Estudio internacional contó con la participación de Alex Fajardo, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y de la Universidad de Talca. La investigación mostró que las plantas de ecosistemas áridos desarrollan numerosas estrategias de adaptación a las condiciones extremas.
Actualmente, un 45% de la superficie terrestre está dominada por zonas áridas. Sin embargo, el conocimiento sobre la vegetación de estos territorios y las estrategias de las plantas para sobrevivir a condiciones extremas y a las amenazas del Cambio Global, han sido poco estudiadas.
Para cubrir esta brecha, un grupo de 120 científicas y científicos de 27 países se reunieron para investigar cómo las plantas de ecosistemas áridos han logrado adaptarse a escenarios adversos. El estudio, desarrollado en los seis continentes, fue destacado en portada de la revista científica Nature, y contó con la participación del científico chileno, Alex Fajardo, investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y de la Universidad de Talca.
La investigación, realizada durante ocho años, mostró que las plantas de zonas áridas generan muchas estrategias de adaptación diferentes y que, sorprendentemente, esta diversidad de mecanismos aumenta con los niveles de aridez, duplicando el número de estrategias que ocupan plantas en regiones templadas, como los bosques o selvas.
Las y los autores del estudio, destacan también que el aislamiento de estas plantas parece haber reducido la competencia entre especies, permitiéndoles expresar una diversidad de formas y funciones que es única a nivel mundial.
“El estudio muestra un resultado poco esperado, que en zonas más áridas y con mayor herbivoría, la variación de sus características es mayor, contrario a lo esperado. Esto significa que en zonas áridas existen más estrategias de vida que en zonas más húmedas”, señala Alex Fajardo, quien colaboró en la obtención de datos en la zona seca de la Patagonia, en la Región de Aysén y en la elaboración del manuscrito.
El investigador, explica que una posible estrategia es que en zonas áridas existe una mayor facilitación entre especies, es decir, que plantas diversas se ayudan unas a otras, en una dinámica de colaboración y no de competencia.
En ese contexto, este trabajo arroja nuevas luces para comprender mejor la arquitectura de las plantas, su adaptación a hábitats extremos, la colonización histórica de los entornos terrestres y la capacidad para responder a los cambios globales actuales.
Por ejemplo, las y los autores encontraron que en las praderas más áridas del planeta, las plantas mostraban una amplia gama de estrategias de adaptación individuales. Por ejemplo, algunas desarrollaron altos niveles de calcio, fortaleciendo las paredes celulares como protección contra la desecación. Otras contienen altas concentraciones de sal, lo que reduce la transpiración.
Para explicar este fenómeno, el estudio sugiere que la pérdida de cobertura vegetal conduce al “síndrome de soledad de las plantas”, donde el aumento del aislamiento y la reducción de la competencia por los recursos, genera altos grados de características y funciones, que son globalmente excepcionales. Esta diversidad adaptativa podría reflejar historias evolutivas complejas que se remontan a la colonización inicial de hábitats terrestres por parte de plantas hace más de 500 millones de años, cuando estos hábitats presentaban condiciones extremas para los organismos vivos.
¿Finalmente, qué importancia tiene el estudio en el contexto de la megasequía en Chile y el Cambio Climático a nivel global? “El planeta se está calentando cada vez más y hay un aumento en la superficie de zonas áridas, lo que nos debe llevar a proteger la alta biodiversidad vegetal de estas áreas”, puntualiza Fajardo.
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