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Pisagua en modo ser o no ser: ¿Un museo o alcantarillado para el pueblo? CULTURA

Pisagua en modo ser o no ser: ¿Un museo o alcantarillado para el pueblo?

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Hay un debate sobre el uso de la ex cárcel, que podría convertirse en museo, tras una licitación que cerró en marzo. El pueblo tiene una rica historia precolombina y en la Guerra del Pacífico, además de funcionar como lugar de reclusión durante todo el siglo 20. Pero no tiene alcantarillado.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Existe un debate sobre el futuro de la excárcel de Pisagua, Monumento Histórico Nacional en riesgo de colapso. Se discute si debe convertirse en un museo centrado en la dictadura de Pinochet o incluir otros periodos históricos. Mientras agrupaciones de DD.HH. apoyan su restauración, los vecinos priorizan necesidades urgentes como el alcantarillado y la conectividad. Una licitación busca restaurar el edificio con participación ciudadana para definir su contenido y propósito.
Desarrollado por El Mostrador

Un fuerte debate existe acerca de qué uso darle a la excárcel de Pisagua, un puerto de 300 habitantes, en la región de Tarapacá, que en su última etapa funcionó como lugar de reclusión y asesinato para prisioneras y prisioneros de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).

El pasado viernes 7 de marzo cerró una licitación del Gobierno Regional de Tarapacá para el diseño de la restauración integral del edificio, que es Monumento Histórico Nacional (MHN), y corre riesgo de colapso estructural inminente, según informó la entidad a El Mostrador.

Por un lado, existe un fuerte debate entre los vecinos, las agrupaciones de derechos humanos y las autoridades sobre qué contenido debería tener el lugar en caso de convertirse en museo.

Las alternativas son centrarse en la época de Pinochet, o abarcar también otros periodos de represión (de las presidencias de Carlos Ibáñez del Campo y Gabriel González Videla) o incluso también el periodo precolombino -la localidad fue clave para la milenaria Cultura Chinchorro-, la Guerra del Pacífico y el periodo salitrero.

Una discusión “en torno a si es un museo para la comunidad y para la localidad de Pisagua, o es un museo sobre lo que sucede en términos de derechos humanos en Pisagua”, reflexiona Luis Pérez, director del Museo Regional de Iquique.

“Uno tiene que tener muy claro qué criterio un museo va a definir como su eje de desarrollo. Y justamente va a depender de las personas que estén en el desarrollo museográfico, que es la presentación de contenidos, y en qué formatos y soportes yo voy a desplegar los contenidos de este edificio. Va a depender de ellos en alineación las distintas aristas que quieran abordar”, agrega.

“Pisagua no solamente es la historia reciente, viene de periodos preincaicos. Pisagua ha sido utilizado por muchos años, yo diría que hace casi 200 años, como cárcel, en muchas oportunidades de diferentes periodos, incluso del siglo antepasado”, explica el consejero regional Sergio Asserella.

Por otro, los habitantes de la localidad se quejan del abandono y apuntan a necesidades que consideran más urgentes, como la falta de alcantarillado.

Además tiene problemas de conectividad con el resto de la región, con un transporte público deficiente o inexistente: está a 226 km de Arica (tres horas de viaje) y a 162 km de Iquique (un tiempo muy semejante), las dos ciudades próximas más importantes de la zona.

Mucha gente viene a imponer cosas en Pisagua sin darle la pedirle la opinión a la gente, acá, a los pobladores, a los dirigentes. Ni siquiera son capaces de hablar con el alcalde”, critica Carlos Berríos, presidente de la Junta de Vecinos de Pisagua, lo más parecido que hay a un alcalde en un lugar que no es comuna, pues el pueblo perdió esa condición en 1979, en plena dictadura. Formalmente depende de Huara, un pueblo ubicado al interior, a 87 kilómetros.

La fosa de Pisagua. Crédito: CMN.

Importancia histórica de Pisagua

Pérez destaca que la importancia histórica del lugar primero tiene que ver con ser un enclave geográfico: “Está cerca a una desembocadura de un río. Y eso ya va a definir desde el primer momento, los primeros asentamientos de los primeros pobladores. (…) Aquí nosotros, los recintos más antiguos, van a estar asociados a lo que nosotros definimos en la arquitectura como el arcaico. El arcaico, estoy llevando cifras redondeadas, una cronología relativa, estamos hablando de ocho mil años de antigüedad, a cuatro mil años antes del presente”, asociados a lo que es la Cultura Chinchorro, famosa por crear las momias más antiguas del mundo, hoy repartidas por el mundo.

“Hay colecciones que supongo que están en Estados Unidos. Debe haber colecciones en Alemania. Entiendo que hay, por ejemplo, en el Museo de Neanderthal en Mettmann, en donde se exhiben los restos de Neandertal. Si vas a ese museo vas a encontrar una momia de Pisagua. O en Estados Unidos, en las colecciones de principios de siglo enviadas por el Comandante de la Armada de Chile, Recaredo Amengual, y posteriormente las colecciones levantadas por el arqueólogo norteamericano Junnius Bird, y en la Universidad de Chile”, explica.

Esa importancia como lugar se prolongó durante la Colonia: por eso, según resalta Pérez, un sitio “importantísimo y al que casi nunca se le hace justicia, es una de las pocas iglesias coloniales en la costa, la iglesia colonial de la desembocadura de Pisagua o Pisagua Viejo”.

Agrega que “luego, ya es importantísimo, porque es un puerto salitrero. En algún momento también es un puerto guanero, y es también desde donde se trae el agua, que permite mantener a la región de Tarapacá en su área costera, que no tiene agua propia, llegando al mar, y por lo tanto se lleva el agua incluso de Iquique”.

Una riqueza que explica que Pisagua sea un entorno “que en algún momento tuvo un tremendo desarrollo arquitectónico. Tiene un teatro maravilloso. Tiene su cárcel, su hospital, su avenida. Tiene unas casonas antiguas de arquitectura neoclásica, una estación de trenes”.

Al mismo tiempo, su aislamiento lo hizo ideal para transformarlo en lo que Pérez denomina como “puerto presidio”.

Y aunque su decadencia empezó con el fin del auge salitrero, la dictadura de Pinochet le dio un tiro de gracia.

“Pisagua como tal, después del ’73, es reducido a su mínima expresión como localidad. Abandona sus posibilidades de puerto, obviamente porque está funcionando como cárcel, y se traslada su potencial portuario a Iquique. Eso está dentro de los procesos administrativos que va a decidir la Junta de Gobierno. Entonces, Pisagua pierde ese potencial como puerto y queda relegado a ser una localidad aislada prácticamente”, cuenta Pérez.

Iglesia de Pisagua. Crédito: CMN

Terrorismo de Estado

Para el movimiento de los derechos humanos, Pisagua es un lugar central. Unas 800 personas estuvieron allí detenidas, según el informe Valech.

Funcionó como uno de los principales campos de concentración durante la dictadura, bajo la dirección del coronel de Ejército Ramón Larraín Larraín. Allí cometieron crímenes, entre otros, el oficial Carlos Herrera Jiménez, luego condenado por el asesinato de Tucapel Jiménez, ocurrido en 1982.

También fue asesinada bajo su órbita casi toda la dirección regional del PS de la época de la UP. Allí además actuó como fiscal militar el abogado Mario Acuña, quien durante la UP era investigado por narcotráfico. Tras el golpe, aprovechó su nuevo cargo para mandar a fusilar en Pïsagua a varios de quienes lo investigaban, incluido Julio Cabezas, el Abogado Procurador Fiscal del Consejo de Defensa del Estado (CDE) en la ciudad de Iquique, sin militancia política.

Varios edificios públicos del pueblo fueron usados por los militares: además de la excárcel, en la escuela funcionaron los consejos de guerra, para darle un viso de legalidad a los crímenes del terrorismo de Estado, y en el Teatro fueron recluidas las mujeres.

Durante su funcionamiento, además, fue objeto de un documental de los cineastas Walter Heynowski y Gerhard Scheumann (Alemania Oriental), junto al campo de Chacabuco, en la obra “Yo he sido, yo soy, yo seré”.

Asimismo, en el cementerio del pueblo fue descubierta una fosa común en junio de 1990, con los cuerpos de varios de los asesinados en Pisagua, y que figuraban como desaparecidos. Hay que recordar que hasta entonces muchos defensores de la dictadura seguían diciendo que los desaparecidos eran un “invento”, que “se habían ido con otra” o “estaban en Europa”. En el lugar fueron hallados los restos de 21 presos políticos.

Aún así, la relación entre los habitantes del pueblo y miembros de organismos de derechos humanos son escasas. Así lo señala Héctor Marín, presidente de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de Iquique y Pisagua (AFEPI), cuyo tío paterno, Hugo Marín Álvarez, fue preso político en el lugar.

“La dictadura se encargó primero, cuando ya tenía planificado que se iba a usar el campo de concentración, de hacer una limpieza en el pueblo, de que las personas que eran simpatizantes de la UP fueran sacadas de ese lugar, fueran expulsadas. Así prepararon el terreno para que fuese un campo de concentración”, explica.

“Y siempre se les dijo y se les sostuvo a la gente de que por culpa de los comunistas ese lugar era así, atrasado, sin tener ningún tipo de movilización, porque todavía prácticamente es muy difícil poder llegar y salir, porque hay un subsidio que solamente algunos pueden ocupar”, detalla.

Él dice que lo ha intentado muchas veces, “pero como te digo hay el rechazo. Si tú le preguntas a alguien de Pisagua nadie no sabe nada, te van a decir que no saben o que no se acuerdan, así como borrado, o sea no hay, el tema no se toca”.

Ex cárcel de Pisagua. En la cancha de fútbol eran maltratados los prisioneros. Crédito: CMN.

La cárcel

La dictadura de Pinochet no fue la única que usó el pueblo de Pisagua, y específicamente la excárcel, como lugar de reclusión. Distintos gobiernos lo hicieron a lo largo de todo el siglo XX.

El edificio tiene más de 115 años de antigüedad y funcionó como cárcel durante 87 años bajo el Estado de Chile. A lo largo de su historia, se comprobó su uso represivo durante 52 años, bajo distintos gobiernos, incluyendo los de Carlos Ibáñez del Campo y Gabriel González Videla. En 1948, un joven oficial de Ejército llamado Augusto Pinochet fue quien estuvo a campo de los prisioneros políticos llevados allí.

Tras el descubrimiento de la Fosa Clandestina de Pisagua en 1990, la construcción fue declarada Monumento Nacional.Sin embargo, ese mismo año, el edificio fue vendido a privados y se convirtió en un hotel, periodo que recuerda con dolor el presidente de la AFEPI.

“Fue terrible, horroroso, porque uno pagaba una entrada y podía entrar ahí, pero en ninguna parte se decía que eso había sido un campo de concentración. Transformaron un segundo piso, donde había mesas de billar. Nosotros entramos como turistas, pagamos una entrada, entonces yo pude sacar varias fotografías de los lugares que recorrimos ahí” rememora, comentando que “las personas que estaban atendiendo no tenían la menor idea de dónde estaban”.

Recién en 2018, gracias al impulso y gestión de agrupaciones de derechos humanos, en 2018 el Estado de Chile, a través del Gobierno Regional de Tarapacá, aprobó su compra y recuperación, devolviéndole la categoría de bien de uso fiscal.

“Desde entonces, el Gore Tarapacá ha trabajado incesantemente en la formulación de la etapa de diseño, para obtener las autorizaciones necesarias que permitan activar prontamente un proceso de restauración, con miras a su puesta en valor y futura apertura al servicio de la ciudadanía. Dado que el inmueble se encuentra en un proceso de deterioro progresivo, que lo mantiene en una condición de inhabitabilidad y aun habiéndose realizado obras de reparación de emergencia el año 2022, es necesario enfatizar que todavía estamos en una carrera en contra del tiempo y su implacable paso”, señalan desde el Gobierno Regional.

Licitación

Es en este marco que se desarrolló la licitación que cerró el pasado 7 de marzo. El proyecto se centra en el diseño de la restauración integral de la “Excárcel de Pisagua”. Esto se realizará mediante la contratación de una consultora especializada en restauración patrimonial.

El objetivo principal de esta iniciativa es analizar, estudiar y proponer los requerimientos técnicos para la futura rehabilitación y consolidación estructural del inmueble, “porque se trata de un edificio en riesgo de colapso estructural inminente”.

Un aspecto crucial y transversal en la modelación del diseño, propiamente tal, es el proceso de participación ciudadana, que involucrará tanto a la población local como a las agrupaciones de derechos humanos, para definir los criterios de restauración.

Por esta razón, la participación ciudadana tendrá distintas instancias de materialización a lo largo de la consultoría, en la que habrá experiencias diferenciadas que distingan la participación testimonial de la consultiva y la resolutiva, destacan desde el Gobierno Regional.

Contenido del museo

Otro tema a debatir es el contenido de un posible museo que podría instalarse al interior del edificio. Para Marín está claro que debe centrarse en todos los periodos de represión del Estado en el siglo XX. En ese sentido apunta a que un contenido que refleje “que no solamente fue campo de concentración en dictadura, sino que también lo fue en democracia. Y más de una vez”, en referencia a Gabriel González Videla y Carlos Ibáñez del Campo.

De manera similar opina Rodolfo Andaur, un curador audiovisual. Él realizó varios talleres en la localidad, en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. El objetivo fue que “se generara una conciencia respecto de lo que significa recuperar los sitios de memoria de Pisagua”.

La cárcel de Pisagua fue un lugar de diferentes hechos de lesa humanidad. Por lo tanto, yo siento que ese lugar debería recuperarse para contar los hechos más atroces que ocurrieron en diferentes periodos del siglo XX. Claro. Y que sea un contenido que pueda ser administrado por los mismos pobladores, porque creo que es el fin. Pero, por otro lado, de todas maneras, Pisagua necesita, así como empresas mineras han invertido en los hitos militares de Pisagua, también necesita espacios para la reflexión respecto a su historia milenaria que tiene”, dice.

“Pisagua fue un ícono, un puerto ícono a finales del siglo XIX, principios del XX. Hoy día está absolutamente abandonado y yo siento que generar conciencia respecto a lo que puede ser ese lugar también ayuda mucho a mitigar la desesperanza que existe en los pobladores respecto a las condiciones en las cuales está el pueblo”.

Eso explica que Berríos, el presidente de la Junta de Vecinos de Pisagua, crea que un museo debería incluir también todo lo referido al periodo salitrero.

“A mí me gustaría, aparte de poner las cosas que sucedieron acá, la parte de la Guerra del Pacífico, del desembarco, pero también que coloquen la realidad que lo que fue Pisagua en esos años hermosos, cuando estaba el salitre”, dice.

Apunta así, por un lado, a la toma de Pisagua por parte de militares chilenos, el 2 de noviembre de 1879, en lo que para la Armada de Chile se considera como el primer desembarco anfibio orgánico en la historia militar.

Y a que su conquista además impulsó el desarrollo del pueblo, que contaba con un ferrocarril que comunicaba con Iquique, con un auge que duró hasta los años ’20. Llegó a contar con un tranvía urbano y 10 mil habitantes: hoy son menos del 3% de esa cifra.

“Hay que recuperar y poner en contexto la historia completa de Pisagua. Pisagua no es solamente lo que ocurrió para el gobierno militar en el año ’73. Pisagua es mucho más que eso. Pisagua tiene una historia”, coincide el consejero Asserella.

“Pisagua en sí, como caleta, fue cárcel. No había muros, no había una cárcel. La caleta era una cárcel, porque era muy difícil salir. Pero en otro contexto histórico, Pisagua tiene el desembarco más importante y más extraordinario en la historia naval. Es el desembarco de Pisagua y la forma como se hizo. Todo eso, mucha gente no tiene idea, no sabe qué ocurrió, y por lo tanto es importantísimo recuperarlo. Sin contar, además, todo el proceso salitrero: Pisagua fue uno de los focos, junto con Iquique, en la época salitrera, donde llegaban una cantidad impresionante de barcos. Entonces, todo eso hay que recuperarlo, no solamente el contexto histórico reciente”.

Para el Gobierno Regional está claro que existe una diversidad de opiniones sobre qué periodo histórico debe ponerse en valor.

“Algunas agrupaciones de derechos humanos desean que se centre en la dictadura militar, especialmente en los años 1973-1975 y 1982-1985. La comunidad local también tiene sus propias expectativas, incluyendo la generación de turismo y empleo las que se basan en sus necesidades cotidianas”.

En ese sentido, “debido a la alta complejidad de esta intervención patrimonial, es fundamental realizar un estudio exhaustivo para definir un diseño de restauración adecuado. Este proceso debe permitir reconstruir la historia del edificio y generar una interpretación histórica representativa que sea consensuada con la comunidad. Así, se podrá reconocer la reiteración, a lo largo del siglo XX, como un espacio de represión contra diversas disidencias sociales, sexuales y políticas por parte del Estado”.

Y añade que todas estas miradas podrán dilucidarse a través de las instancias de Participación ciudadana consideradas en el proyecto de diseño.

Alcantarillado

Barrios además apunta a un tema que le parece igual o más importante: la falta de alcantarillado. Actualmente sólo la Población 2 de noviembre cuenta con una planta de aguas servidas.

“En este momento falta que se envíe un proyecto de alcantarillado y esto lo estamos esperando desde hace seis, ocho años atrás. Antiguamente (los desechos) se tiraban al mar. Algunas (casas) tienen algún pozo y otras, lamentablemente, llegan y tiran para la calle, porque no tenemos dónde descargar todo eso. Debemos darle las gracias al municipio, al señor alcalde José Bartolo, que pone camiones de desecho, cada quince días, o cuando se necesita”, explica.

La Torre del Reloj. Crédito: CMN.

Para el propio edil, el proyecto de Restauración de la excárcel de Pisagua es una iniciativa de gran importancia para la comunidad, “ya que nos permite preservar y valorar nuestro patrimonio cultural e histórico”.

Sin embargo, también reconozco que nuestra comunidad enfrenta otras necesidades urgentes que requieren atención inmediata. Uno de los desafíos más apremiantes es la falta de un sistema de alcantarillado adecuado, que es fundamental para garantizar la salud y el bienestar de nuestros vecinos. Es esencial que, junto con proyectos culturales y turísticos, se prioricen soluciones integrales que mejoren la calidad de vida de todos los habitantes de Huara”, afirma.

Agrega que el municipio está comprometido a trabajar en conjunto con el Gobierno Regional y otras instituciones para abordar estas necesidades de manera equilibrada, asegurando que tanto nuestro patrimonio como nuestras infraestructuras básicas reciban la atención que merecen”, dice.

Desde la gobernación, por su lado, aseguran que ambos proyectos avanzan por caminos diferentes.

“Cualquier iniciativa que permita generar desarrollo económico, social, turístico o de otra índole, en Pisagua, será en beneficio directo de la comunidad. El objetivo del proyecto de restauración de la excárcel de Pisagua, es convertir el recinto en un lugar de encuentro entre distintas generaciones a través de la historia y, junto con ello, aportar a la actividad turística y patrimonial que, actualmente, representa este Monumento Histórico Nacional”, señalan.

Para el curador visual Andaur está claro que Pisagua es uno de los lugares más importantes que tiene el norte de Chile, y que “merece una inversión extraordinaria para poder generar un hito importante patrimonial en el lugar“.

“Y desde ahí digo hito importante patrimonial, porque del patrimonio también se pueden generar otras modalidades para el desarrollo sostenido de una comunidad. Que tenga que ver con el turismo, lo que pasa con el modelo de trabajo que tienen los pescadores, y lo mismo que hacen los científicos que estudian la fauna y la flora marina, etc. Entonces, Pisagua es un hito patrimonial y ya es el tema que hay que reforzarlo. Y reforzarlo también significa, insisto, que dejen de prometerle a los pobladores que van a hacer eso cuando después no terminan haciéndolo”, concluye.

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