Roberto Rondanelli, académico del Departamento de Geofísica de la U. de Chile e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, sostiene que los eventos que han afectado a países como Italia y España no tienen relación con el cambio climático, pero sí su intensidad. En la misma línea, Pablo Sarricolea, académico del Departamento de Geografía de la U. de Chile y también investigador del (CR)2, plantea que estos fenómenos meteorológicos serán cada vez más extremos y se presentarán con más frecuencia debido al calentamiento global.
La zona de Emilia Romaña, en Italia, ha sufrido una de las peores inundaciones en su historia, con más de una veintena de ríos desbordados y más de 20 mil personas desplazadas. Esta zona, donde la media anual de precipitaciones es de 900 mm, en tan solo 36 horas recibió 500 mm de agua.
Las lluvias extremas, las más intensas en los últimos 70 años, llegan además luego de una grave situación de sequía. En España también se ha vivido el mismo fenómeno. Las fuertes lluvias registradas en las últimas jornadas han provocado serias inundaciones en diversas ciudades, aunque sin la gravedad de su vecino país europeo.
¿Es el cambio climático el culpable de este fenómeno? El académico del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Pablo Sarricolea Espinoza, aclara que este tipo de eventos en la zona “no son producto del cambio climático”.
“Esa región de Italia acostumbra a tener eventos conocidos como inundaciones repentinas (flash flood), que son de origen meteorológico y que poseen una cierta periodicidad o tasa de retorno. No son producto del cambio climático, pero su frecuencia e intensidad podría (luego de estudio de atribución) estar relacionada en un porcentaje importante con el cambio climático. Son alrededor de 500 mm en 36 horas, situación que es poco frecuente, pero que ocurre en esa región planetaria”, explica el también investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la U. de Chile.
Roberto Rondanelli, académico del Departamento de Geofísica de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y también investigador del (CR)2, añade que “no todo es cambio climático. O sea, en Chile hemos tenido tremendas sequías en el pasado. Por ejemplo, a finales del siglo XVIII, tuvimos una megasequía que terminó con un año del Niño probablemente, hasta donde sabemos. Porque en esa época no había registros y terminó con una tremenda inundación de Santiago que se llamó la Avenida Grande, en 1783, y eso es previo al cambio climático”.
Sin embargo, el académico plantea que “el cambio climático está presente, tenemos un aumento de la temperatura respecto de las condiciones preindustriales, que ya está cerca de 1,2 / 1,3 grados, acercándose al 1,5, al famoso umbral, y ese aumento de temperatura efectivamente hace más probable estos eventos de precipitación extrema como los que se han visto en Italia, porque básicamente el hecho de tener más agua dando vueltas en la atmósfera del planeta hace que la lluvia ocurra de manera más eficiente, por decirlo de alguna forma. Entonces, al volverse más eficiente la lluvia, cae una cantidad grande de agua en poco tiempo y eso es consecuencia del calentamiento global”.
“Esos eventos no son completamente atribuibles al cambio climático, eso es una cosa que tiene que quedar clara. No es debido al cambio climático que ocurrió esa inundación, es la intensidad de la inundación la que se ve modificada por el cambio climático”, asegura el profesor Rondanelli.
El profesor Pablo Sarricolea, experto en investigación relacionada con climatología y cambio climático, asegura que “aunque parezca difícil, podríamos llegar a montos levemente inferiores, pero igualmente amenazantes”. En Santiago –detalla– “la máxima en 24 horas desde 1950 son 111.1 mm (Quinta Normal en 2002), en Valparaíso cerca de 252 mm (en 1981) y más al sur hay casos de 300 e incluso 400 mm en zonas menos pobladas. El tema es en cuánto tiempo se puede concentrar esa lluvia, pues si fuera en muy pocas horas y en zonas productivas o urbanas, las consecuencias serían preocupantes. Además, recordemos que este año se prevé El Niño en los meses de invierno”.
“¿Los inviernos van a ser más secos? No necesariamente. Vamos a tener invierno lluvioso de nuevo, sí, lo que pasa es que la tendencia va a ser que los inviernos sean cada vez más secos. Entonces, cuando haya un invierno seco, realmente va a ser muy seco, como el que hemos tenido ahora, por ejemplo, de 10 años de sequía, que es un período extremadamente seco”, señala por su parte el profesor Roberto Rondanelli.
“Quizás en los años lluviosos no nos vamos a dar cuenta de que estamos ante cambio climático, pero cada vez que haya una sequía, la sequía probablemente va a ser más extrema. Esa es un poco la manera como uno tendría que verlo, y esto es un proceso lento. Entonces, estamos hablando que probablemente de aquí al 2030 o algo, o al 2040, lamentablemente, vamos a alcanzar los 1,5 grados. Después, bueno, dependiendo de la manera en cómo el mundo se tome este problema, es si vamos a romper estos otros”, sostiene.