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“The brutalist”: una epopeya arquitectónica del sueño americano
“The Brutalist”, la nueva película de Brady Corbet, es todo un hito cinematográfico. Una cinta arriesgada y un espectáculo visual difícil de definir. Parece improbable que algo igual se repita en los próximos años. Sin duda, es merecedora de todos los premios y nominaciones que ha recibido.
La película narra la historia del arquitecto judío húngaro László Tóth (Adrien Brody), quien huye del Holocausto en Europa para comenzar una nueva vida en Estados Unidos. Allí, el millonario empresario Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) se percata de su talento y le ofrece la oportunidad de diseñar un proyecto apoteósico en Filadelfia. Lo que parece el inicio de un prometedor futuro, pronto se convierte en una cadena de desgracias que marcarán su destino. Aunque el relato tiene la apariencia de un biopic basado en la vida de una persona real, en realidad se trata de una ficción que toma inspiración en varios arquitectos de la época, recreando sus vidas.
Este filme desestructura por completo el imaginario del “sueño americano”, transformándolo en una pesadilla desgarradora y brutal. La historia de un hombre que escapa del infierno del Holocausto, dejando atrás todo lo que conocía, solo para sumergirse en la cruel realidad de un país que no era lo que imaginaba. A medida que la película avanza, vemos cómo ese sueño se desmorona, convirtiéndose en una serie de dificultades que lo arrastran a la miseria. Incluso en una escena, Erzsébeth Tóth (Felicity Jones), la novia de László, menciona que Estados Unidos está podrido y sugiere que lo mejor sería irse a Israel. Un filme que aborda de manera visceral y crítica la decadencia de los Estados Unidos, mostrando sus contradicciones y el vacío detrás de sus promesas.
Es también un cruel retrato de la experiencia del inmigrante en tierras ajenas y la dura realidad que le espera en un país donde te manipulan, te menosprecian, te explotan y te utilizan para sus propios fines. Si bien la película narra la historia de un judío que huyó del Holocausto, podría ser fácilmente adaptada a las vivencias de cualquier migrante. Escapan de los problemas de su tierra solo para encontrarse con otro tipo de problemas, en una sociedad donde el capitalismo salvaje actúa sin reparos para destruir todos los sueños.
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Es una epopeya monumental que dura 3 horas 34, un film moderno con un tono clásico. En la mitad de la película, hay un intermedio de 15 minutos, una técnica común en las películas largas de antaño, como en “Ben-Hur” (1959) o “Doctor Zhivago” (1965). (Aunque también hay algunas películas contempraneas con intermedio, la última que vi fue la gran cinta argentina “Trenque Lauquén” (2022) que duraba 4 horas y 22 minutos). “The Brutalist” es como una bomba de tiempo y es después del intermedio cuando todo estalla y las tragedias comienzan.
Algunos críticos incluso la han comparado con “El Padrino” de Coppola. Sin embargo, aunque “The Brutalist” es una película impresionante, esas comparaciones son exageradas. Pienso que esta obra está más cercana a otras grandes películas, como “Petróleo Sangriento” de Paul Thomas Anderson. Ambas muestran un retrato de la codicia y la ambición en personajes complejos, con una crítica ácida a cómo el capitalismo explota hasta saciar los caprichos más oscuros de la naturaleza humana.
La actuación de Adrien Brody en la película es impecable. En su rostro se percibe la desesperación, el drama y la devastación de un hombre sin destino, que se desmorona poco a poco. Brody sabe cómo capturar el dolor y el trauma de un personaje complejo, llevando a la pantalla una interpretación que es simplemente conmovedora. En muchos aspectos, su trabajo en este filme se asemeja a su aclamada actuación en “El pianista” de Roman Polanski, pues ambas interpretaciones comparten un retrato desgarrador sobre la supervivencia en condiciones extremas.
Sin embargo, su actuación se vio envuelta en controversias debido al uso de inteligencia artificial para perfeccionar el acento húngaro de su personaje. A mi parecer, la polémica es innecesaria, ya que no se trata de escribir un guion entero con IA, sino solo de ajustar ciertos detalles que, lejos de restarle autenticidad, podrían mejorar algunos aspectos técnicos de la película. A pesar de la polémica, es muy probable que Brody se lleve el Oscar como Mejor Actor, ya que ha ganado prácticamente todo lo que hay por ganar.
Por otro lado, Brady Corbet es más conocido por su carrera actoral que por su trabajo detrás de cámaras, aunque “The Brutalist” es su tercera película como director y sin duda la más exitosa de su carrera. A pesar de su incipiente trayectoria como director, lo que hace en este filme es digno de admiración. Con una dirección pausada y contemplativa, Corbet logra convertir cada fotograma en un evento cinematográfico, con un impacto visual profundo y envolvente. Es uno de los trabajos más destacados de este año en el ámbito directoral, demostrando un dominio excepcional sobre el medio.
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Parte de esta proeza se debe a su elección técnica: la película fue filmada en Vistavisón, un sistema de cámaras que duplica el tamaño de la película, ampliando el fotograma. Esta técnica, que no se utilizaba desde los años 60, se puede apreciar en clásicos de Hitchcock como “Vértigo” o en Westerns como “The Searchers” de John Ford. Gracias a esta técnica la película no solo luce impresionante a nivel visual, sino que mantiene un tono clásico que le sienta perfectamente al tipo de relato que está contando.
El título de la película “The Brutalist” hace referencia a un estilo arquitectónico que emergió a mediados del siglo XX, conocido por su uso predominante del hormigón y sus formas geométricas audaces. En la fotografía del film podemos observar varios edificios construidos con esta técnica. La cinta presenta planos arquitectónicos solemnes, casi como un homenaje estático a la arquitectura y su belleza, además de rendir tributo al talento que surge de la escuela Bauhaus.
Valoro enormemente que en la actualidad existan proyectos tan ambiciosos como The Brutalist, especialmente en tiempos donde plataformas como TikTok han promovido el consumo rápido como norma. Aprecio este tipo de cine que se toma su tiempo, que se piensa y se medita cada segundo sin caer en la sobreexplicación. Nominada a 10 premios Óscar, es una de las mejores películas de esta temporada, un verdadero espectáculo de buen cine, que no se puede perder.
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