Publicidad
“Las tramas ocultas del 18-O”: el enigma sin solución CULTURA|OPINIÓN

“Las tramas ocultas del 18-O”: el enigma sin solución

Publicidad

Carlos Tromben nos muestra -con sumo detalle- el movimiento de los hilos del poder económico -omnímodo la mayor parte del tiempo-, que se las va arreglando para manejar la crisis gracias a sus influencias en todos los terrenos: negocios, autoridades, partidos, organismos de gobierno, congresistas.


“Las tramas ocultas del 18-O”, del escritor Carlos Tromben, asume la compleja tarea de decodificar lo que ocurrió en Chile en la primavera insurreccional que ha sido llamada de diversas formas: estallido, revuelta. Si cumple con este desafío, será responsabilidad de cada lector. Sí hay que decir que acaso el objetivo fuera clarificar qué fue lo que exactamente ocurrió en ese momento de nuestra historia, habría que reconocer que se trata de una meta desmesurada. Sin embargo, el volumen es -sin lugar a dudas- un aporte significativo.

Descifrar las causas, las motivaciones que movieron a sus actores (muy diferentes entre sí), la interpretación de la forma en que se fueron hilando los hechos y la “solución” que se dio a todo el asunto (si es que la podemos considerar como tal), dará trabajo por muchos años a un ejército de historiadores, periodistas, escritores, sociólogos y politólogos (seas quiénes sean esos intrincados personajes). Eso está claro, por ahora.

Un acierto valioso del libro de Tromben es la referencia al argumento del alza de treinta pesos en el boleto del metro como elemento disparador de la crisis el 18 de octubre de 2019. Esto es -citando al notable Alfred Hitchcock- un MacGuffin, o sea un dispositivo que opera como pretexto para disparar la acción desde el mismo inicio de sus películas. Este objeto es misterioso en sí, un secreto que jamás se conoce muchas veces. De alguna manera, se entiende que el alza de los treinta pesos no pudo ser la causa estructural de la rebelión. De hecho, a pocas semanas de la revuelta, ya nadie mencionaba al MacGuffin de los treinta pesos.

Por cierto, surgieron otras explicaciones, varias de ellas abiertamente fantasiosas, como la de Sebastián Piñera, presidente de Chile al momento, que responsabilizó a un poderoso e invisible enemigo, con vínculos en el exterior y profundas raíces en el anarquismo criollo. Esta explicación sirvió para justificar una violenta represión desatada contra los manifestantes, pacíficos en su abrumadora mayoría, como es de público conocimiento. Por cierto, la “primera línea”, que se convirtió en protagonista de las noticias, jugó un rol central.

Otras explicaciones fantasiosas son aquellas vinculadas a la interpretación que la insurrección obedecía a una agudización extrema de la lucha de clases originada por la enorme brecha social y económica causada por el modelo neoliberal. Las masas habrían alcanzado una súbita lucidez (simbolizada en el lema “Chile despertó”), asumiendo esta tesis y con ella la necesidad de una sublevación que debiera conducir a la toma del poder por los oprimidos. Por cierto, los partidos de izquierda cayeron en estas interpretaciones delirantes propias de la encrucijada.

Como explica el sociólogo Manuel Canales, profesor de la Universidad de Chile, esta rebelión se fraguó dentro del modelo neoliberal, por quienes se sintieron traicionados por las múltiples promesas incumplidas. “Si estudias y trabajas duro, escalarás en la jerarquía social”, un silogismo que vale mientras dispongas de una red adecuada, aquella que solo te puede proporcionar tu origen.

Carlos Tromben nos muestra -con sumo detalle- el movimiento de los hilos del poder económico -omnímodo la mayor parte del tiempo-, que se las va arreglando para manejar la crisis gracias a sus influencias en todos los terrenos: negocios, autoridades, partidos, organismos de gobierno, congresistas. Muestra en escena a los grupos financieros y sus superagentes especiales, los assets managers. De otra parte, están las delirantes personalidades de los anarquistas criollos, unos seres extraídos de las mismas pesadillas de Dostoievski.

Clarísimo está que el país había llegado a un estado crítico en las vísperas del 18-O: por escándalos de corrupción y cohecho (¿Qué es lo que ha cambiado?, podríamos preguntarnos ahora, en 2024, sacudidos por nuevos estertores del sistema, como el caso Hermosilla, por mencionar solo uno). Las instituciones más respetadas estaban contaminadas por sucesos lúgubres moralmente: no escaparon al influjo maligno ni la Iglesia, ni los tribunales, ni las fuerzas armadas, ni la policía, ni los partidos políticos. ¿Qué de inmaculado se preserva en nuestras instituciones más sagradas?

En las páginas de su libro, Tromben devela como los intrincados y aburridos senderos legislativos ahuyentan a los ciudadanos corrientes de tales ocupaciones. Sin embargo, está claro que los ricos sí entienden la importancia de las leyes hechas a medida, del valor de la “letra chica”. Los acaudalados y su destacamento siempre listo de abogados, assets managers, contadores y operadores políticos. Las leyes definen la manera en la cual se distribuye el poder en nuestra sociedad.

Tromben nos va narrando la forma en que el poder en las sombras fue trenzando las redes invisibles de los poderes para superar las apariencias de la crisis (no sus causas). Amena e informadamente, el autor nos lleva de la mano por entre los intrincados vericuetos de esta trama digna de un thriller.

En lo más personal, la lectura de este libro confirma mis apreciaciones más drásticas. El sistema neoliberal ha construido una sociedad desigual, caracterizada por cuantiosas e injustas brechas, de cuyo influjo resulta muy difícil escapar. Ni la educación, ni la conciencia de las personas favorecen un salto “hacia afuera del modelo”, por eso la rebelión no podía evolucionar a un proceso revolucionario. Sin vanguardias, sin medios de comunicación, sin un ideario nítido, nos encontramos sometidos al arbitrio de las decisiones de los dueños de todo. La dictadura perfecta. A esta conclusión tan lúgubre y desalentadora arribo a partir de esta informada y lúcida obra.

Ficha técnica:

Las tramas ocultas del 18-O, Carlos Tromben, Ed. Planeta, 2024, 260 páginas.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias