
Astrónoma chilena alerta que INNA afectaría al menos tres proyectos de la astronomía internacional
Priscilla Nowajewski participará este sábado en una charla en Puerto de Ideas Antofagasta. “Chile tiene condiciones unicas en el mundo para la astronomía observacional, por lo que es muy necesario mantener estas condiciones para que la astronomia se pueda seguir desarrollando”, señala.
La astrónoma Priscilla Nowajewski es una de las invitadas destacadas de Puerto de Ideas Antofagasta, que se realiza en el puerto hasta el domingo.
La científica participará este sábado, a las 15:30 horas, en la charla “El futuro de la astronomía”, junto a sus colegas Teresa Paneque y María Teresa Ruiz, con la periodista Francisca Jacob, en la Sala Eloísa Diaz del Sitio Cero en el Puerto Antofagasta (Av. Grecia s/n).
Allí conversarán sobre los desafíos de la astronomía en la próxima década y el papel clave de ALMA en la exploración del universo. Abordarán avances como el Wideband Sensitivity Upgrade (WSU), que potenciará las capacidades del observatorio, y discutirán cómo el cambio climático impacta la astronomía.
Además, compartirán sus experiencias para inspirar a más mujeres en las áreas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) y acercar la ciencia a nuevas generaciones.
Desafíos
“En general los desafíos de la astronomía los dan los propios descubrimientos astronomicos, ya que para ver cada vez más lejos y con más resolución, necesitamos más tecnología, por lo tanto siempre el desafío y el gran aporte de la astronomía, es la creación de tecnología”, anticipa la científica.
“Sin embargo, hay dos cosas que pueden estar complicando un poco más las cosas, ya que hoy en dia tenemos una gran cantidad de satélites que se están enviando al espacio, si bien ayudan enormemente a mejorar la conectividad, el satélite en movimiento es contaminación para las observaciones astronomicas, que es muy dificil de eliminar y que al pasar en el momento que se está observando, obstruye la información que el instrumento logra obtener de ese objeto celeste lo que claramente es un problema”.
Por otro lado, está el “gran desafío de entender como nos va a afectar el cambio climático, ya que el aumento de temperaturas esta asociado con un aumento en el vapor de agua, lo cual podría generar un problema a los observatorios que requieren muy bajos niveles de humedad”.
“De hecho esta es la razón de por qué en Chile hay tantos observatorios, principalmente las buenas condiciones de observación, con mayor cantidad de dias despejados. Sin embargo, necesitamos seguir investigando”.
Trayectoria
Nowajewski es experta en dinámica atmosférica y análisis de datos. Con un doctorado en fluidodinámica, su investigación abarca desde las atmósferas planetarias hasta la habitabilidad en Marte y los efectos del cambio climático en el altiplano chileno.
“Decidí estudiar ciencias cuando estaba terminando el colegio. Creo que tuvo que ver mucho el boom de peliculas y series que habia en los 90s que hablaba de la posibilidad de que existiera vida en otros planetas y eso me fascinó”, cuenta.
“Así que quise ser astrónoma y luego complementarlo con climatología para poder estudiar atmósferas de otros planetas, ya que esto tenía relación con la posibilidad de habitar otros planetas”.
El papel de ALMA
Actualmente, trabaja en el observatorio ALMA, donde desarrolla sistemas innovadores de pronóstico meteorológico y automatización de procesos. Fundadora del capítulo chileno de The Mars Society, organización que impulsa estudios sobre Marte a nivel mundial, Priscilla combina su pasión por la divulgación científica con su compromiso de inspirar a nuevas generaciones en STEM. Su trayectoria ejemplifica la resiliencia y la curiosidad que impulsa la exploración del universo y la protección del planeta.
“ALMA es el observatorio radioastronomico más grande del mundo, tenemos la suerte de que esté ubicado en Chile gracias a las excepcionales condiciones de sequedad que tenemos en el altiplano. Eso permite que estemos viendo desde la superficie de la Tierra, como si estuvieramos en el espacio”, destaca.
Cuenta que esto, junto a las 66 antenas que están en el observatorio, permite obtener imágenes pioneras de regiones del universo frio que solo es posible observar en ondas de radio.
Estas incluyen zonas de formación de estrellas, las primeras imágenes de sistemas protoplanetarios, es decir donde se forman planetas, ver con mayor detalle las capas atmosféricas de los planetas más fríos de nuestro sistema solar, y encontrar moléculas organicas que pueden tener relación con la vida en la Tierra, destaca.
“Y sobre todo aportar en colaboraciones a nivel mundial como el EHT (Event Horizon Telescope) que permitió observar por primera vez un agujero negro, observación que seguimos realizando todos los años en estas fechas con ALMA”.
Peligros
La astronomía chilena además ha estado en los titulares en los últimos días por la controversia generada entre el megaproyecto de hidrógeno y amoniaco verde INNA, impulsado por AES Andes con una inversión estimada de US$10.000 millones, que es rechazado debido a su cercanía con instalaciones del Observatorio Austral Europeo (ESO).
“Chile tiene condiciones unicas en el mundo para la astronomía observacional, por lo que es muy necesario mantener estas condiciones para que la astronomia se pueda seguir desarrollando”, señala la científica.
“Imaginate que hay muchos investigadores internacionales que sueñan con poder venir a observar, a conocer los cielos que tenemos en persona y por supuesto postulando a tiempo de investigación para usar los telescopios, ya que no van a encontrar las mismas condiciones en otro país”.
En ese sentido, señala que INNA lamentablemente plantea un problema, “no solo desde el punto de vista de contaminación lumínica, si no que también para la humanidad, ya que estaría afectando al menos tres proyectos que ya aportando al desarrollo de la astronomía internacional”.
“Es super importante mencionar en esta era del big data, donde en nuestro lenguaje cotidiano mencionamos el uso de ‘datos’, que gran parte de ese desarrollo tuvo mucho que ver con la astronomía, dado que los observatorios general grandes cantidades de información que había que trabajar de alguna forma”.
Ello pudo ser algo muy abstracto al principio, “pero actualmente es parte de nuestros trabajos y de nuestro lenguaje, ‘sacamos información en base a datos’ y ese desarrollo es principamente producto de la astronomía”.
Búsqueda de planetas habitables
Otra de las labores astronómicas claves es la búsqueda de vida en otros planetas, también para una posible colonización futura.
“La vida es un proceso complejo y lo que nos ha enseñado nuestro planeta, es que requiere de condiciones muy estables en su vecindario. De hecho, nuestro planeta es el único que tiene vida según lo que sabemos actualmente y es esa información la que estamos extrapolando a otros sistemas planetarios”, explica la especialistas.
Explica que para ello primero se buscan planetas que tengan una estrella de baja actividad y que el planeta esté lo suficientemente lejos para que su atmósfera no se evapore.
Luego, el planeta debe estar ubicado en la Zona Habitable de la estrella, es decir el lugar donde el agua puede estar en estado líquido.
“Estas son las condiciones mínimas, pero si además vemos nuevamente nuestro planeta, tenemos un detalle adicional y es que nuestra Luna ayuda a estabilizar el clima de la Tierra, esto gracias a que está en la zona habitable del Sol y el Sol es una estrella bastante tranquila, es en parte lo que nos ha permitido estar aquí ahora”.
Y agrega otro punto importante que hay que destacar: es que la vida también modifica su propio ambiente para hacerlo habitable, y fue lo que pasó en la Tierra, ya que la vida ayudó a modificar la atmósfera, junto a varios procesos atmosféricos a lo largo de millones de años, que finalmente permitió que “hoy estemos aquí”.
Estudio a la distancia
¿Pero cómo se estudian las condiciones de los planetas que están a años luz de distancia?
“Bueno, hay distintas técnicas que se usan para detectar y luego caracterizar los planetas encontrados. En todo ellos, lo que se hace principalmente es observar las estrellas, ya que si esta se bambolea -velocidad radial- o disminuye su luz en el tiempo -tránsito-, tenemos un indicador de la existencia de un planeta”, responde.
Cuenta que los telescopios espaciales Kepler y TESS estuvieron por mucho tiempo escudriñando el cielo, observando estrellas para ver posibles cambios en su comportamiento, y que también desde Chile se ha contribuido con el telescopio La Silla, que está actualmente dedicado al estudio de exoplanetas. Gracias a estos esfuerzos se ha confirmado la existencia de más de 5000 planetas fuera de nuestro sistema solar, destaca Nowajewski.
Luego de indentificados, se pasa a la fase de caracterización, donde por ejemplo durante los tránsitos, la luz de la estrella que alberga al planeta atraviesa su atmósfera, y dependiendo de los gases presentes, algunas longitudes de onda de luz son absorbidas más que otras. Esto funciona como una “huella química” única para cada molécula, explica.
Telescopios como el James Webb Space Telescope (JWST) son fundamentales para este trabajo en el espacio, mientras que ALMA, ubicado en el desierto de Atacama en Chile, juega un papel crucial desde la superficie terrestre.
“ALMA, nos ha permitido permite observar la formación de sistemas planetarios y también detectar moléculas complejas que tienen relación con la vida en la Tierra, en estos planetas muy distantes”.
En ese sentido, “es el trabajo colaborativo entre telescopios espaciales y observatorios terrestres lo que está revolucionando nuestra comprensión del universo”.
Colonización de Marte
A mediano plazo, donde hay más expectativas es en la colonización humana de Marte. ¿Es posible que la humanidad se instale allí de forma duradera en el futuro?
“Me encanta esta pregunta, yo estoy muy convencida que pronto vamos a ir a Marte. De hecho, volver a la Luna es un paso muy importante para ir a Marte, ya que la etapa tres de la misión Artemisa ya plantea la exploración de la Luna en el 2027 y luego viene la construcción de los asentamientos lunares”.
Nowajewski subraya que esto es algo que ya se está haciendo, y que de hecho en el 2024 Chile firmó los tratados de Artemis, lo cual permite al país ser parte del regreso de los humanos a la Luna.
Por otro lado, vivir en Marte es tremedamente desafiante, no imposible y es por eso que aún se necesita más desarrollo tecnológico, ya que el planeta carece de muchos de los beneficios naturales que existen en la Tierra, comenta.
“Marte carece de campo magnético global, lo que expone a los explorados a niveles de radiación que aumentarían significativamente el riesgo de cáncer y daño celular a largo plazo. Es por esto que en general se sugieren asentamientos subterráneos; la atmósfera se compone principalmente de dióxido de carbono y tiene menos del 1% de la presión terrestre, por lo que es necesario tener asentamientos y trajes presurizados y sellados, lo que obviamente obliga a depender de soportes vitales artificiales, lo mismo que en la Luna”, dice.
Además dice que hay que pensar en el uso de recursos naturales, para crear el asentamiento es necesario utilizar materiales que estén disponibles en Marte. Hay agua bajo la superficie de Marte, por lo tanto hay que pensar primero en como extraerlo, para luego consumirlo. También la temperatura global de Marte es de -60ºC, lo que provoca fallas incluso en los sistemas electrónicos, razón por la cual la mayoria de los instrumentos presentes actualmente han amartizado en zonas ecuatoriales, donde la oscilación térmica es menor, explica.
Y por supuesto, la distancia va a obligar que existan protocolos y mecanismos en Marte que permitan solucionar los problemas internos, ya que el viaje más corto a Marte puede tomar alrededor de 7 meses, según la astrónoma.
“Hace poco me leí el libro ‘Artemis’ de Andy Weir, el mismo autor de “El Marciano” y me llamó mucho la atención los detalles que implican trabajar en condiciones a las que no estamos acostumbrados, ¿cómo nos movemos con poca gravedad?, ¿cómo evitamos incendios otro entorno? Piensen que es lo mismo que estar dentro de la estación espacial internacional, donde no puedes salir corriendo fuera de la estación si se te llena la cápsula de humo”.
Además “nuestros cuerpos no están acostumbrados a ese entorno. Nuestro cuerpo está diseñado para vivir bajo las condiciones de gravedad de la Tierra y sobre todo respirar el aire de la Tierra, si necesidad de elementos externos”.
“Lo mejor de todo esto, es que probablemente lo alcance a ver, ya que estoy convencida de que todo el desarrollo espacial que estamos viviendo, todo esta nueva industrial espacial, nos va a permitir ver este hito histórico, tal vez antes de lo que pensado y me encanta saber que desde Chile podemos estar aportando también a la historia espacial”.
Fomento a la infancia
En ese sentido, para la científica es clave acercar la ciencia a las nuevas generaciones, especialmente a las niñas.
“Creo que uno de los deberes que tenemos como científicos, es que la información que generamos no quede entre cuatro paredes. Necesitamos divulgar, comunicar lo que hacemos y sobre todo mostrar el impacto de lo que hacemos en el dia a dia de cualquier persona”, dice.
Parte importante del trabajo que hace en ALMA es divulgación y para eso usa redes sociales, da charlas a colegios, buscando también la inclusión de colegios con persons con discapacidad, también proximamente le toca dar una charla a adultos mayores y así.
“Creo que es un trabajo que es necesario, ya que acá trabajamos descubriendo el universo y eso es fascinante, creo que se nos nota cuando hablamos de nuestro trabajo”.
Personalmente, Nowajewski está muy involucrada en ayudar a todo aquellos que estén interesados en las ciencias, no solo desde la divulgación científica, sino que también como mentora.
“Fui mentora en Space4women (UNOOSA), Europlanet Society, para ayudar a mujeres fuera de Chile a concretar sus estudios en ciencias y el año pasado me formé como mentora del programa PROVOCA, para ayudar a mujeres y ahora hombres también, a que se atrevan a explorar este camino de las STEM”, concluye.
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