Aníbal Pauchard, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad, es copresidente del comité internacional que durante cuatro años trabajó en la elaboración de este informe. Documento señala que estas especies juegan un papel clave en el 60 % de las extinciones mundiales de plantas y animales, y que los costos anuales superan los 423 mil millones de dólares, cuadruplicándose cada década desde 1970. En Chile, animales como el castor, el visón, el conejo, la chinita arlequín, el abejorro europeo, y plantas como el pino, el aromo o el eucaliptus, son algunas de las tantas especies exóticas invasoras que hoy existen y que amenazan a nuestra biodiversidad y bienestar. La prevención y control son factores claves y urgentes para el manejo a nivel mundial y territorial, advirtió Aníbal Pauchard. En Chile, el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, SBAP, jugará un rol fundamental en esta materia.
La grave amenaza mundial de las especies exóticas invasoras está infravalorada, según advierte el reciente informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Diversas actividades humanas han introducido más de 37 mil especies exóticas -plantas y animales- en regiones y ecosistemas de todo el mundo, de las cuales, más de 3500 son altamente invasivas, amenazando gravemente a la naturaleza, a las personas y su calidad de vida.
Este lunes en Bonn (Alemania) se dieron a conocer los resultados de este documento desarrollado por representantes 86 expertos de 49 países, en el cual se concluye que además de los cambios drásticos en la biodiversidad y los ecosistemas, el costo económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423 mil millones de dólares anuales, y que la suma se ha cuadruplicado, al menos cada década, desde 1970.
Las especies exóticas invasoras son uno de los cinco principales impulsores de la pérdida de biodiversidad, junto con los cambios en el uso de la tierra y del mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático y la contaminación. En ese contexto, el informe aporta pruebas, herramientas y opciones para ayudar a los gobiernos a alcanzar el nuevo y ambicioso objetivo mundial en materia de especies exóticas invasoras.
El informe destaca las interacciones entre las especies exóticas invasoras y otros factores de cambio podrían agravar sus efectos. Por ejemplo, las plantas exóticas invasoras pueden interactuar con el cambio climático, lo que provoca incendios más intensos y frecuentes, como algunos de los devastadores incendios forestales que han tenido lugar recientemente en Chile y en todo el mundo, los cuales han liberado aún más dióxido de carbono a la atmósfera.
Los expertos y las expertas de IPBES señalan que, en general, las medidas adoptadas para hacer frente a estos retos son insuficientes. Si bien el 80 % de los países cuentan con objetivos relacionados con la gestión de las especies exóticas invasoras en sus planes nacionales de biodiversidad, únicamente el 17 % dispone de leyes o normativas que abordan específicamente estas cuestiones.
Esto también hace que aumente el riesgo de especies exóticas invasoras para los países vecinos. El informe revela que el 45 % de los países no invierte en la gestión de invasiones biológicas. El informe también destaca que las futuras invasiones biológicas, las especies exóticas invasoras y sus repercusiones pueden evitarse a través de una gestión eficaz y enfoques más integrados.
«La buena noticia es que, para prácticamente todos los contextos y situaciones, existen herramientas de gestión, opciones de gobernanza y acciones específicas que verdaderamente funcionan», afirmó Aníbal Pauchard. «La prevención es, sin duda alguna, la mejor opción y la más rentable, pero la erradicación, la contención y el control también son eficaces en contextos específicos.
La restauración de ecosistemas también puede mejorar los resultados de las acciones de gestión y puede incrementar la resistencia de los ecosistemas de cara a especies exóticas invasoras futuras. De hecho, la gestión de las especies exóticas invasoras puede contribuir a mitigar los efectos negativos de otros impulsores de cambio», indicó el director del IEB.
En el informe se incluyen las siguientes opciones, entre otras: la consideración de políticas y códigos de conducta coherentes entre sectores y escalas; el compromiso y la dotación de recursos; la concientización y participación pública, a través de campañas de divulgación científica ciudadana como las que promueven «comprobar, limpiar y secar» en el caso de canoas y kayaks contaminados de organismos invasores; sistemas de información abiertos e interoperables; abordar las lagunas de conocimiento (los autores y las autoras identifican más de 40 áreas en las que se necesita mucha más investigación); así como una gobernanza inclusiva y justa.
En Chile, la disponibilidad de información sobre especies invasoras en el territorio sigue siendo limitada, pero crucial para nuestra biodiversidad. Rafael García, director del Laboratorio de Invasiones Biológicas de la Universidad de Concepción e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, resalta la necesidad de utilizar esta información como punto de partida para abordar brechas en el conocimiento sobre la distribución de especies exóticas invasoras y sus impactos.
La prevención es esencial, tanto en términos de especies provenientes de países vecinos como en la contención de su propagación interna. A pesar de la falta de una institucionalidad específica en Chile para tratar el problema global de las especies exóticas, existen sectores estatales, como el SAG, que ha trabajado históricamente en la prevención de nuevas introducciones.
En este punto se destaca la reciente aprobación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas -SBAP-, que se encargará de los planes de prevención, control y erradicación de las especies exóticas invasoras. En este sentido, el informe IPBES proporciona una base valiosa para aprovechar la experiencia internacional y avanzar en la gestión y control de estas especies.
“Claramente el informe es un insumo fundamental, porque ya existen herramientas y protocolos que se han gestionado en otros países, lo que permitirá avanzar no desde cero, si no ocupar esta experiencia que fue consolidada para avanzar. El principal desafío en nuestro país es el manejo y control, la erradicación de detección temprana es relativamente fácil de aplicar, como por ejemplo el caso que salió hace poco del caracol africano. Sin embargo, manejar estas especies que están ampliamente distribuidas en el territorio es muy difícil de lograr. El desafío que tendrá SBAP será buscar incentivos para lograr la ejecución de este manejo”, destacó.
Por otro lado, el investigador señala que es necesario mejorar la cuantificación de los impactos reales de las especies exóticas invasoras en Chile, ya que el conocimiento actual es limitado. Los impactos de estas especies afectan a la biodiversidad, a las contribuciones de la naturaleza a las personas y al impacto directo o indirecto a la vida de las personas. “Hay algunos estudios particulares para algunas de las especies más conspicuas o en sectores muy frágiles, pero en el global tenemos bastante desconocimiento”, destacó el investigador García.
Por ejemplo, especies como el hongo Batrachochytrium dendrobatidis amenazan a los anfibios y su biodiversidad, mientras que otras como el visón tienen un impacto tanto en la fauna silvestre como en la economía rural. Por otro lado, las especies exóticas de plantas pueden competir con las nativas, alterar ciclos hidrológicos y afectar el suministro de agua potable, además de aumentar el riesgo de incendios forestales.
Por último, la presencia de especies exóticas en ambientes propensos a incendios forestales se suma a la preocupación en nuestro territorio, ya que éstas pueden aumentar la carga de combustible y favorecer la propagación del fuego, en un contexto donde el cambio climático también juega un papel importante.
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