Astrobiología, geología y mineralogía son algunas de las disciplinas desarrolladas en Chile que pueden ser un aporte significativo a este proyecto internacional.
Lanzamientos espaciales, futuras misiones a Marte y presencia de largo plazo en la Luna dejan hoy de ser ciencia ficción y se transforman en una posibilidad real para Chile, luego de que esta tarde la ministra de Ciencia, Aisén Etcheverry, firmara con la NASA los Acuerdos de Artemis en Washington, DC.
La ministra fue recibida por Bill Nelson, administrador de la NASA, y acompañada de Juan Gabriel Valdés, embajador de Chile en Estados Unidos, junto a otros funcionarios de Chile y del Departamento de Estado de Estados Unidos.
La ceremonia de firma se realizó en la Sala de Asambleas Glennan de la agencia, en la sede de la NASA ubicada en Washington DC.
“La ciencia y la tecnología nos permiten soñar y es lo que estamos viviendo hoy. Firmar estos acuerdos es muy significativo para Chile particularmente en un momento en que, como gobierno, estamos decididamente empujando el desarrollo tecnológico como apuesta país. Formar parte de experimentos de punta como Artemis o el CERN, nos permite ser parte del diseño de proyectos científico tecnológicos de primer nivel y aportar en disciplinas científicas en que Chile destaca, como astrobiología, geología, o mineralogía, que es muy importante para la colonización del espacio” -explicó la ministra Etcheverry.
“Chile ha sido un espacio muy importante de ensayo y de validación de tecnologías para ecosistemas extremos como son la Luna y los planetas donde las altas y bajas temperaturas, y la falta de agua son característicos. Chile no solo tiene los territorios, sino que tiene gente que trabaja en ellos, investigadores que los estudian e industrias que operan ahí. Estamos seguros de que ese conocimiento será de alto valor para el proyecto Artemis”.
Bill Nelson, en representación de NASA, afirmó: “Hoy damos la bienvenida a la firma por parte de Chile de los Acuerdos Artemis y su compromiso con los valores compartidos de todos los firmantes para la exploración del espacio. Estados Unidos ha estudiado durante mucho tiempo las estrellas del gran desierto de Atacama en Chile. Ahora iremos juntos a las estrellas, de forma segura y responsable, y crearemos nuevas oportunidades para la cooperación internacional y la Generación Artemis”.
La NASA, en coordinación con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y otras siete naciones signatarias iniciales, estableció los Acuerdos Artemis en 2020.
Con muchos países y empresas privadas realizando misiones y operaciones alrededor de la Luna, el objetivo es proporcionar un conjunto común de principios para mejorar la gobernanza de la exploración y el uso civil del espacio exterior.
Chile es el séptimo país de Latinoamérica en firmar estos acuerdos, que permiten formar parte del diseño de los proyectos, aportar capacidades tecnológicas y estar presente en este diálogo de frontera sobre el futuro en el espacio.
Una parte importante de la minería chilena funciona en condiciones extremas, que pueden ser similares a las que esta misión encuentre en el espacio. Ese conocimiento ya ha sido requerido por la NASA y será de alto valor para Artemis. Los extremófilos, seres que viven en ambientes extremos como la Antártica y el Desierto de Atacama -que en Chile han sido por décadas objeto de estudio- también pueden ser clave: el conocimiento de las capacidades de sobrevivencia desarrolladas por estos organismos ya contribuye a la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta.
¿Qué opina la academia? Para Eduardo Bendek, ingeniero de la Universidad Católica que trabaja en la NASA, participar de este acuerdo abre muchas posibilidades:
“Viajar a la Luna no es todo lo que podemos hacer, sino que presentar proyectos de desarrollo con pruebas análogas en la Antártica y en el Desierto de Atacama con todas las instituciones que puedan aportar: las universidades, los investigadores y hasta la industria tecnológica”. Según explica, ambas geografías permiten probar y validar tanto los equipos como a los astronautas antes de ir al espacio. “Se instalan estaciones de astronautas análogos, que son bases en las cuales ellos viven aislados en condiciones similares a lo que van a encontrar en el espacio. Chile tiene condiciones únicas para esto y hay que aprovechar esta oportunidad”, concluye.
Para Diego Mardones, astrónomo de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines, CATA, este acuerdo presenta valiosas oportunidades, ya que Artemis pretende rescatar muestras lunares que son de gran interés en astrobiología: “Al combinar astronomía con geología y biología celular, como en el estudio de organismos unicelulares extremófilos en salares únicos en el mundo, el resultado es un conjunto multidisciplinario muy valioso. También las comparaciones geológicas que se puedan hacer con estudios de cometas y meteoritos. Sin embargo, como todo lo multidisciplinario, también es difícil y desafiante”.
Para Eduardo Bendek es válido preguntarse el valor para Chile de explorar el espacio:
“Pero sin duda nos sirve mucho insertarnos en esta comunidad de exploración espacial, ser parte de ella, luego convertirnos en miembros del equipo y de manera orgánica llegar a formar parte de las grandes misiones que explorarán el sistema solar”, concluye.
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