Los estudios del profesor asociado de la Universidad de Cambridge sostienen que “al identificar los correlatos neuronales de estos estados emocionales, podemos desarrollar estrategias y terapias más efectivas para aliviar el sufrimiento psicológico causado por el cambio climático”.
Tristan Bekinschtein, profesor asociado de la Universidad de Cambridge, y fundador y director del Laboratorio de Conciencia y Cognición del Departamento de Psicología de la misma casa de estudios, está de visita en Chile para participar en el seminario internacional “Neurociencia y Resiliencia: Fortaleciendo el Afrontamiento del Cambio Climático en Poblaciones Vulnerables”.
Este evento, organizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y la Universidad Católica del Maule, busca avanzar en la comprensión del impacto del cambio climático en la salud del cerebro en comunidades vulnerables.
El investigador argentino radicado en Inglaterra, biólogo y doctor en Neurociencia por la Universidad de Buenos Aires, ha centrado su investigación en los estados de conciencia y su relación con la neurofisiología.
Sus estudios abarcan desde la transición entre la vigilia y el sueño hasta los estados de sedación y vegetativo. Además, ha colaborado con diversas instituciones internacionales y actualmente es Turing Fellow en Cambridge. Su trabajo integra medidas conductuales y marcadores cerebrales para entender los límites de la cognición y la conciencia.
En esta entrevista, Bekinschtein comparte cómo su investigación puede contribuir a desarrollar estrategias para mejorar la resiliencia en poblaciones vulnerables frente al cambio climático, y destaca la importancia de integrar la neurociencia en las políticas públicas. “Actuar inmediatamente contra el cambio climático requiere un enfoque neurocientífico”, afirma.
-¿De qué forma cree que los estudios sobre la conciencia pueden contribuir a desarrollar estrategias efectivas para mejorar la resiliencia en poblaciones vulnerables?
-La neurociencia puede ofrecer insights fundamentales sobre cómo el estrés y la ansiedad afectan la salud mental de las poblaciones vulnerables. Al cuantificar la experiencia consciente y relacionarla con variables fisiológicas y ambientales, podemos desarrollar intervenciones más efectivas. Esto es esencial para formular políticas públicas que no solo mitiguen los efectos del cambio climático, sino que también mejoren el bienestar psicológico de estas comunidades.
-¿Cómo la neurociencia puede apoyar la creación de políticas públicas efectivas para mitigar el impacto del cambio climático en la salud mental?
-Para mejorar la resiliencia, es vital que las políticas públicas se basen en la ciencia. Las estrategias deben ser locales y considerar las particularidades de cada comunidad. La neurociencia puede informar estas políticas al proporcionar datos sobre cómo las personas perciben y reaccionan al cambio climático. Esto incluye desde la creación de espacios verdes que mejoran el bienestar hasta intervenciones más directas en la salud mental.
-¿Qué papel juega el entorno natural, como los espacios verdes, en la mitigación de los efectos del cambio climático sobre la salud mental?
-El entorno natural juega un papel importantísimo en la salud mental. Pasear por el bosque o tener acceso a zonas verdes puede favorecer el pensamiento interno y reducir la ansiedad, mejorando así el bienestar general. Estas acciones también ayudan a contrarrestar los efectos del cambio climático, como la deforestación, y a manejar mejor los problemas de inundaciones y sequías.
-¿Cuáles son los principales desafíos al integrar la neurociencia en las políticas públicas relacionadas con el cambio climático?
-Uno de los principales desafíos es la implementación a nivel local. Es fundamental que los actores locales, con experiencia y conocimientos científicos, tengan una relación directa con los responsables de tomar decisiones. Además, es indispensable que las comunidades afectadas estén involucradas en el proceso para asegurar que las políticas sean efectivas y relevantes.
-¿Cómo puede la neurociencia ayudar a comprender y manejar el estrés y la ansiedad provocados por el cambio climático en las poblaciones vulnerables?
-La neurociencia nos permite medir y cuantificar la experiencia consciente, lo que nos ayuda a entender mejor cómo el estrés y la ansiedad afectan a las personas. Al identificar los correlatos neuronales de estos estados emocionales, podemos desarrollar estrategias y terapias más efectivas para aliviar el sufrimiento psicológico causado por el cambio climático.
-Acerca de su investigación troncal, ¿qué descubrimientos recientes considera más significativos en la comprensión de cómo perdemos y recuperamos la conciencia?
-Uno de los descubrimientos más relevantes es nuestra capacidad para predecir con medidas cerebrales cuándo una persona está a punto de perder la conciencia, como al quedarse dormida o al dejar de prestar atención al entorno. Esta capacidad no solo ayuda a prevenir accidentes, sino que también puede favorecer la creatividad, al permitirnos entender mejor el “mind-wandering” o la ensoñación, donde el cerebro resuelve problemas complejos de manera interna.
-¿Podría explicarnos cómo combina las medidas conductuales y los marcadores cerebrales para estudiar los procesos cognitivos durante la transición entre el sueño y la vigilia?
-Utilizamos una combinación de electromiografía, electroencefalografía, resonancia magnética funcional y estimulación magnética transcraneal para capturar las dinámicas cerebrales. Estas herramientas nos permiten observar cómo el cerebro cambia de estado y cómo se relacionan estos cambios con el comportamiento y la experiencia consciente. Específicamente, observamos cómo los patrones de actividad cerebral varían a medida que una persona se duerme o se despierta.
-¿Qué diferencias ha observado en los estados de conciencia entre el sueño, la sedación y el estado vegetativo, y cómo estas diferencias pueden influir en tratamientos médicos?
-Cada estado de conciencia presenta patrones de actividad cerebral únicos. Por ejemplo, durante la sedación, ciertos marcadores de la conciencia disminuyen significativamente, lo que nos ayuda a entender mejor cómo se regula la conciencia. Esta comprensión es vital para desarrollar mejores tratamientos médicos y estrategias de manejo para pacientes en estado vegetativo o aquellos que requieren sedación.
-¿Cómo ve el futuro de la investigación en conciencia y cognición, y qué nuevos enfoques o tecnologías cree que serán trascendentales en los próximos años?
-El futuro de la investigación en conciencia y cognición está en la integración de diferentes disciplinas y tecnologías. El uso de inteligencia artificial, aprendizaje automático y análisis de big data serán fundamentales para comprender mejor los complejos procesos neuronales. Además, la colaboración internacional y el enfoque interdisciplinario permitirán avances significativos en nuestra comprensión de la conciencia y su aplicación en la mejora de la salud mental y la resiliencia ante desafíos globales como el cambio climático.
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