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Caso GAM: un síntoma de la decadencia del modelo político y sus élites CULTURA|OPINIÓN

Caso GAM: un síntoma de la decadencia del modelo político y sus élites

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Antonio Becerro Ramírez
Por : Antonio Becerro Ramírez Director de Centro Experimental Perrera Arte.
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A pesar de esta sombría perspectiva, creo en el espíritu incansable, impulsado por la necesidad de crear y hacer cultura, incluso a un gran costo personal. De hecho, dar tu opinión en una nota como esta, es casi en el tono clandestino o como hablar desde el exilio sin nombre.


Es una vergüenza país la falta de respeto a los trabajadores y al mundo de la cultura el pésimo manejo de un bien histórico y respetable de todos los ciudadanos. Da rabia la falta de contenidos, la ausencia de una administración profesional, el constante fracaso artístico cultural con proyección y mirada social respecto de la cultura en Chile.

Esta crisis es un síntoma de la decadencia del modelo político y sus élites que viven en una burbuja a expensas de los impuestos de los pobres chilenos.

Se tocó fondo hace mucho tiempo y esa es una de las causas, estas personas de apellidos medio lustrosos han parasitado además de sus cargos defendiendo la concursabilidad en la cultura como única forma de hacer cultura para el pueblo. Este es un juego viciado que ya no funciona y que libera a estos personajillos de toda responsabilidad como administradores del patrimonio intelectual, espiritual, artístico cultural de una nación.

Sé que esto no es políticamente correcto decirlo, pero el problema es que deja abierta la estúpida pregunta para un país entero: ¿Qué tan necesarios seamos los trabajadores del arte y la cultura en la fatídica escena nacional?

El determinismo político teórico respecto del manejo de la cultura y el arte en Chile, están completamente determinados por causas que responden a intereses personales y favores políticos. Según esta perspectiva, cada decisión y acción que toman está predestinada por una cadena ininterrumpida de eventos y errores pasados, lo que parece dejar poco espacio para ideas y una mente abierta a dialogar para el futuro del país. En la lógica determinista, cada elección que se hace es simplemente el resultado inevitable de factores previos, como el entorno y experiencias pasadas fracasadas.

Estas reflexiones no son solo una ventana de pocas mentes, sino que también sirven para establecer el tono del desaire con que se nos trata.

Profundizar los aspectos más oscuros de este modelo cultural de conveniencias, influencias e intereses es otro caso Hermosilla, con las ambigüedades éticas tal vez más autómatas y aceptadas del engranaje burocrático, que a estas alturas es una política bien aceitada, bien mirada donde todos controladores de los otros declinan al país con una perdida intelectual considerable.

A pesar de esta sombría perspectiva, creo en el espíritu incansable, impulsado por la necesidad de crear y hacer cultura, incluso a un gran costo personal. De hecho, dar tu opinión en una nota como esta, es casi en el tono clandestino o como hablar desde el exilio sin nombre.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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