extraño que se adentra en terrenos oscuros. La inquietante apariencia física de Orlok refuerza esa sensación de incomodidad en el espectador. Esta es una obra cargada de simbolismos sobre el deseo sexual, la muerte y la naturaleza humana. A su vez, se trata de una sombría alegoría de la peste negra que devastó Europa en el siglo XIV.

Con “Nosferatu”, Robert Eggers confirma su estatus como uno de los creadores más innovadores del terror moderno. No cualquiera se atreve a hacer un remake de una película tan venerada, con un legado tan profundo y a la vez una de las obras más influyentes del cine de terror. Eggers ha creado una adaptación seductora, hipnótica e inquietante que nos succionará la sangre y se convertirá en una de nuestras más oscuras pesadillas de este verano.

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