La ONU invita a que cada 11 de febrero se reconozca el papel clave que desempeñan las mujeres en la ciencia y la tecnología, apoye a las mujeres investigadoras y al mismo tiempo, promueva el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en todos los ámbitos.
No es cierto que existan áreas del conocimiento que sean solo para hombres y otras solo para mujeres. No hay ninguna razón para que niñas que quieran ser ingenieras, físicas o filósofas no puedan serlo. Avanzar en romper estereotipos, barreras y prejuicios de género en ciencias, tecnología, conocimiento e innovación es una tarea de todas y todos para avanzar en justicia social.
Las niñas y los niños son curiosos por naturaleza. Siempre preguntan por qué ocurre algo que observan a su alrededor y que les llama la atención. Esa observación, la generación de preguntas y posteriores respuestas, son pensamiento científico. Es lo que un investigador o una investigadora hacen a diario. Incorporar ese pensamiento científico a nuestra vida implica que seremos críticos con lo que ocurre a nuestro alrededor, que estamos pendientes de lo que pasa y que estamos haciéndonos preguntas constantemente.
El interés por un área del conocimiento, una disciplina o por conocer en general surge en las primeras edades. Y también es en las primeras edades donde se comienzan a establecer roles de género que pueden marcar la vida de una persona. La baja cantidad de mujeres en áreas de ciencias, ingeniería, tecnología y matemáticas es consecuencia de la reproducción de roles de género, así como también lo es la mayor cantidad de mujeres en áreas tradicionalmente asociadas a los cuidados, como las ciencias de la salud. Por lo tanto, es relevante que desde las primeras edades mostremos a niñas y niños que las disciplinas no tienen género.
Es por eso que la Asamblea General de las Naciones Unidas -desde el año 2015- invita a que cada 11 de febrero el mundo reconozca el papel clave que desempeñan las mujeres en la ciencia y la tecnología, apoye a las mujeres investigadoras y al mismo tiempo, promueva el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en todos los ámbitos del conocimiento y especialmente en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Nuestro ministerio cuenta con un programa para las primeras edades, Programa de Indagación para las Primeras Edades (PIPE), que precisamente busca potenciar la curiosidad innata de las niñas y los niños que asisten a los jardines infantiles. Se trata de una propuesta metodológica orientada a desarrollar competencias en los equipos pedagógicos para la valoración de la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación en niñas y niños de 2 a 6 años, despertando su curiosidad y asombro por el mundo que les rodea. Más allá de si en el futuro se dedican o no a la investigación, el pensamiento científico humanista permite que las niñas y niños desarrollen su potencial, el pensamiento crítico, su curiosidad y sean ciudadanas y ciudadanos reflexivos, partícipes de la construcción de la sociedad.
Nuestro foco está en la igualdad sustantiva de género. En marzo presentaremos la actualización de la Política Nacional de Igualdad de Género en CTCI y, a través de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), estamos implementado algunas medidas que buscan equilibrar las condiciones entre hombres y mujeres, como la paridad en becas y una mayor asignación de puntaje a algunos proyectos que cuenten con mujeres directoras.
Además, para fortalecer la institucionalidad en materia de género en el ámbito de las I+D+I+e en las universidades chilenas acreditadas, hoy 28 universidades cuentan con proyectos InES de Género.
Estamos trabajando para que las niñas y mujeres puedan acceder, permanecer y desarrollar todo su potencial en las diversas áreas de las ciencias y los conocimientos, y lo seguiremos haciendo con fuerza para una ciencia y conocimientos con todas.