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Depredador por naturaleza: los peligros del salmón introducido en el lago Panguipulli CULTURA|CIENCIA

Depredador por naturaleza: los peligros del salmón introducido en el lago Panguipulli

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Una investigación del Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores Australes (Invasal) revela que la presencia del salmón Chinook en el lago Panguipulli está depredando todos los peces nativos, ya que su dieta la componen exclusivamente las especies endémicas. Además, agregan que “existe evidencia de que estos peces son vectores de PCBs, PBDEs y metales como mercurio, que son altamente tóxicos”.


Un grupo de científicos del Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores Australes (Invasal) advirtió sobre el impacto del salmón Chinook en el ecosistema del lago Panguipulli.

El Invasal agrupa a investigadores a lo largo de Chile en torno a la temática de las invasiones biológicas, como los salmónidos, y sus impactos sobre las especies nativas, ecosistemas y las redes socioecológicas asociadas.

“Trabajamos de manera interdisciplinaria en las áreas de ecología, evolución, sociología, genética y genómica de poblaciones, entre otras”, explica a El Mostrador la investigadora Paulina Bahamonde.

Ella es ecotoxicóloga, experta en evaluar la salud de los ecosistemas acuáticos utilizando a peces como integradores de las condiciones ambientales, investigadora de Invasal y de la Universidad Mayor.

Detalla que esta especie es un pez anádromo, es decir, que vive en el mar una gran parte de su vida y migra a aguas dulces para desovar.

“El lago Panguipulli es un ecosistema de gran diversidad biológica y es el lugar de paso para este patrón migratorio en el salmón Chinook, que llega a desovar a la cabeza de los ríos. Sin embargo, observaciones de pescadores deportivos locales han registrado la presencia de esta especie durante todo el año, conviviendo con otras especies invasoras, como la trucha café y trucha arcoíris, lo cual nos planteó la hipótesis para estudiar si estos individuos pueden resultar ser una población residente de salmones Chinooks, es decir, no realizar la migración hacia el mar”, señala.

Invasión

Al ser consultada sobre cómo y cuándo llegó este salmón al citado lago, Bahamonde explica que existieron varios intentos fallidos de introducción y retorno el primero en Santiago, 1886 de salmón Chinook.

“Finalmente, fue introducido exitosamente en la década de los 70 bajo un experimento comercial de ‘sea-ranching’ en Chiloé. Los primeros avistamientos sobre salmón Chinook en otros ríos ocurrieron durante los 80 en los ríos Yelcho y Palena, ríos de los cuales su desembocadura está a no más de 200 km al sureste de la zona de introducción en Chiloé”, precisa.

Agrega que en la década de los 90 se informó sobre la presencia de adultos de salmón Chinook en el río Maullín y en el río Petrohué, observando nuevamente la condición en la colonización de aproximadamente 200 km de distancia. El avance y colonización de ríos y lagos por parte de los salmones Chinook ha ido aumentando en el tiempo, poco a poco avanzando a ríos hacia el norte del país, indica.

El investigador Pablo Fierro señala que no hay evidencia de la introducción de salmón Chinook en la cuenca del río Valdivia, por lo que muy probablemente los peces llegan de cuencas cercanas, como la del río Toltén.

Fierro es experto en taxonomía y ecología de macroinvertebrados, ecología de ríos y estuarios, cadenas tróficas, y en cómo los cambios en uso de suelo afectan la biodiversidad en los ecosistemas acuáticos, además de investigador del Invasal y académico de la U. Austral de Chile.

“Los peces anádromos, como esta especie, retornan al río donde nacieron, pero a veces se equivocan en su migración reproductiva, por ejemplo, ríos contaminados, ríos con represas, ríos afectados por erupciones, etc. Así es como logran ir colonizando otros ríos en los cuales no nacieron”, comenta.

“Al día de hoy, hay reportes de salmones Chinook en la costa de Chile central, lo que da cuenta de su rápida expansión a lo largo de la costa de Chile”, complementa el científico José Gerstle, ingeniero agrónomo, magíster en Manejo de Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza, especializado en creación, diseño y planificación de Áreas Protegidas y estrategias para la conservación de la naturaleza, quien además se desempeña como director de Photosintesis Consultores.

Consecuencias negativas

Bahamonde advierte que la introducción de estas especies en Chile tiene consecuencias negativas para los ecosistemas.

“La depredación es la amenaza número uno, considerando que cerca del 80% de las especies de peces nativas son endémicas, por tanto, tienen un alto nivel de conservación biológica. Por medio de contenido estomacal, hemos observado que los salmones Chinook en el lago Panguipulli se están alimentando de puyes chico (Galaxias maculatus), carmelita (Percilia gillissi) y puye grande (Galaxias platei)”, explica.

Fierro agrega que también se alimentan de los mismos invertebrados acuáticos de los cuales se alimentan otras especies de peces, como los puyes, percas, peladillas, truchas, por lo que son competencia por alimento para estos.

“Se debe mencionar, además, que hemos observado que su dieta es bastante piscívora (se alimenta de peces, principalmente nativos), a diferencia de las truchas fario o arcoíris, que tienen una dieta más generalista”, afirma Gerstle.

Por su parte, el académico de la Universidad Andrés Bello, Gustavo Chiang, alerta que el ciclo de vida del salmón Chinook puede causar una disrupción en el ciclo de nutrientes del lago, pues, dada la gran biomasa de estos peces, están introduciendo materia orgánica de origen marino a un sistema que no ha evolucionado con este aporte.

Cambios tróficos

Según Fierro, la presencia de especies no nativas, como el salmón Chinook, además causa cambios en las tramas tróficas de los ríos y lagos, al aportar materia orgánica proveniente del mar en los ríos.

El ciclo de vida de esta especie es nacer en agua dulce, para luego migrar al mar, donde crecen en el océano entre 3 y 7 años, hasta que maduran sexualmente y retornan al río donde nacieron, para reproducirse y morir. Los peces maduros retornantes del mar llegan a pesar hasta 10 kilos, entonces esta gran biomasa de materia orgánica “marina” que llega a los ríos, una vez que los peces mueren, es aprovechada por organismos de esos ríos, como invertebrados acuáticos que se alimentan de ellos o, incluso, hay evidencia respecto a que hasta peces de ríos se alimentan de huevos de salmón Chinook.

“Dicho en otras palabras, en estos ríos y lagos oligotróficos con baja carga de nutrientes, hay una fertilización con nutrientes de derivados marinos por parte de salmón Chinook, la cual no es natural, debido a que esta especie no es nativa en estos ríos, lo que trae cambios en las tramas tróficas acuáticas”, subraya.

Chiang comenta que, de igual forma, al ser predadores tope en los sistemas acuáticos, estos peces pueden acumular una gran cantidad y concentración de distintos contaminantes orgánicos y metales, introduciendo estos al lago Panguipulli, con el potencial daño que pueden provocar no solo en la biota nativa del lugar sino también en humanos por su consumo.

“Ya existe evidencia de que estos peces son vectores de PCBs, PBDEs y metales como mercurio, que son altamente tóxicos”, afirma.

Permanencia

Frente a la consulta de por qué algunos ejemplares no migran, sino que permanecen en el lago, Bahamonde responde que en Norteamérica, en áreas como los grandes lagos o zonas en donde las barreras bloquean su migración al mar, se han descrito poblaciones de salmones Chinook residentes.

“Sin embargo, esta forma de vida es rara en el noroeste del Pacífico y generalmente el éxito reproductivo no es tan bueno como con las poblaciones que sí tienen el patrón migratorio”, señala.

“La evidencia de poblaciones residentes y sustentables de salmones Chinook es aún muy limitada y no se saben bien las razones por las cuales una población decide cambiar el ciclo de vida anádromo a una residente”, explica.

Asimismo, no hay certeza de este fenómeno de ejemplares residentes en el resto del país.

“En el lago Puyehue se ha descrito la presencia de salmones Chinook como aparentemente residentes. Sin embargo, no hay confirmación de ello”, puntualiza Fierro.

Para Gerstle, en tanto, es un fenómeno bastante reciente en este lago, aunque eventualmente puede estar ocurriendo de forma simultánea en otros lagos del sur de Chile.

Futuro

Pablo Fierro además advierte que en el futuro podría haber un aumento de las poblaciones de salmón Chinook en la cuenca, ya que ahora no solo se reproducirían los salmones que retornan desde el mar, sino que también se estarían reproduciendo estas poblaciones locales.

“El aumento en la población implicaría la necesidad de más recursos para alimentarse, refugiarse y reproducirse, fomentando una colonización de nuevos ríos y lagos en la misma cuenca del Valdivia, donde no se ha reportado la presencia aún, en una espiral que aumenta la probabilidad de que los salmones lleguen a otras cuencas, no solo de Chile sino que también de otras partes de Sudamérica, como el sur de Argentina”, dice.

Asimismo, Bahamonde destaca que existe un concepto denominado “invasion-meltdown”. Esta hipótesis plantea que, en los ecosistemas con múltiples invasiones como, por ejemplo, salmón Chinook, trucha arcoíris, trucha café), las especies introducidas deben interactuar entre sí y con las especies nativas.

“Sin embargo, las interacciones entre invasores favorecen al éxito de otros invasores e inician una retroalimentación positiva a nivel poblacional que intensifica los impactos y promueve otras invasiones secundarias. Así, además, la presencia de estas especies introducidas podría favorecer la invasión de otras especies, como visones, avispas, moscas, y homogeneizar la biodiversidad natural del sector”, concluye.

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