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A 10 años de la muerte de Pedro Lemebel: “El tiempo terminó dándole la razón” CULTURA

A 10 años de la muerte de Pedro Lemebel: “El tiempo terminó dándole la razón”

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Un repaso por episodios de su vida y obras, narradas por Jovana Skarmeta y Marcelo Simonetti, los escritores detrás de “Tu voz existe, vida de Pedro Lemebel”, una biografía contada a través de relatos de amigos, familiares y sus cuadernos para contar distintos aspectos de su vida.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Pedro Lemebel, nacido en el Zanjón de la Aguada en 1952, es recordado como un ícono literario y cultural que destacó por su estilo único y provocador. Usó su pluma, tacones y performances para retratar la desigualdad y dar voz a las minorías en un Chile homofóbico y conservador. A diez años de su muerte, los autores Jovana Skarmeta y Marcelo Simonetti publican Tu voz existe: vida de Pedro Lemebel, una biografía que explora su impacto como escritor, activista y referente social.
Desarrollado por El Mostrador

Entre el barro y el hacinamiento, nació el 21 de noviembre de 1952 en el Zanjón de la Aguada, Pedro Mardones Lemebel. Quien pudo dejar atrás los límites de ese origen estigmatizado, con un ingenio artístico único, el escritor, cronista y performer logró un lenguaje propio, descriptivo y deslenguado, con el que pudo retratar a Chile durante la transición, poniendo sobre la mesa a los marginados.

Con una pluma inconfundible, tacones altos y un estilo muy marcado, irrumpió de manera contestataria y subversiva en la escena artística nacional, convirtiéndose en un fenómeno de ventas y popularidad.

A raíz del décimo aniversario de su muerte, los autores Jovana Skarmeta y Marcelo Simonetti, de la mano de Editorial Planeta, anunciaron a principios de enero una nueva biografía sobre pepo -como lo llamaba su familia- Tu voz Existe:  vida de Pedro Lemebel.

Simonetti detalla que fue difícil seguir la huella del escurridizo escritor en esos años, por mucho tiempo intentó ubicarlo, vía telefónica y las respuestas del escritor eran evasivas. En una ocasión, Pedro contestó el teléfono y haciéndose pasar por su abuela, le dijo: “no está mi nieto, llaménme en un ratito más”, revelando la pilla  personalidad de Pedro. Mientras que Skarmeta lo conoció más a fondo, ya que en el 99 trabajaba en la editorial que llevaba la revisión de su libro “Loco afán”la relación comenzó a mutar, de lo laboral a algo más personal, transformándola en una bella amistad.

Jovana Skarmeta es directora del sello editorial de la Universidad de Valparaíso, entre 2000 y 2008 fue agente literaria de Pedro Lemebel, donde pudo forjar una relación más allá de lo profesional. Además, es representante del Consejo de Rectoras y Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) ante el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Marcelo Simonetti es escritor, periodista y dramaturgo,  ha publicado una veintena de libros entre volúmenes de cuentos, novelas y álbumes ilustrados para las infancias. Ha ganado premios en Chile y el extranjero, como por ejemplo el Premio Municipal de Santiago, por El abanico de madame Czechowska (Chile, 2003), entre otros. Además, en su rol de periodista trabajó en la revista Sábado y la sección Deportes, de El Mercurio y en Televisión Nacional de Chile.

Marcelo Simonetti se refiere a Lemebel como “adelantado porque supo mirar el país con veinte o treinta años de antelación a como la mayoría del pueblo o la sociedad lo vio”, afirma,”la escritura de Pedro es tan única que de alguna manera es como un río que te arrastra a ese universo, a pesar de que tú no tengas el mismo imaginario o las mismas metáforas en tu cabeza”.

Usando la provocación como herramienta de denuncia política, Lemebel pasó a ser uno de los autores chilenos más comentados y exitosos de las últimas décadas. A mediados de la década del 60′, su familia se mudó a un conjunto de viviendas sociales en Avenida Departamental. Contra todo pronóstico y los prejuicios, cursó Pedagogía en la Universidad de Chile, desde donde egresó con un título de profesor de Artes Plásticas.

Sin embargo, su paso por las aulas  fue muy breve, entre 1979 y 1983, donde ejerció labores docentes en colegios de sectores vulnerables como Maipú y Puente Alto,“abandoné la pedagogía por motivos políticos”, escribió Lemebel en un perfil autobiográfico en 1999.

“Vio muchas cosas que cuando las dijo, como parte de su discurso, fue visto como un bicho raro, pero el tiempo terminó dándole la razón. Entonces eso, también su valentía por el hecho de asumir, digamos, su homosexualidad sin miedo en un país que era tremendamente homofóbico“, afirmó Marcelo Simonetti.

Primeros acercamientos a la literatura

Estos ocurrieron en un taller literario en la década del 80, donde se inició escribiendo cuentos. Con una participación destacada en un concurso organizado por la Caja de Compensación Javiera Carrera, recibió el que sería su primer premio por su cuento “Porque el tiempo está cerca”, el que fue publicado en una antología de 1983. El relato muestra la vida de un joven que se dedica a la prostitución tras ser abandonado por su madre y rechazado por el padre, pasando de la comodidad de una familia del barrio Providencia a la crudeza del comercio sexual en una esquina del centro de Santiago.

“Pedro a través de sus prosas lograba describir como nadie, de una manera propia, siendo capaz de despertar un imaginario en tu cabeza mientras ibas línea por línea en cualquiera de sus libros”, dice Simonetti.

Posterior a este episodio, no volvió a pisar una sala de clases y eligió los talleres de escritura abriéndose camino para lo que venía. Comenzó forjando redes intelectuales, políticas y afectivas, con rostros de izquierda reconocidos del feminismo como Pía Barros, Raquel Olea y Diamela Eltit, quienes en un gesto maternal, lo acogieron y dieron paso a su vinculación con instituciones que oscilaban entre la cultura marginal de resistencia a la dictadura de Pinochet y a la academia.

“Hay una imagen que tomó, una bandera que tomó la juventud, que es sobre Pedro.  La juventud tiene como mucho más claro, la importancia de Pedro y lo han entendido mejor. La juventud lo ve como un referente”, afirma Jovana Skarmeta, sobre la imagen de Lemebel.

Vida política

Su militancia con la izquierda fue problemática desde un principio: su homosexualidad no fue bien recibida por un conservador Partido Comunista. Durante el 86′, con su estilo marcado, en sus tacones llegó a una reunión de los partidos de izquierda que se desarrollaba en Santiago, donde leyó su reconocido manifiesto Hablo por mi diferencia, ante los ojos de una atónita audiencia.

“Me apesta la injusticia

Y sospecho de esta cueca democrática

Pero no me hable del proletariado

Porque ser pobre y maricón es peor”

Con Gladys Marín existía un vínculo distinto, que atravesó lo político y con profunda admiración entre ambos. Pese a que el escritor fue integrante del Comando Presidencial de Marín, en 1999 mientras se postulaba a la presidencia de Chile. Se segregaban de la élite, les apasionaban por la lucha por los derechos humanos, repudiaban la desigualdad, realizaban intervenciones de protesta en contra del dictador Pinochet. Su unión se extendió hasta los últimos días de la expresidenta del PC, quien falleció en 2005 producto de un cáncer cerebral.

“‘Su imparable amor a la libertad’, siempre obstaculizado por los escollos conservadores y la rémora burguesa. Y esa fue la atmósfera que enrieló el corazón de Gladys por la senda de su azaroso comunismo.” Mi amiga Gladys, Pedro Lemebel (Planeta 2016).

No muere quien se olvida

Aunque falleció el 23 de enero de 2015, a los 62 años de edad producto de un cáncer de laringe que irónicamente, lo dejó sin voz, su trayectoria ya recibía homenajes por parte de distintas ramas del arte.

“Fue un personaje que se levantó contra la desigualdad, que luchó por los derechos de la minoría, no sólo de la minoría sexual sino que en general. Yo lo decía medio en broma, medio en serio, que me gustaría que antes de morir, se levante una estatua, digamos, en el lugar de este país, en homenaje a Pedro Lemebel, porque creo que él se lo merece, y me gustaría que este fuera un país que tuviera la valentía y el coraje de celebrar una vida y un discurso como el que urdió Pedro a partir de su performance, de su escritura, de sus programas de radio”, expresó Simonetti.

Ambos autores, consultados por el estilo de Pedro, llegaban al mismo consenso: Lemebel tenía una manera única, irrepetible de escribir y describir cosas. Sus textos son un imaginario, al paso de cada línea es como si pudieras abrir tu cabeza a otro mundo, a otras realidades. Jovana Skarmeta resalta, “de repente inventando adjetivos, conjugando verbos, inventando… Él toma una palabra y la arma gerundio, así caracoleando el amanecer”.

Consultada por la percepción que existió en la década de los 90 y principios de los 2000, Jovana afirma que Lemebel nunca temió a lo convencional y conservadora que podía ser la academia. Resultó siendo un fenómeno extraño, probablemente Pedro nunca imaginó que terminaría siendo estudiado por académicos incluso a nivel mundial.

“Fue un referente para una parte importante de la población que no veía el mundo en un modo binario”, expresó Simonetti, y esto es innegable. Sin duda alguna Lemebel es el rostro visible de una minoría invisibilizada, una minoría que no encontró referente alguno, capaz de traer a la mesa temas como la identidad de género.

“Es un muy buen ejemplo de lo necesario de la lectura de Pedro en nuestra sociedad, una sociedad tan conservadora, tan cerrada, tan poco abierta a otras ideas, a diferencias. Creo que es súper necesario que la escritura de Pedro perdure en el tiempo y eso también hace sentido de esta bibliografía, ¿no? La posibilidad de ampliar el contexto de su vida porque, en la medida que más lo conocemos, en la medida que más leemos a Pedro, yo creo que nuestra sociedad puede ir convirtiéndose en una sociedad más inclusiva, más tolerante, más abierta”, manifestó Simonetti.

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