El objetivo es “hacer políticas públicas a partir del patrimonio, y por cierto con apoyo de fondos privados”, afirma Pablo Quilodrán. En tres provincias y nueve comunas de la región hay más de 3.000 sitios paleontológicos.
La región de Atacama es un lugar con un enorme patrimonio paleontológico y arqueológico, y uno de los que más sabe al respecto es Pablo Quilodrán.
El especialista será parte del evento Congreso Futuro, que se realizará del 13 al 18 de enero, tendrá como sede principal el Centro Cultural CEINA y por tercer año consecutivo se desplegará por todas las regiones del país.
Quilodrán será parte del panel “Chile, territorio de innovación”, que se celebrará el miércoles 15 a las 12:30 horas. Allí expondrá sobre “Paleontología, sustentabilidad y crecimiento regional”.
Director Ejecutivo de la Corporación Regional de Paleontología de Atacama (CIAHN-ATACAMA), este antropólogo y arqueólogo chileno está entusiasmado por convertir su área en un factor para el desarrollo regional, al frente de una entidad creada por el Gobierno regional.
Parte de la premisa que “Atacama tiene una singularidad una singularidad que lo diferencia de otras regiones, esa singularidad es su patrimonio fósil”.
A partir de un diagnóstico, han determinado que en tres provincias y nueve comunas de la región hay más de 3.000 sitios paleontológicos.
“Cada una de estos sitios paleontológicos tienen distintas antigüedades y distintas evidencias. Alguna vez pueden ser huesos, otras veces huellas de animales, huellas de plantas invertebrados. Son diferentes mundos perdidos que quedaron atestiguados en alguna localidad de Atacama”, afirma.
“Uno podría contar una historia global de la vida, que es un objetivo mundial, es un objetivo que le interesa a todo el mundo, la historia del planeta, porque es una historia que no es solo de los chilenos ni de los atacameños, la historia que también es de los chinos, de los alemanes y de los africanos. Esa historia la podríamos contar solo con ejemplos fósiles de Atacama”, cuenta.
La misión de la Corporación es transformar esa particularidad en una ventaja comparativa, a partir de tres ejes.
Uno es la protección y conservación patrimonial.
“Proteger no quiere decir oponerse a los grandes proyectos de inversión, sino todo lo contrario. Muchas veces, gracias a los proyectos de inversión, uno puede encontrar ese patrimonio que está oculto. Pero lo que queremos hacer es que seamos conscientes a cuando se tomen decisiones, sea de una carretera, un edificio, un aeropuerto, se tome conscientemente sobre el patrimonio que se está investigando”, afirma.
El segundo eje de desarrollo se refiere a la formación de capital humano e investigación científica.
“Nosotros estamos buscando, junto con la Universidad de Atacama, que es la universidad pública que hay en la región, que se empieza a dictar por primera vez una carrera de Ciencias en la región de Atacama. Hoy día un niño que quiere estudiar Ciencias en la región tiene que, por obligación, salir de Atacama, a La Serena o a Santiago. No había formación científica. Pensamos que en el corto plazo lo vamos a solucionar, pero además esa Licenciatura en Ciencias va a tener una mención hacia la paleontología”.
Quilodrán apunta a que uno de los problemas en la tramitación ambiental es justamente la escasez de este tipo de especialistas,
“No hay tanto paleontólogo en Chile que pueda hacer un estudio de investigación, por tanto el mercado requiere paleontólogos. En vez de decir, ‘mejor no estudiemos ni veamos la paleontología’, lo que necesitamos es más profesionales disponibles para el mercado, disponibles para estos grandes proyectos de inversión”.
Finalmente, el tercer eje de desarrollo , “por el que probablemente me han invitado al Congreso”, tiene que ver con transformar este patrimonio paleontológico, que ha sido investigado y protegido, mediante la puesta en valor, la difusión, y ponerlo al servicio de un proyecto de desarrollo regional.
En el caso de Atacama, la Corporación plantea crear una infraestructura que se haga cargo de este patrimonio paleontológico, y que a su vez lo transforme en un lugar digno de visitar, “un lugar al que uno puede llegar y puede realmente reconocer la historia de la Tierra, la historia de la vida, entender que Atacama es memoria de la Tierra, es una cápsula de tiempo, y que esa cápsula de tiempo puede estar disponible para científicos, para estudiantes, pero también para artistas que quieran transformar la paleontología en un elemento de inspiración”.
Las causas de la particularidad de la región son diversas.
“No me atrevería a decir que la Región de Atacama tiene más yacimientos paleontológicos que otras regiones. Lo que sí sabemos es que tenemos muchos, porque lo hemos investigado. Probablemente lo que falta en otras regiones es más investigación”, explica.
“Lo que estamos seguros es que tenemos una singularidad hoy día y es la cantidad de sitios por lejos. Aparecemos con la mayor cantidad de sitios a nivel nacional”.
Esto probablemente tiene que ver con con lo que permite el desierto de Atacama a nivel de visibilidad (“no tenemos un bosque encima”), “porque ves la roca y te puedes encontrar los fósiles”.
Asimismo, es “un desierto relativamente antiguo, que ha mantenido por mucho tiempo las condiciones ambientales que han conservado los restos fósiles”, en comparación con otros sitios donde la lluvia, por ejemplo, es un factor de erosión, y su ausencia en Atacama y permite una mejor conservación.
Otro punto importante, cuenta, tiene que ver con el lugar en el que ha estado Chile desde los últimos 400 millones de años.
“Chile siempre ha sido borde de un continente. Hemos sido borde de Godwana, de Pangea, cuando era un solo gran continente, y ahora somos bordes de Sudamérica, una zona de intermediación entre el mar y la tierra, por tanto con muchos ecosistemas distintos, con muchos elementos marinos y también elementos continentales encontrándose a veces”.
De los sitios que hay, uno se destaca sin duda, con capacidad de poder competir la escala mundial: Bahía Inglesa, en la comuna de Caldera.
“El sitio del parque paleontológico Los Dedos tiene un yacimiento del Mioceno y Plioceno de entre los entre los 16 y los 4 millones de años, pero con una placa de 8 millones de años que es riquísima en huesos, donde uno camina sobre miles y miles de huesos de vertebrados marinos de hace 8 millones de años, y que es el lugar donde en el mundo se ha encontrado la mayor cantidad de vestigios de focas fósiles”, relata.
Además se han hallado restos de más de 25 especies de tiburón distinto, “entre ellos tiburones de tamaño chiquitito, pero también está el registro más antiguo de tiburón blanco. El registro más antiguo está en Chile, y cuando se habla de que el tiburón blanco es un fósil viviente, hace referencia a esos fósiles que estamos encontrando ahí, en Bahía Inglesa”.
Otros fósiles son de mamíferos marinos de distinto tipo, y de aves, incluido el ave más grande de la historia del planeta, el pelagornis. Todo en un sitio paleontológico “maravilloso que, estoy convencido, más temprano que tarde va a ser Patrimonio de la Humanidad”.
Además de la comuna de Caldera hay sitios en Huasco y Freirina, donde se encuentra Chañaral de Aceituno. Allí, además de las ballenas vivas que se pueden observar entre noviembre y marzo, hay sedimentos de ballenas fósiles de la misma familia.
Otra comuna clave es Alto del Carmen.
En esta se encuentra Quebrada Pinte, una formación geológica correspondiente al periodo Jurásico, donde gran parte de sus laderas expuestas presentan restos paleontológicos marinos.
De allí proviene “el primer fósil que a fines de la Colonia se describe, un caracol. Es un mar de 200 millones de años donde tenemos flora del Triásico, que es una flora más bien subtropical”.
Otras comunas son Copiapó y Tierra Amarilla.
“Hemos encontrado reptiles voladores al interior de Copiapó en un sector llamado Cerro La Isla, con un bosque petrificado de probable araucaria, que también describió Darwin en Copiapó, hace más de 180 años, pero recién en los últimos dos años logramos que investigadores volvieran a reencontrarlos”.
En tanto, en Diego de Almagro “tenemos la mayor concentración de restos de reptiles voladores que se hayan encontrado en Chile. La gente los conoce como pterodáctilos, pero no son específicamente pterodáctilos. Son pterosaurios, son reptiles voladores, y hay un lugar al que le hemos llamado Cerro Tormento, un lugar muy inhóspito porque los fósiles justo están en la cima del cerro y el viento es terrible, a una altura sobre los 4.500 metros”.
En la comuna de Chañaral además está el parque nacional Pan de Azúcar, donde hay “restos de reptiles marinos, ictiosaurios, que son unos reptiles similares a delfines, aunque no son parientes, porque los delfines son mamíferos. Estos son reptiles, pero que alcanzan tamaños gigantescos: algunos casos hay un de 20 metros, o sea, del tamaño de una ballena”.
Para abordar esta riqueza es que la Corporación está impulsando los Centros Locales de Interpretación Patrimonial (CLIP).
“Estos centros locales deberían tomar la temática principal de la localidad, ponernos en el contexto paleontológico para contar una historia natural, una historia natural que llega hasta la creatividad humana, de cómo el ser humano ha podido, por ejemplo, sacar minerales de Atacama en condiciones tan tan inhóspitas, y no solo hablo de la minería actual con la tecnología, sino cómo lo hacían desde los antes de los incas. Tenemos registros minerales de hace más de 2.000 años. Esa creatividad humana, esa evolución es la que nos interesa contar”, dice.
La idea además es que estos centros locales estén conectados entre sí, como una especie de ruta patrimonial, también para los turistas.
Además tienen por objetivo “la democratización de la ciencia”.
“Lo que nosotros queremos es que estos centros locales de interpretación patrimonial estén abiertos a las comunidades locales, para que tanto los niños como los adultos, y también los viejos de las Juntas de Vecinos, puedan tener un lugar donde puedan vivir la ciencia, donde sientan que se puede encontrar con computadores, con telescopios, con exhibiciones de la flor y la fauna local. De alguna forma un lugar donde la ciencia no se vea tan lejano, sino que se pueda vivir ahí también”.
Para eso además están trabajando en un proyecto que es la Academia de Ciencias de la Región de Atacama, “una academia juvenil, en principio”.
“Ese proyecto es bien interesante porque nos va a permitir conectar a los niños con la ciencia desde muy jóvenes, no importa tanto si están en Cachiyuyo o una capital regional como Copiapó. El proyecto de los CLIPS o centros locales de interpretación patrimonial tiene una función turística, pero más importante de ello es un lugar de encuentro y de evaluación social de la ciencia”.
Los CLIPS además cuentan con dos centros neurológicos: uno es el Museo Regional de Atacama, en Copiapó, y el Museo Paleontológico de Atacama, en Caldera.
En el caso del primero “se terminó la construcción y estamos trabajando en la museografía, por tanto va a ser inaugurado en un año”.
En el caso del segundo, el objetivo es ampliar el ya existente, que actualmente existe a nivel municipal, y convertirlo en un centro nacional.
“La idea es que si alguien te pregunta, oye, llegué al aeropuerto en Santiago, ¿qué tengo que hacer?, uno diga, mira tienes que ir a Torres del Paine, a San Pedro de Atacama, a la Isla de Pascua, pero además no puedes dejar de ir a Atacama”.
El museo de Caldera se ubica en donde actualmente además ya existe un parque “que recibe mayor cantidad de visitantes en Atacama, cerca de 20.000 personas al año inscritas, que tienen una hora de recorrido guiado por geólogos y paleontólogos profesionales, gratuito, pero creemos que eso lo vamos a multiplicar por 10 probablemente en los próximos cinco o seis años”.
Esta nueva obra está siendo diseñada por Cristobal Tirado, responsable también del Museo Regional de Aisén, junto a Teodoro Fernández, Premio Nacional de Arquitectura 2014.
“El parque paleontológico a su vez va a tener un sector donde vamos a tener una excavación abierta y esa excavación abierta va a ser excavación 365 días del año. Es un lugar donde hace unos 10 años atrás aparecieron más de 40 ballena articuladas, que hizo que viniera National Geographic, que se hicieran documentales, un sitio que aparece en un libro del año pasado de los cinco de los 50 sitios más importantes del mundo y aparece como número cinco”.
El Museo Paleontológico es un edificio que debería iniciar su construcción probablemente entre el 2027 y el 2028, adelanta Quilodrán.
“Es muy importantes destacar la labor de la Corporación Regional e indicar que el proyecto de la Corporación está en la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología vigente, que está entregada al presidente Gabriel Boric. No es un proyecto voluntarista, está dentro de la estrategia del país, es un proyecto país desde la Región de Atacama y es también Estrategia Regional de Desarrollo”, con miras a “hacer políticas públicas a partir del patrimonio, y por cierto con apoyo de fondos privados”.
“Lo que estamos dando a hacer es una unión público privada para transformar esta potencialidad en una realidad”, concluye.
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