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Mon Laferte se defiende de críticas: “¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista?” CULTURA Crédito: PCdV

Mon Laferte se defiende de críticas: “¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista?”

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“La necesidad te enseña a ser mas creativa, arreglártelas y a no pedir permiso”, dijo en un post en X, donde recordó episodios de abuso y pobreza. Más de 500 creadores firmaron una carta, en medio de polémica por supuestamente desplazar a otros pintores con sus muestras en Santiago y Valparaíso.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Mon Laferte ha respondido a las críticas de más de 500 artistas visuales que alegan que su exposición “Te Amo. Mon Laferte Visual” en el Parque Cultural de Valparaíso ha desplazado otras muestras. En un mensaje en la red social X, la cantante cuestionó: “¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras?”. Además, compartió experiencias personales de abuso y pobreza, destacando que la necesidad la llevó a ser creativa y a no pedir permiso. El Parque Cultural de Valparaíso defendió la muestra, que ha recibido cerca de cinco mil visitantes desde su inauguración.
Desarrollado por El Mostrador

La cantante Mon Laferte publicó este miércoles un texto en la red social X, acompañado de un audio e imágenes de algunas de sus obras audiovisuales, en medio de una fuerte polémica por sus muestras en Santiago y Valparaíso.

El pronunciamiento llegó un día después de una defensa que realizó el Parque Cultural de Valparaíso, donde actualmente se exhibe su muestra “Te Amo. Mon Laferte Visual”.

La cantante ha sido criticada en una carta pública firmada por más de 500 artistas visuales, que denunciaron que las muestras de algunos habrían sido desplazadas o acortadas para darle cabida a la exposición de la cantante.

¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista?  ¿Naces, te haces, lo compras? Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser mas creativa, arreglártelas y a no pedir permiso ¿se imaginan hubiera pedido permiso? Yo estaría muerta”, señaló la artista.

Abuso y pobreza

A continuación, la cantante enumera las vicisitudes que le ha tocado en la vida, que incluye abusos, pobreza y cáncer.

Fui violada a los 7 años, a los 11 empecé a tomar, fumar cigarro y consumir marihuana, probé la pasta base a los 13, estudié en la D.320, almorzaba en la escuela y solo llegué a octavo básico”, señala..

Empecé a trabajar a los 13 años y desde esa edad hasta los 18 fui abusada por un tipo 20 años mayor que yo, quien me vendía como mi manager; él se quedaba con la mitad de la plata. Durante ese tiempo canté en la calle, en bares, en las micros, en circos”, recordó.

A los 17 vivía sola con mi abuela, me tocó cuidarla después de un derrame cerebral que la dejó postrada, yo en las noches salía a cantar y con eso compraba pañales pa ella y a veces uno que otro vestido de la ropa usada pa cantar, aprendí a hacer maravillas cosiendo a mano”.

Ingreso a la TV

Luego, recuerda cómo ingresó a la televisión y su posterior migración a México.

A los 18 encontré una oportunidad en la tele, eso para mí fue la salvación de mi vida, ganaba 30 lukas a la semana, después empecé a tener pitutos y con eso ayudaba a mi familia. Durante los 5 años que estuve en la tele fui acosada por un productor musical, me besaron a la fuerza varias veces y me trataron de puta sin talento, me la creí y aguanté por necesidad, pero finalmente tuve el valor y me fui”, recordó.

Con 23 años y 4 palos que había juntado me fui a México, sin pitutos, sola con ganas de salir adelante. Cuando llegué a Mexico me tocaron los años más difíciles del crimen organizado, salí escapando un par de veces de algún antro en Veracruz, canté covers en bares durante 8 años. Ganaba 300 lukas al mes. Con eso a veces le podía mandar plata a mi familia en Chile”.

Tuve cáncer de tiroides. Me operaron en el sistema público de salud, quedé con una parálisis facial y no pude mover el lado derecho de mi cuerpo por dos meses. Aún esto me pasa la cuenta, no siento la cara de mi lado derecho. Casi me quedé sin voz después de la operación, tuve que aprender a cantar de nuevo, el doctor me dijo que no podía cantar en 6 meses pero a los 2 meses volví a los bares, yo tenia que trabajar”, relató.

A los 31 años llegó mi éxito masivo en la música con un disco como artista independiente, antes de eso tuve dos discos. Toqué cientos de puertas, viví en sillones, en casas de putas, me cagué de hambre. Tuve depresión, me intenté matar dos veces, he sido alcohólica, me tuvieron que dar comida en la boca por los temblores de la abstinencia, no podía ni vestirme sola. Pero a las dos semanas me paré y volví a trabajar, empastillada y aún con depresión, me levanté”, sigue.

Artista visual

Luego, Laferte hace un recorrido de su arte como artista plástica.

“Pero ¿saben qué también hice durante todo este tiempo? Yo pinté, y pinté, y pinté, y bordé, y lloré mientras pintaba. Mientras la música me daba para comer, la pintura me salvaba de toda la mierda que tuve que pasar“.

Fui a un museo por primera vez en México a los 30 años. Antes de eso no conocía nada de ese mundo. Yo lo veía lejos, sentía que no pertenecía. Tengo ocho discos publicados, más de mil obras como artista plástica, pero hasta el día de hoy me siento como una intrusa“.

Luego reconoció su sitial de privilegio.

Es verdad que hoy tengo un lugar privilegiado, me volví una burguesa, una nueva rica, y sé que no pertenezco y nunca voy a pertenecer, porque yo siempre voy a ser una flaite (sic), y ahora una flaite famosa. Entonces pienso, yo jamás podría haberme formado en esa cola imaginaria, porque antes de mí estaban los académicos, los que sí saben pintar”.

“¿Y saben? Yo les encuentro a razón de todo lo que dicen de mí. Yo a veces dudo, y dudo de todo lo que hago. A veces pienso que todo mi arte es una mierda, y no solo dudo como artista, dudo de mí también como mamá. Dudo de todo porque siempre me dijeron que no valía, y yo me la creí. Pero avanzo igual, porque lo único que sé hacer es trabajar y amar, amar el arte como lo único que me ha salvado la vida. Y ese miedo que me dice que no soy suficiente, ese casi siempre viene empujado por el ego, y ese a mí no me la va a ganar”.

Y concluye:

Yo no tengo nada que perder. Todo para mí ha sido ganancia, porque yo le gané a la vida. Quiero que sepan que con humildad comparto mi arte. Lo hago con el respeto que merece mi oficio. No soy mejor que nadie, el arte es subjetivo, dicen. Pero todo lo que yo hago me sale de los ovarios, de lo más primitivo. Yo soy un animal, una tora, una yegua, como decía Lembel. ‘Siéntate en el piano, destruye la métrica, grita en vez de cantar’, decía Violeta. Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío. Aquí tienen mi historia. ¿Y saben qué? Si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo”.

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