CULTURA|OPINIÓN
El libro se presenta como una novela escrita con el aliento del desahogo, que aborda la realidad de la precaria salud mental en Chile, con un lenguaje directo y confesional, que busca visibilizar de forma clara una problemática colectiva y personal que afecta de forma transversal a la sociedad. Un testimonio revelador, que viene desde lo más íntimo para volverse colectivo.
“Bitácora del Desamparo” de Cristina Larrrain Heiremans, novela publicada por Cuarto Propio en Abril de 2022, nos relata en primera persona y usando la estructura del verso, cómo un diagnostico desconocido afecta la vida cotidiana de una familia, donde las expectativas y proyecciones cambian profunda y paulatinamente en la búsqueda de soluciones y tratamientos para los conflictos generados al sobrellevar este proceso que afecta más allá del paciente, a todo su entorno.
José, el hijo menor, ha sido diagnosticado con una “patología”. Este se es el enigmático comienzo de un camino desconocido que se va narrando como una reflexión intima, en la soledad y el desconcierto de una madre que trata de entender la frialdad y la indiferencia de los términos médicos que buscan nombrar el problema de su hijo. Un desorden psiquiátrico, es lo que da origen a esta bitácora de lo que podría llamarse un viaje suspendido en el tiempo. El testimonio de un camino de avances y retrocesos, de una vigilia permanente y vertiginosa, que devela la precariedad que impera en términos de salud mental en Chile.
Si bien la novela se desarrolla dentro en un contexto familiar con los recursos económicos necesarios para poder costear los gastos que implica una patología de este tipo, el sistema privado de salud. En Bitácora del Desamparo se devela la carencia de programas integrales para el tratamiento, la ausencia espacios, la falta de asistencia y aceptación para personas con percepciones diferentes puedan integrarse socialmente. Esto hace pensar rápidamente ¿Entonces cuál es el nivel precariedad de la asistencia pública frente a estas mismas necesidades?
El carácter testimonial de la novela denuncia la incompetencia de un sistema de salud que funciona de manera transversal como el Retail, transformando un servicio a la comunidad en un bien de consumo, donde no importa el paciente ni su entorno, sino que el dinero que éste pueda aportar a clínicas sin escrúpulos y médicos sin vocación.
Este desamparo transversal en el plano social se traduce en una desintegración del tejido familiar, que busca con desesperación asimilar este nuevo contexto para contener al José, y los obliga a caer en falsas promesas de sanación y embaucadores. Si en una realidad donde el bien estar económico es incapaz de lidiar con la mercantilización de un sistema de salud privado, provocando un daño irreparable en el paciente y su entorno, para una realidad familiar precarizada estos efectos son devastadores.
Dentro de este panorama desolador de la salud mental aparece la figura de la madre cuidadora, que ve cómo se van cerrando opciones, víctima del rechazo y la soledad, mientras se apaga el potencial José y las posibilidades de su desarrollo debido a las crisis, la reclusión e incomunicación.
Larraín da un testimonio de la confusión y el dolor que se generan entre el compromiso incondicional del cuidado y el hastío, como parte del camino hacia la comprensión de esta nueva realidad personal y familiar, haciendo evidente la relevancia del rol del cuidado dentro de un modelo de salud de mercado, un rol que mayoritariamente es sostenido por las mujeres y que se encuentra en completo abandono.
Así “Bitácora del Desamparo”, se presenta como una novela escrita con el aliento del desahogo, que aborda la realidad de la precaria salud mental en Chile, con un lenguaje directo y confesional, que busca visibilizar de forma clara una problemática colectiva y personal que afecta de forma transversal a la sociedad. Un testimonio revelador, que viene desde lo más íntimo para volverse colectivo.
Cristina Larraín, sobrina del dramaturgo Luis Alberto Heiremans, estuvo desde pequeña ligada al mundo de las artes. Con estudios de Literatura y Pedagogía en Castellano, la autora se formó también en Antroposofía y realiza talleres biográficos-literarios. Editó muchos textos, manuales y guiones relacionados con el tema de la mujer y del consumo. El año 2014 editó Cartas a mi madre (RIL Editores), donde recopila las cartas que Heiremans –de quien es albacea– le escribió a su madre en los períodos que pasaba fuera de Chile. Bitácora del desamparo (Cuarto Propio, 2022) es su primera obra de narrativa.
