La investigación multidisciplinaria abarcó un período que va desde 1993 hasta 2021 y constató una fuerte influencia sobre el sistema marino.
Una reciente investigación publicada en la revista Scientific Reports dio cuenta de un significativo decrecimiento de los caudales mínimos en seis ríos de la región de los Lagos y Aysén, además de una menor influencia de agua dulce y un aumento de la temperatura en la capa superficial del sistema costero.
La investigación abarcó analizó los cambios a escalas semanal, mensual y estacional de los ríos Petrohué, Puelo, Yelcho, Palena, Cisnes y Aysén entre los años 1993 hasta 2021. El trabajo fue liderado por Jorge León-Muñoz, investigador de la de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC). En él, participaron científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR) de la Universidad de Concepción(UdeC) y del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP).
“Los resultados son concluyentes: los ríos descargan un altísimo volumen de agua dulce al sistema costero de la Patagonia norte de Chile, más de 7.300 m3/seg, aporte que se puede asimilar con la capacidad diaria de transporte de 21 millones de camiones aljibes. Sin embargo, durante las últimas tres décadas, el comportamiento de estos ríos ha cambiado notablemente, sus caudales de verano y otoño son cada vez más bajos y la temporalidad de sus descargas máximas y mínimas ha migrado, por ejemplo desde invierno a primavera en ríos como el Puelo”, afirmó León-Muñoz.
Según detalla el oceanógrafo del Centro IDEAL y co-autor del estudio, José Luis Iriarte, las regiones de Los Lagos y Aysén, “poseen importantes ríos con grandes caudales presentes en sus cuencas y con fuerte influencia en el ambiente marino costero y oceánico. Ambas regiones además han presentado en la última década importantes cambios en el ciclo hidrológico, como la disminución de precipitaciones de lluvia; y criosférica, es decir, mayor derretimiento de glaciares de montaña y costeros”.
El estudio pone en evidencia un cambio en el ciclo hidrológico generado por una menor magnitud de precipitaciones, una disminución de los vientos y una mayor radiación principalmente en los meses de verano. Según Iriarte, también académico del Instituto de Acuicultura de la UACh, “las características reveladas y cuantificadas en este estudio han sido asociadas a una mayor ocurrencia de eventos de Floraciones Algales Nocivas (FAN’s) durante el período de verano”.
En la investigación se incorporaron distintas metodologías. Se trabajó a través de observaciones en terreno, series de tiempo hidrológicas, modelos hidrológicos, datos obtenidos por satélite y procesos de reanálisis. Todo ello para responder preguntas ecosistémicas de mayor escala especial y temporal.
“Este es un producto científico que debe ser usado por la gobernanza para establecer políticas de mitigación y adaptación frente a estos rápidos cambios que están ocurriendo en las cuencas de la Patagonia con una gran incertidumbre de la dirección que tomarán las valiosas funciones ecosistémicas de esta extensa región”, concluye Iriarte.
El estudio puede ser leído aquí.
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