
“Somos los últimos de nuestra familia”: La tradición alfarera de Pomaire en el Festival OH!Santiago
Pomaire, en el marco del Festival OH!Santiago, celebra su tradición alfarera con un recorrido por Taller Barros, dirigido por Rodrigo Véliz y Alejandra Sepúlveda. Este espacio busca educar sobre el proceso de la cerámica, su historia y su relevancia.
Pomaire, alejado del bullicio urbano, es conocido por su rica tradición en la alfarería. En este lugar, donde la greda y las manos expertas se combinan para dar forma a piezas únicas, un grupo de artesanos ha logrado mantener vivo un oficio ancestral. A través de un recorrido patrimonial, los habitantes de Pomaire han logrado no solo preservar esta tradición, sino también compartirla con el mundo, participando activamente en el Festival OH!Santiago, que celebra en una nueva edición espacios rurales de la Región Metropolitana.
Este domingo 13 de abril, entre las 11:00 y las 18:00 horas, en el marco del Festival OH!Santiago, se puede visitar al Taller Barros de Rodrigo Véliz y Alejandra Sepúlveda, un espacio de aprendizaje e innovación en la técnica alfarera.
Véliz explica que la visita es una experiencia que no solo explora la manufactura de cada pieza, sino que también ofrece una reflexión sobre cómo ha evolucionado el oficio y la importancia de transmitir estos conocimientos a las nuevas generaciones.
“Es importante que la gente entienda que no se trata solo de hacer una pieza terminada. El proceso de recolección del material y el tiempo invertido son fundamentales”, explica el artesano, quien lleva más de 20 años trabajando con la greda.
El taller que realizan en Pomaire es un espacio donde se conserva el método tradicional de alfarería, pero también se busca educar a la comunidad sobre el arduo trabajo que implica la creación de piezas de greda.

Créditos: Festival OH!Santiago
La importancia de preservar el oficio
Uno de los mayores retos para los alfareros es la preservación del oficio.
“Quedan muy pocos alfareros.Yo soy de familia alfarera, mi esposa también es de familia alfarera y somos los últimos de cada familia.De ahí nace la idea de compartir el oficio“, señala Véliz.
La transmisión de este conocimiento no solo es esencial para mantener viva la tradición, sino también para que el oficio no se pierda con el tiempo. A pesar de la creciente tecnología y el acceso a productos masivos, la alfarería sigue siendo una forma de arte que conecta a las personas con la tierra y la historia.
“El interés ya no viene de los propios alfareros de la zona, el interés viene de personas de afuera“, explica.

Créditos: Festival OH!Santiago
Los talleres no solo ofrecen una experiencia educativa, sino también una oportunidad de ocio para aquellos que buscan desconectarse de la rutina diaria.
La práctica de la alfarería, además, ha evolucionado con la incorporación de nuevas técnicas, como el esmalte cerámico. “Ahora aplicamos colores brillantes y esmaltes que nunca antes se usaban en la cerámica de Pomaire”, agrega. Esta innovación ha permitido que las piezas sean más atractivas y adaptables a los gustos modernos, sin perder su esencia ancestral.
“Es una gran oportunidad para que la gente no solo vea las piezas terminadas, sino que se involucre en todo el proceso de creación”, asegura.
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