Lanzamiento del fotolibro “WTF”
Con el fotolibro “WTF”, el fotógrafo chileno canadiense Camilo Fuentealba Brevis (1979) abre un universo caótico de fotografías desvergonzadas y graciosas sobre las calles de Nueva York, en donde hoy reside.
Su trabajo ha sido publicado en The New York Times, Viceland, Rachel Comey, NY Mag y The Village Voice, entre otros medios extranjeros.
“WTF” es su primer fotolibro editado en Chile y será lanzado en el marco del festival Stgo Foto.
Un día cualquiera, diez años atrás, Camilo Fuentealba decidió comprometerse con su oficio de fotógrafo y buscar un lenguaje propio. Dejó de mirar revistas y comenzó a mirar las calles, a decir que sí a todos los viajes que le invitaban, a llevar su cámara a todas partes, como un servidor de su lente. Había recién llegado a Nueva York y encontraba escenas insólitas.
“Caminaba en la calle y veía la foto, me tiraba. No me costaba, no pensaba mucho, solo sentía”, cuenta. Una mujer envuelta en plástico para capear la lluvia, un hombre con los pies invertidos en medio de la calle, la escena de un mendigo pidiendo limosna mientras un hombre de terno sube un taxi, un papagayo en la ventana de un auto. Una secuencia de imágenes que muestran una atmósfera surreal de Nueva York y que son representativas de los impulsos más bizarros de la humanidad, conforman el fotolibro.
El fotolibro fue editado entre 2023 y 2024 junto a la editorial de fotografía Metalibro, quien convocó al autor a formar parte de su colección “L”, esta vez con apoyo del Fondart Regional – Convocatoria 2023. Es en formato leporello, es decir, se despliega de forma horizontal, viene envuelto en una funda de pvc y con un afiche en su interior.
El autor viajará a Chile para compartir y conversar con los asistentes.
De padres exiliados durante la dictadura, Camilo nació en Canadá pero siempre se relacionó con Chile. Su familia es de Neltume, Panguipulli, y ahí conoció el mundo campesino.
“Me di cuenta de que todos somos iguales en cierta forma, solamente las costumbres cambian. He sido inmigrante casi toda mi vida. En Canadá, éramos chilenos, y en Chile, éramos canadienses. Nunca pertenecíamos”, cuenta.
Esa misma cualidad de migrante, al margen, consciente de lo que nos une entre seres humanos a pesar de las diferencias sociales o raciales, es lo que hoy nutre su lenguaje visual.
“Lo que veo en la calle es la humanidad, la dignidad, aunque también con un ojo crítico y con humor. Los humanos son chistosos, la humanidad es ridícula, pero eso no significa que me río de la gente. A veces estamos como zombies caminando por las calles y lo entiendo porque estamos tratando de sobrevivir, de pagar el arriendo o alimentar a la familia. Es necesario poner atención a otros, a lo que pasa en la calle”, dice.
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