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“Polka del perro”: Pisagua, una historia insumergible CULTURA|OPINIÓN

“Polka del perro”: Pisagua, una historia insumergible

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Juan Ignacio Colil
Por : Juan Ignacio Colil Ha publicado los libros de cuentos: “8cho relatos” (EDEBÉ, 2003), “Al compás de la rueda”(Das Kapital, 2010) y las novelas “Lou” (Magoeditores, 2007), “Tsunami” (Das Kapital, 2014), “El reparto del olvido” (Lom, 2017), “Los muertos siempre pueden esperar” (Raíz de dos, 2017, Argentina), “Un abismo sin música ni luz” (JPM Ediciones, España 2017 y Lom Ediciones, Chile, 2019), “Espejismo cruel” (Los perros románticos, 2021, Chile) además publicó las novelas infantiles “Bajo el Canelo” (Edebe 2012) y “Zumbidos y estrellas” (Das Kapital, 2015). Algunos de sus cuentos han sido incluidos en antologías y ha obtenido varios premios de novela y cuento en Chile, España y Argentina.
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La microhistoria de Olmos sirve para ver el Chile de esos años, desde el Golpe de Estado en adelante, el carácter heroico de algunos, lo deleznable de otros, como una rueda que gira y gira y asistimos a los mismos quiebres y aparecen personajes similares, quizás los momentos álgidos de la historia d


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La novela “Polka del Perro” de Rodrigo Ramos Bañados relata la historia de un ex preso del campo de concentración de Pisagua, quien sobrevivió tras ser lanzado al mar desde un helicóptero. Ambientada en los años 90, sigue a un periodista de Iquique que investiga este caso y los montajes periodísticos de la dictadura de Pinochet. El libro mezcla testimonios reales y ficción, abordando temas de tortura, exilio y resistencia, conectando la historia personal del protagonista con los horrores vividos en Pisagua.
Desarrollado por El Mostrador

“Polka del perro” (Lom Ediciones, 131 p, 2023). Es la última novela de Rodrigo Ramos, quien ya ha publicado varias obras como “Ciudad berraca” y “Alto hospicio”. “Polka del perro” nos lleva tras el rastro de un prisionero político de la dictadura, pero también es una novela que nos habla de las relaciones imposibles, de los quiebres entra las generaciones, de la distancia para entender lo sucedido y las dificultades para reconstruir una historia simple. También es una novela que nos habla de Iquique, de Pisagua y de su extensa historia cargada de muertos.

Fernando es un joven periodista que trabaja en un diario en Iquique que está naufragando producto de los vaivenes del mercado, al mismo tiempo la relación con su padre tiene sus oleadas. Nos situamos en el año 2001. Su padre fue un antiguo militante del MIR que sufrió la persecución de la dictadura y que desempeñó un papel clave: estaba a cargo de hacer los documentos para falsificar identidades y de esa forma ayudar a moverse dentro y fuera de Chile a otros militantes perseguidos.

La relación entre ellos no es fluida, el tiempo, la distancia, han hechos sus marcas. En esas conversaciones surge la figura de Olmos; un prisionero político que estuvo en Pisagua y del cual se cuenta que pudo salvar con vida una vez que fue arrojado desde un helicóptero hacia el océano; es esta historia la que comenzará a rastrear Fernando, buceando (para continuar con las figuras náuticas) en las profundidades de las historias escondidas y así verá la luz una serie de personajes.

Entre ellos, el viejo fiscal militar que terminó muriendo abandonado en la calle, el periodista adicto a la dictadura que se puso al servicio de los militares para “blanquear” la historia; el gitano Nikolic que recorría la costa; don Alonso, el viejo periodista que enfrentó la tortura; Greco, un hijo de Olmos que no sabe mucho y sólo está centrado en él y en el fútbol; y el mismísimo Olmos, a quien conocemos por lo que cuentan los demás y también en una escena final, familiar y triste, como diría Soriano. Su figura y su leyenda va siendo armada por fragmentos a partir de los recuerdos de otros; y es así como Olmos es quizás diferente para cada uno.

La microhistoria de Olmos sirve para ver el Chile de esos años, desde el Golpe de Estado en adelante, el carácter heroico de algunos, lo deleznable de otros, como una rueda que gira y gira y asistimos a los mismos quiebres y aparecen personajes similares, quizás los momentos álgidos de la historia desnudan las intenciones.

Otro elemento destacable de esta novela es su escritura cuidada. Son 51 breves capítulos que van desde un párrafo hasta un par de páginas. Cada uno de ellos es una unidad que va hacia el pasado, o vuelve al presente del 2001, se centra en un personaje, en un episodio. Por ejemplo el capítulo 50 que lo leí varias veces: “Antes, el cortejo salió de la casa de don Alonso rumbo al cementerio. Antes, la vecina que reclamaba a Silvia por las escandalosas pesadillas de don Alonso con el campo de concentración, calificó al hombre de bueno y pidió disculpas. Antes, la viuda, sollozando, dio la orden para que sacaran el cajón ocre de la casa. Antes, hubo palabras de despedidas, cuál más emotiva que la otra…” (p.127)

La mención a Isla Podestá y al buzo iquiqueño que descubrió los cuerpos de algunas víctimas de la dictadura, nos llevan a conectarnos con otras novelas que nos hablan de la historia oculta de Iquique. Quizás son solo conjeturas mías, que ando viendo claves secretas en todas partes.

El índice del libro también merece una mención; porque cada capítulo tiene por nombre la frase que lo inaugura, entonces si uno lo lee completo, aparece como un poema con sus saltos y su propio ritmo.

“Polka del perro” es una novela de la cual se entra y se sale por varias partes, pero siempre llega a la historia torcida y escondida de las últimas décadas, escondida apenas por una inocente melodía de piano.

Ficha técnica:

La polka del perro
Rodrigo Ramos Bañado
LOM Ediciones, 2023
138 páginas

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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