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De Nora Gregor a Raúl Ruiz: Chile en la VIENNALE CULTURA|OPINIÓN

De Nora Gregor a Raúl Ruiz: Chile en la VIENNALE

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Eduardo Labarca
Por : Eduardo Labarca Autor del libro Salvador Allende, biografía sentimental, Editorial Catalonia.
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Al abandonar la sala de la VIENNALE austríaca de 2008 en que se proyectó una retrospectiva de sus películas que incluía la cinta chilena, sentí que Nora me tiraba de la manga, deseosa de que reivindicara su figura en nuestro país, empeño en el que me he dado cabezazos contra un murallón.


Coincidiendo con los cincuenta años del golpe militar y la muerte de Salvador Allende, la VIENNALE, el festival cinematográfico que congrega a miles de espectadores en las salas de cine de la capital austríaca, ha arrancado este año con una fuerte presencia chilena.

Hasta el 31 de este mes, a lo largo de dos semanas, la VIENNALE nos permitirá ver o rever innumerables películas de Raúl Ruiz así como Huellas de Valeria Sarmiento, El Chacal de Nahueltoro de Miguel Littin, La memoria obstinada de Patricio Guzmán, Valparaíso mi amor de Aldo Francia, A Valparaíso de Joris Ivens y Chris Marker y obras de Ignacio Agüero, Álvaro Covacevic, Sebastián Lelio, Angelina Vásquez, Pablo Perelman, Marilú Mallet, Gloria Camiruaga, José Luis Torres, Marialy Rivas, Cristián Sánchez.

Plato de fondo es una mega retrospectiva de Raúl Ruiz que, además de la muestra ofrecida por la VIENNALE, se prolongará hasta el 10 de enero en el Filmmuseum de Viena con la proyección de una treintena de películas dirigidas por él en Chile, Francia, Portugal, EE.UU., Austria y otros países y que representan aproximadamente un tercio de su prolífica producción.

Varias de esas películas han sido rescatadas por su viuda, la destacada cineasta Valeria Sarmiento, como es el caso de Diálogos de exiliados y El realismo socialista, filmadas por Ruiz en París poco tiempo después del golpe. Valeria Sarmiento concurre personalmente a esta VIENNALE a presentar también sus propias obras.

Mientras voy de un cine a otro para no perderme ninguna de las películas chilenas –a veces tres el mismo día– mi memoria retrocede quince años a la VIENNALE de 2008, ocasión en que pude ver una película “chilena” de factura absolutamente distinta a las que están hoy en cartelera.

Ese día me topé por primera vez con Nora Gregor, la más grande actriz austríaca de la primera mitad del siglo XX, consagrada en Europa y en Hollywood, que vivió y protagonizó en Chile su última película, y falleció y está sepultada en nuestro país. ¿Por qué los chilenos jamás le hemos rendido un homenaje? He aquí su historia.

Eleonora Hermina Gregor, Nora Gregor, nacida en Görz, ciudad austríaca que tras la Segunda Guerra pasará a formar parte de Italia con el nombre de Gorizia, canta, recita, baila y actúa desde niña, y a los veinte se convierte en la estrella del Burgtheater de Viena en los más diversos papeles, sumando en su vida una treintena de películas.

Representa a la pícara princesa Zamikoff en “Michael”, película muda del alemán Theodor Dreyer, primera de tema homosexual. En Hollywood actúa en cintas en alemán cuando, antes de que existan el doblaje y los subtítulos, un mismo guion se filma en inglés y otros idiomas con distintos elencos. Recorre los Estados Unidos al volante de un Chrysler espectacular y actúa en teatro en inglés con Douglas Fairbanks Jr.

Entre Nora y el príncipe Ernst Rüdiger von Starhemberg, líder de los nacionalistas austríacos, surge un romance clandestino y ella da a luz a Heinrich, futuro cineasta austro-chileno. Hay divorcio del príncipe y boda en los bosques de Viena, y la diva se convierte en princesa Eleonora Hermina von Starhemberg. Hitler se anexa Austria, los nazis tildan al príncipe de “traidor” y a Nora de “despreciable judía”, y la familia huye a Francia.

En París la princesa Von Starhemberg traba amistad con la chilena Blanca Vergara de Errázuriz, matriarca de los Vergara de la Quinta de Viña del Mar. El director Jean Renoir concede a Nora el papel protagónico en su película La Règle du jeu (La regla del juego), obra clásica del cine moderno. Hitler invade Francia y von Starhemberg escapa a la Argentina, donde en la sierra de Córdoba lo acoge su amigo Fritz Mandl, traficante de armas vinculado a Perón. Nora conduce su auto hacia el sur a través de Francia y España entre miles de fugitivos y en Portugal se embarca con su hijo rumbo a la Argentina, donde el príncipe los espera.

Confinada en la sierra de Córdoba, lejos de los escenarios y las cámaras, Nora se deprime, hasta que Blanca Vergara la invita a Viña del Mar y la instala con Heinrich en una elegante casita dentro de la Quinta, y llega el golpe de suerte. Varios cineastas franceses que han huido de la ocupación alemana hacia la Argentina cruzan la cordillera a filmar una película en los estudios de Chile Films y los campos del sur.

Enterado el director Jacques Rémy de la presencia de Nora, le ofrece el papel de una dama septuagenaria, madre del galán que regresa desde Francia. La película, con escenas campestres de los años 40, de considerable valor patrimonial, se filma en francés y Nora ratifica su virtuosismo con los idiomas. El film se estrenará en Santiago en 1946 con el título Fruta mordida y será rescatado y transmitido por la televisión francesa en 1996 como Le Moulin des Andes, el molino de los Andes.

En 1949 Nora Gregor viaja de Viña del Mar a Santiago a reunirse con el príncipe que vendrá desde Argentina. Sin embargo, fallece inesperadamente en el Hotel Crillón a los 47 años: ¿suicidio? La gran actriz es sepultada en el Cementerio Católico de Santiago, en la cripta de la familia Vergara, con la inscripción: “NORA GREGOR – PRINCESA STARHEMBERG”.

Yo, autor de esta crónica, al abandonar la sala de la VIENNALE austríaca de 2008 en que se proyectó una retrospectiva de sus películas que incluía la cinta chilena, sentí que Nora me tiraba de la manga, deseosa de que reivindicara su figura en nuestro país, empeño en el que me he dado cabezazos contra un murallón. Pero, ¡eureka!, existe una Cineteca Nacional que debiera conseguir una copia de la película en la Cinemateca Francesa o en el Filmmuseum de Austria. El director de la Cineteca, Ignacio Aliaga, no se interesó; con la directora siguiente, Mónica Villarroel, no llegamos a nada; el actual director, Marcelo Morales, quedó de llamarme por teléfono…

Se argumenta que la Cinemateca Francesa está restaurando la película, pero cuando la proyectaron en Viena se veía impecable y una restauración no puede prolongarse tantos años. Los agregados culturales de Chile en París o en Viena podrían, entre cóctel y cóctel, mover los palillos y conseguir una copia.

Con excepción de la lápida de mármol del cementerio santiaguino, ante la cual me recogí años atrás, nada recuerda en Chile a esta princesa cuya fuga por el mundo acabó en nuestro país. El tema daría para libros, reportajes, tesis doctorales, un documental. Ni siquiera la Embajada de Austria, con la que he tomado contacto varias veces, le ha dedicado una placa o depositado flores en su tumba.

La única copia de la película existente en Chile la trajo de Francia en cinta VHS grabada desde la televisión la académica Mariana Vial. A esa copia le sacamos otra en un DVD que tengo a mi lado y me doy el lujo de ver de vez en cuando para no ser ingrato contigo, nuestra olvidada Nora Gregor, tú, la grandísima actriz que un día confiaste en Chile y en nosotros los chilenos.

Así, ante la abundante cartelera de películas chilenas de esta VIENNALE 2023, los nombres de Raúl Ruiz –“Raoul” en los créditos de sus películas francesas– y de Valeria Sarmiento y de tantos cineastas chilenos se alían en mi espíritu al nombre de Nora Gregor, con la que Chile sigue estando en deuda.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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