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Analizaron asentamientos humanos en el norte de Chile: “Una emocionante nueva etapa” CULTURA|CIENCIA Crédito: Cedida

Analizaron asentamientos humanos en el norte de Chile: “Una emocionante nueva etapa”

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“Antes, estos registros eran solamente restos de artefactos arqueológicos utilizados en el diario vivir. Con este tipo de mediciones (biogeoquímicas) podemos hilar mucho más fino”, comentó un científico.


Un grupo de científicos chilenos analizó asentamientos humanos en el norte de Chile.

El resultado de la investigación fue publicado en el artículo “Herramientas biogeoquímicas para revelar asentamientos humanos tempranos en la costa oeste Sudamericana”.

Allí participaron Sergio Contreras y Matías Frugone (actualmente en la Universidad de Tarapacá), ambos del Departamento de Química Ambiental de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), en un trabajo colaborativo junto a la académica del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, Carolina Belmar, que acaba de obtener fondos para continuar su investigación.

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Hallazgos e importancia

Sobre los resultados, el proyecto encontró huellas humanas que están relacionadas con los primeros asentamientos humanos en Chile central. También, se relacionan a la presencia de megaherbívoros como los gonfotéridos, caballos extintos y cérvidos.

“Lo más probable es que los humanos se asentaron en este lugar conviviendo con estos grandes animales en el sector de Tagua-Tagua, mientras grandes cambios climáticos como sequías e inundaciones ocurrían hace más de 12 mil quinientos años”, enfatizó Frugone.

Sobre la importancia del estudio, se trata de complementar y confirmar interacciones de humanos y ambientes basados en registros arqueológicos tradicionales.

“Investigaciones de registros biogeoquímicos de humanos en la antigüedad en Sudamérica están entrando en una emocionante nueva etapa. Antes, estos registros eran solamente restos de artefactos arqueológicos utilizados en el diario vivir. Con este tipo de mediciones podemos hilar mucho más fino”, comentó Contreras.

Con el uso de estas técnicas, se puede encontrar más información y corroborar teorías e incluso generar nuevas hipótesis para saber más sobre las culturas del pasado.

“Por ejemplo, nuestras migraciones se debieron al cambio climático o a los cambios de precipitación o quizás a hambruna o peleas entre los grupos. Lo que sabemos está solamente basado en registros discretos en el tiempo”, expresó el académico.

El uso de las herramientas biogeoquímicas permite recabar información ambiental y relacionarla directamente con eventos descritos de manera arqueológica. El estudio de asentamientos humanos utilizando este tipo de herramientas está empezando a entrar en una nueva fase de investigación en Chile y Sudamérica.

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Publicación

Esta investigación fue publicada en una revista de divulgación científica llamada Past Global Changes (PAGES), la cual es parte de un proyecto internacional con base en Europa (https://pastglobalchanges.org/), que coordina y promueve la investigación para entender los cambios pasados de la Tierra con el objeto de obtener mejores predicciones del clima y ambiente futuro e informar estrategias para la sustentabilidad.

Este estudio contó con la participación de la investigadora postdoctoral Carolina Godoy de la Pontificia Universidad Católica de Chile, laNatalia Viña y el biólogo marino Felipe Luna; ambos graduados de la UCSC y Horacio Ramírez, Magíster en Arqueología de la Universidad de Chile.

La revista realizó un llamado a enviar artículos para una edición especial llamada “Early human traces: Landscape openness proxies across space and time”, convocando a investigadores de todo el mundo que estuvieran realizando estudios ligados al tema.

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Ácidos esenciales

En particular este artículo se enfocó en el uso de compuestos orgánicos, como ácidos grasos y esteroles, en el estudio de la movilidad de los primeros asentamientos humanos en el norte de Chile y sobre los tipos de alimentación. La idea es aportar a los estudios arqueológicos.

La investigación se centra en la medición de ácidos grasos esenciales, aquellos que el organismo no puede sintetizar, por lo que tiene que ser obtenidos a través de la dieta; y de esteroles de origen animal y vegetal. Ambos tipos de compuestos, ácidos grasos y esteroles permiten develar características de las interacciones humano-ambiente.

En humanos, la evolución de la historia de vida, inteligencia y expectativas de vida, junto con la coevolución de la fisiología, psicología y comportamiento, están estrechamente ligada a la dieta y los métodos de adquisición de alimento.

“Por lo tanto, estudiar estos compuestos orgánicos, que no han sido muy utilizados en sitios arqueológicos tan famosos como la Pampa del Tamarugal, Tagua-Tagua y Batuco, abren una nueva ventana a la historia de los asentamientos humanos a lo largo de Chile, sobre todo cuando el registro arqueológico de cerámica, utensilios o artefactos líticos es escaso”, comentó Contreras.

Una línea del estudio incluyó diferenciar por medio de esteroles los tipos de vegetación y cambios de vegetación en el pasado. Otra línea se orientó hacia los restos orgánicos impregnados en cerámicas para analizar la dieta y alimentación.

“Los ácidos grasos de un herbívoro son diferentes a los de un carnívoro y las plantas generan ácidos grasos muy particulares que se pueden trazar en diferentes matrices ambientales. Por lo tanto, al analizar las vasijas cerámicas se puede obtener una idea de qué comieron los humanos del pasado y ver cómo se vinculan con la misma tecnología cerámica usada para su preparación”, agregó Carolina Belmar.

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